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Apnaea nómada Guayaquil - Ecuador
Nómades
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'Nusy' Horvath descubrió el mundo de la apnea en las playas ecuatorianas y actualmente es plusmarquista en su país de origen: Hungría. Llegó de vacaciones en 2015 y no tomó su vuelo de retorno. Ahora sus metas son clasificar al Mundial de Apnea 2024 y a los World Game 2025.

22 Junio de 2023 15.34

“La versión corta es que vine de vacaciones por dos meses y sigo acá. No tomé mi vuelo de regreso”. 'Nusy' Horvath llegó al Ecuador para visitar a una amiga de Guayaquil, con quien había estudiado en Italia, pero en pocos días recorrió el país, conoció la playa, y se enamoró de Ecuador. De pequeña solo disfrutaba dos o tres veces al año del mar, cuando viajaba con su familia desde Budapest hasta Croacia, que era el destino ideal para hacer esnórquel con su hermana. Nació en Hungría, en la Europa Central, un país sin salida al mar, rodeado de otras naciones como Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Ucrania, Rumanía, Austria y Croacia.

“Fue así, no tomé mi vuelo de regreso, tal cual. No hablaba español, pero decidí quedarme. Justo llegué para la temporada diciembre-enero, una amiga me llevó a la playa, conocí a sus amigos, me encantó la vibra, la naturaleza. El primer fin de semana ya estaba en el mar y me fascinó, me enseñaron a surfear. Cuando llegué solo hacía gimnasia. Para mí, antes de venir, el mar era como ir de vacaciones, de chiquita cuando nos llevaban a Croacia, para nosotras era como una película, mi sueño era vivir cerca del mar, acá está a un toque el mar y dije 'yo me quedo aquí'”.

Primero aprendió a surfear. Viajaba cada fin de semana de Guayaquil hasta las playas de Olón, Ayampe, Puerto Cayo, Las Nuñez y otros puntos, en la Ruta del Sol. Era 2015. Tenía 24 años. Se había graduado en Economía y Administración de Empresas en Italia y tenía que buscar trabajo. Empezó un proyecto de flores con su amiga Claudia, mientras enviaba su hoja de vida a varias empresas, hasta que tuvo una oportunidad como reemplazo en una importadora de medicinas. Cuenta que necesitaban a alguien que hablara inglés, mientras seguía aprendiendo español. Después se cambió a una consultora en innovación donde estuvo unos años.

Hasta que descubrió el mundo fantástico del apnea, conocido también como buceo a pulmón o libre, sin usar ningún respirador artificial ni otro instrumento que le permita tener oxígeno. Aunque todo comenzó con “un casi accidente”, un evento traumático que la “paniqueó”, y la mantuvo con temor al mar un tiempo. Ahora 'Nusy' se ha convertido en una plusmarquista de este deporte. Logró tener hasta cuatro récord nacionales de Hungría en las diferentes modalidades de apnea en piscina y recién hace tres semanas pudieron romper dos de sus marcas. Por eso, su meta es volver a romperlos, recuperar sus récords y clasificar al Mundial de Apnea 2024 y a los World Game 2025. 

Compite en todas las categorías de piscina y en profundidad no está en competencias, pero sí lo practica y entrena. Sus marcas son en Estática en competencia: 6'17'' (récord nacional); Monoaleta 168 metros en piscina olímpica; Bialetas 160 metros; Sin aletas 129 metros (récord nacional).

Ahora sus planes próximos son viajar a Hungría para entrenarse y competir en octubre en el Campeonato Nacional de Apnea de su país y asistir al mundial en junio del 2024. Antes, les contamos lo que pasó con esa ola gigante. Su nombre de pila es Anna, pero su primer entrenador de balonmano la empezó a llamar 'Nusy' porque era chiquita. Tiene 31 años y es una gigante en el agua. 

El evento que la marcó ocurrió en el mar. “Fue hace cinco años, un día, mientras surfeaba me quedé mucho tiempo bajo el mar, las olas eran muy grandes para mi nivel, estábamos en un lugar de Esmeraldas, con amigos, y no conocíamos la playa ni las olas, y me jalaba hacia abajo, me 'paniquee' tanto, tragué agua, era lo típico de películas, creía que ahí me quedaba, 'nunca voy a poder salir de aquí', pensé. Me traumó, salí con tos y todo, tenía agua en los pulmones, estuve mal. Me quedó casi un trauma y tenía miedo de volver al mar, hasta que vi a una amiga entrenando apnea”.

No conocía del deporte y comenzó a preguntar cómo era aguantar la respiración bajo al agua. Así que se inscribió en el curso de nivel 1 y sintió que eso le iba a ayudar a superar el miedo y buscar esa tranquilidad de poder disfrutar otra vez su tiempo en el agua. Y así fue, “hice mi primer curso y me di cuenta de que no pasa nada, solo son técnicas de respiración. Solo es entender mentalmente que no pasa nada en 10 segundos bajo las olas, que puedes abrir los ojos, que no pasa nada, que puedes aguantar muchísimo más tiempo de lo que pasa cuando llega una ola grande. Cuando aprendí las habilidades básicas nunca más tuve miedo”. 

Le gustó tanto el apnea que lo cambió por el surf. Empezó a entrenar, hizo los niveles 2 y 3, le dijeron que podía competir, y se fue a Italia, México y Hungría para aprender y capacitarse. Quería más profundidad, hacer más tiempo bajo el agua para llegar a competencias. También se especializó para ser instructora en el país y ha dado cursos online a deportistas de todo el mundo. Actualmente está dedicada al deporte y ha mantenido los cursos permanente enseñando todas las habilidades bajo el agua. 

Le preguntamos: ¿qué se siente estar bajo el agua? Se emociona, sus ojos se humedecen mientras responde. “Para mí es la paz perfecta que ninguna otra actividad o deporte me ha enseñado, sientes como el ritmo cardíaco baja, siento paz, siento que estoy 100 % presente y te sientes más como eres tú, que soy yo, más que nunca, es como silencio, paz, libertad, y ser 100 % presente en ese momento. En piscina es una cosa, en la profundidad del mar se triplica esa sensación, estar un poco profundo, sentir esa inmensidad y que tú eres una cosita chiquita, ese silencio para mí es la paz perfecta que no he sentido nunca”.

A través de los cursos conoció un amor ecuatoriano. Carlos Luna, un videógrafo amante de la naturaleza, la contactó para seguir un curso de apnea y poder desarrollar un proyecto bajo el agua. “Le interesó mucho el mundo de la apnea y comenzó a entrenar con mi equipo. Luego nos fuimos a Galápagos para un proyecto, nos conectamos por el arte y por el amor al agua. Desde que hizo el curso, lo considera un hobby y le ha servido para complementar su pasión que es hacer fotos y videos”. Los planes son viajar juntos a Hungría para alcanzar sus sueños mundialistas. Luego volver al Ecuador.

Es fanática del café ecuatoriano, de los bolones, los mariscos y toda comida que tenga plátano verde. “Eso no tenemos en Hungría, me encanta el café, soy fan. Es una cultura que aprecio mucho, porque en Europa somos más fríos, aprecio la calidez, la súper bienvenida que te dan acá, es un paraíso para mí, considerando que tienen la costa, las montañas, la Amazonía y Galápagos, estos mundos chiquitos en un país pequeño y he conocido de todo. Lo voy a extrañar”. 

También es parte de Seasterhood que es una iniciativa creada por apneístas apasionadas por el deporte y el océano, con el objetivo de compartir experiencias, tips y aprendizajes de buceo a pulmón a través de redes sociales y cursos de apnea. Trabajan por la sostenibilidad y por compartir estos valores y estilo de vida con las generaciones futuras. La oenegé también se ha asociado con dos organizaciones para crear “Guarda Mares”, un proyecto social para la educación sobre la conservación y el buceo libre para niños en las comunidades costeras locales de Ecuador. Próximamente se lanzará el primer librito para niños sobre apnea y la conservación. (I)

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