En el corazón de los ecuatorianos hay sabores que no se olvidan: el chocolate Manicho, sus galletas, Cocoa La Universal y los caramelos que marcaron generaciones. Pero detrás de esa nostalgia hay una compañía que siempre está innovando. La Universal, una de las marcas más recordadas del país, está escribiendo un nuevo capítulo de expansión y modernización bajo el liderazgo de Manuel María Jaramillo, su presidente.
"Nuestro propósito sigue siendo el mismo: hacer la vida de los ecuatorianos más deliciosa", afirma Jaramillo. "Pero para lograrlo debemos mirar hacia adelante, conectar con nuevas audiencias y anticiparnos a las tendencias".
Esa mirada al futuro se traduce en una estrategia de diversificación que combina innovación local, alianzas globales y una gestión empresarial de escala regional. En los últimos meses, la compañía ha incorporado nuevas líneas de productos, asociaciones con marcas internacionales y expansión en nuevos mercados.
Para ello, en los últimos 12 meses, la empresa ha invertido cerca de US$ 2 millones en el desarrollo de sus marcas, lo que incluye nuevas formulaciones y extensiones de línea dentro de su portafolio tradicional. Manicho Uff, su más reciente innovación, una versión más sensorial y envolvente del clásico chocolate y llamado así "porque no hay palabras para describir su sabor". "Nos gusta pensar que cada innovación es una extensión de nuestra historia", comenta Jaramillo. "No buscamos reemplazar lo que somos, sino amplificarlo".
A esto se suma la inversión de US$ 1,5 millones para el lanzamiento de Feastables, la marca de chocolates creada por el icónico influencer MrBeast, que La Universal distribuye de manera exclusiva en Ecuador desde octubre.
Con esta reciente apuesta, la compañía busca acercarse a los consumidores jóvenes, sin perder su conexión emocional con los consumidores de toda la vida. "El mundo de la indulgencia no tiene edad", dice Jaramillo. "Pero sí tiene nuevos códigos: autenticidad, cercanía y propósito".
La estrategia de La Universal no se limita a la producción propia. En los últimos años ha desarrollado alianzas colaborativas con empresas como Unilever (hoy The Magnum Company), Moderna Alimentos, Krispy Kreme y Urban Nutrition, creando productos de edición especial que mezclan tradición con vanguardia.
Ejemplo de ello es Manicho Party, una colaboración con Krispy Kreme que llevó el sabor único del chocolate ecuatoriano a la industria de los donuts.
Mientras crece en el mercado local, La Universal consolida su presencia internacional. Desde septiembre de 2025, sus productos están disponibles en tiendas Walmart en Estados Unidos, alcanzando más de 60 puntos de venta en Florida, Massachusetts, Connecticut, New Hampshire y Pennsylvania. La expansión complementa su distribución ya existente en países como España e Italia, mercados donde los ecuatorianos en el exterior encuentran en sus productos un vínculo con la memoria y el sabor de casa.
Además, la compañía fortalece su negocio industrial de derivados del cacao, con exportaciones a Europa que superan los US$ 6 millones, incluyendo manteca, polvo y licor de cacao de origen ecuatoriano.
Crecimiento de 10% en 2025
La Universal proyecta cerrar 2025 con una facturación estimada de US$ 64,6 millones, lo que representa un crecimiento aproximado del 10% respecto al año anterior. Su crecimiento compuesto de los últimos años (2021-2024) ronda el 6% anual, sobre la base de una expansión sostenida y diversificada.
Pero más allá de las cifras, lo que sostiene a la empresa es su identidad: una marca que combina emoción y excelencia industrial, tradición y futuro, Ecuador y el mundo.
"El reto no es solo crecer, sino seguir siendo parte de la vida de cada ecuatoriano, aquí o donde esté", dice Jaramillo.
La Universal se ha convertido en un símbolo del ingenio y la constancia ecuatoriana: una empresa que entiende que el sabor también es cultura, que la nostalgia puede ser motor de innovación y que las marcas auténticas no envejecen, evolucionan.
La nostalgia sigue siendo un activo -esa conexión que hace que un chocolate te transporte a un recreo de escuela-, pero hoy convive con códigos contemporáneos: velocidad, colaboración, propósito y escucha activa del cliente.
La foto actual muestra a una empresa centenaria y, a la vez, inquieta; capaz de entrar a la conversación de la cultura pop con Feastables, de sofisticar su ícono con Manicho Uff y de tejer alianzas para estar donde están las audiencias. Si el propósito es "hacer la vida más deliciosa", la estrategia pasa por sumar momentos: del antojo de siempre al descubrimiento de lo nuevo.
Y ahí está lo más interesante: La Universal no compite entre pasado y futuro; los hace trabajar juntos. Esa es, quizás, su innovación más valiosa. (P)