Cinco métodos avalados por la ciencia para reducir el estrés de inmediato
Las estrategias a largo plazo para reducir el estrés son buenas. Pero cuando estás estresado en el momento, es posible que necesites una forma rápida de hacer que tu mente deje de dar vueltas.

Si tiene inclinaciones ansiosas, es propenso al pánico o simplemente está pasando por un período estresante en la vida, es posible que ya esté familiarizado con los métodos bien establecidos para reducir el estrés: hacer ejercicio, comer sano, ir a terapia, meditar o hacer yoga y ser voluntario/ser de servicio, por nombrar solo algunos. Diversas investigaciones demostraron una y otra vez que todas estas son prácticas excelentes para controlar el estrés a largo plazo.

Pero cuando estás estresado en el momento, es posible que necesites una forma rápida de hacer que tu mente deje de dar vueltas. Acá hay algunas formas, basadas en la investigación, de cortocircuitar la respuesta al estrés y llevar tu mente a un lugar más tranquilo.

Tomar una ducha (o baño)

Tomar una ducha puede ser una forma extrañamente efectiva de interceptar la respuesta al estrés, y eso es cierto por un par de razones. Fisiológicamente, las duchas frías y calientes tienen efectos sobre los niveles de hormonas y neurotransmisores, desde la reducción del cortisol hasta la liberación de endorfinas y el aumento de los niveles de oxitocina y dopamina.

Los baños fríos y calientes pueden incluso tener beneficios adicionales para el cerebro. Pero ducharse o bañarse también puede ayudar a un nivel aún más fundamental - algo sobre el agua que golpea nuestra piel o el acto de limpieza puede generar algún antiguo sentido de bienestar y calma. Sean cuales sean los mecanismos que subyacen a este fenómeno, hay algo en el agua que resulta asombroso a la hora de interrumpir la respuesta al estrés y redirigir la mente hacia un lugar mejor.

Pase unos minutos lo más cerca posible de la naturaleza

Un creciente cuerpo de investigación encontró que pasar tiempo en la naturaleza es un factor clave en la salud mental (y física). Un estudio realizado a principios de este mes halló que las "prescripciones de la naturaleza" tenían efectos medibles tanto en la depresión como en la ansiedad.

Y un trabajo anterior había descubierto que incluso los períodos breves en la naturaleza pueden tener un impacto en el estado de ánimo. Más es mejor, por supuesto, pero cualquier cosa ayuda, así que si puede salir para oler el aire y disfrutar de la protección de los árboles, intente hacerlo, aunque solo sea por unos minutos.

Respiración o “suspiro cíclico”

Los estudios realizados en los últimos años demostraron científicamente lo que los humanos han sabido durante millones de años: la respiración puede calmar la mente. Esto es especialmente cierto si el aliento exhalado es más largo que el aliento inhalado, lo que parece decirle al cerebro que todo está bien y que no hay amenazas en marcha.

Un nuevo estudio de Stanford Medicine encontró que los ejercicios de respiración siguiendo este mismo patrón, que los investigadores llaman “suspiro cíclico”, tuvieron un mayor efecto en el estado de ánimo de las personas que otros patrones de respiración (y meditación consciente).

El autor del estudio, David Spiegel, dijo en una entrevista publicada que este tipo de respiración puede "desencadenar reacciones calmantes del sistema nervioso parasimpático", que controla la respuesta de relajación. La mejor parte fue que en el nuevo estudio, solo se necesitaron cinco minutos de práctica de respiración para que los participantes sintieran sus efectos positivos en su estado de ánimo.

 

Masticar un chicle

Esto puede parecer una tontería, pero masticar chicle en realidad puede aliviar su percepción del estrés. Ha habido algunos estudios a lo largo de los años, desde 1939, sobre los efectos de masticar chicle sobre el estrés. Entre sus hallazgos, los masticadores poco frecuentes que aumentaron la masticación de chicle como parte del experimento informaron una reducción del estrés y la ansiedad. Es posible que el efecto no sea suficiente para detener por completo el zumbido de su cerebro, pero podría ser suficiente para sentirse un poco más relajado en el momento.

Deja que la música te saque de la cabeza

Probablemente, sepa instintivamente que la música tiene efectos psicológicos (y fisiológicos), y la investigación ciertamente lo respalda. Los estudios demostraron que escuchar música puede reducir los niveles de cortisol y la sensación subjetiva de ansiedad, aumentar las endorfinas y las emociones positivas, e incluso afectar la función cerebral. Es casi seguro que escuchar un par de canciones que sabes que te pondrán la piel de gallina o te llevarán a tu lugar feliz ayudará a reiniciar tu cerebro.

 

*Con información de Forbes US.