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Máximo
Movimiento Inspirador

Un icónico personaje regresa para combatir la desnutrición crónica infantil

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Máximo, el icónico tucán que se convirtió en un referente de los derechos de la niñez en la década de los 90, regresa de la mano de Unicef y el Gobierno ecuatoriano para unirse en la lucha contra la desnutrición crónica infantil.

11 Agosto de 2022 12.06

Máximo, el icónico personaje creado por Unicef en la década de los 90 y se convirtió en un referente en la lucha por los derechos de los niños en Ecuador, está de regreso. El recordado tucán es parte de la campaña que desarrolla Unicef junto con el Gobierno Nacional contra la desnutrición crónica infantil, uno de los principales problemas de salud pública en el país.

El personaje, creado como parte de una alianza entre Unicef y Disney, bajo la guía de Roy Disney y el artista ecuatoriano Edgar Cevallos, tenía como objetivo transmitir de forma sencilla mensajes orientados hacia la protección de los menores de edad, en un lenguaje amigable y cercano para las familias. Fue utilizado en América Latina para convencer a los padres de inmunizar a sus hijos y adoptar buenas prácticas de salud. En Ecuador, aterrizó por primera vez el 10 de agosto de 1994. Su nombre responde a que su pico es el más grande entre las aves amazónicas, además como un homenaje a Max Howard, director creativo de Disney quien estuvo al frente del proyecto.

Su canción “Yo soy Máximo, y aquí estoy”, y su vestimenta conformada por una camisa blanca y un sombrero de paja toquilla, aún resuenan en quienes lo conocieron hace más de 20 años. Hoy, su canción se transformó en “Yo soy Máximo, y ya volví”, la cual forma parte de la campaña #InfanciaConFuturo, desarrollada por la Secretaría Técnica Ecuador Crece sin Desnutrición Infantil, en su fase educomunicacional.

Desnutrición en cifras

De acuerdo con las cifras de Unicef, Ecuador es el segundo país de Latinoamérica con mayor proporción de desnutrición crónica, “una condición que afecta el bienestar, crecimiento y desarrollo de los niños y niñas”, afectando a uno de cada tres niños menores de 2 años. 

En la población indígena, las cifras son preocupantes, pues cuatro de cada diez niños sufre de esta enfermedad. A pesar de los esfuerzos realizados durante los últimos 15 años para prevenir esta condición, los resultados arrojados han sido sumamente modestos. 

El año pasado, el Gobierno reconoció a la desnutrición crónica infantil como prioridad en su agenda política y fijó como meta reducirla en seis puntos porcentuales, hasta el 2025. Para ello, el Gobierno diseñó una respuesta integral a las diferentes causas que conllevan a la desnutrición crónica, a través de los servicios esenciales para mujeres embarazadas y niños durante sus dos primeros años de edad, como el registro de nacimiento, acceso oportuno a los sistemas de salud, vacunación completa y oportuna, lactancia materna, saneamiento, protección social, entre otros factores. (I)

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