Una por una, estas son las fortunas más grandes de México
De los 38 multimillonarios mexicanos que aparecen en la selecta lista de Forbes, la mitad incrementó su riqueza a ritmo de doble dígito.

Decir que la pandemia trajo muchos cambios es redundar sobre lo ya escrito. El Covid-19 trastocó varias esferas de la vida cotidiana, desde la vida en el hogar hasta las formas de trabajo. También benefició a algunos y perjudicó a otros. De hecho, varias billeteras se inflaron conforme el mundo sucumbía ante una crisis social y sanitaria sin precedentes en la era moderna. A tal punto, que un país latinoamericano se metió en los diez países con más multimillonarios a nivel mundial. 

Sin embargo, de alguna manera u otra, con más suerte o menos suerte, los millonarios también se enfrentaron a la incertidumbre económica. Hoy, los hombres y mujeres de negocios viven la reactivación de los mercados y quieren escribir una nueva página.

Los empresarios mexicanos no fueron la excepción. Este “2021 fue el año de la recuperación, aunque es una realidad que la economía mexicana no se recuperó lo que se esperaba al principio del año pasado”, dice Jacobo Rodríguez, director de Análisis Financiero de la firma de asesoría Black WallStreet Capital.

El crecimiento de la economía mexicana rondó el 5% en 2021, porcentaje insuficiente para resarcir la caída de 8% del primer año de la pandemia.

Si bien es cierto que el año pasado fue mejor para algunas industrias que antes se vieron paralizadas, como el turismo y los restaurantes, en México la recuperación económica fue moderada y los daños de la pandemia a la actividad productiva, sobre todo la disrupción en las cadenas de suministro, aún se encuentran vigentes.

Además, el crecimiento de los niveles de inflación fuera de las metas de los bancos centrales ya no se considera un “problema transitorio”, como se esperaba en un inicio, y, ahora, se pretende controlar con políticas monetarias más restrictivas.

Que el patrimonio de los mexicanos de más alto perfil no disminuyera al finalizar 2020 no habla de infalibilidad ante las crisis, sino de las expectativas de un 2021 que, finalmente, no fue tan generoso como se vislumbró en un comienzo. No obstante, contrario a lo que pudiera esperarse del comportamiento de las bolsas ante crisis severas y de grandes magnitudes, el selecto grupo de los multimillonarios mexicanos volvió a incrementar, en conjunto, su riqueza.

De los 38 empresarios seleccionados por Forbes para la lista de millonarios, con al menos 500 millones de dólares (mdd) de fortuna en 2022, la mitad (19) incrementó su riqueza a ritmo de doble dígito, entre ellos, personalidades de sectores tan variados como el inmobiliario, con la familia Losada; el petroquímico y de materiales, de Antonio del Valle Ruiz; las familias Barragán y Grossman, que participan principalmente en el sector de las bebidas; o bien, los autoservicios, de los Chedraui Obeso.

El resto mantuvo e, incluso, incrementó su riqueza y sólo dos, Alfredo Harp y la familia Baillères, recortaron su patrimonio.

Crecimiento acelerados

La aparición del coronavirus SARSCov-2 cambió los hábitos de miles de millones de personas que, al inicio, calcularon que el uso de mascarillas, el trabajo de oficina remoto y otros cuidados sólo durarían algunas semanas.

Lo cierto es que el desafío se prolongó (y, por momentos, se recrudeció) hasta que los científicos del mundo elaboraron vacunas en tiempos récord y las campañas de inmunización de todos los países en 2021 permitieron que la economía global, paulatinamente, soportara en mejores circunstancias las últimas oleadas de contagios.

El año 2021 arrancó con un sentimiento esperanzador frente a las expectativas, gracias a la vacunación. Sin embargo, las oleadas de Covid-19 siguen ocurriendo. Además, el comercio internacional padeció el estricto control de China ante el surgimiento de brotes que ralentizaron el comercio, lo cual obligó a los analistas a realizar ajustes y recortes de sus expectativas, hasta cerrar en niveles de actividad productiva semejantes a los de 2016.

En medio de esa incertidumbre, el grueso de las principales empresas mexicanas reportó crecimientos más acelerados que los de la economía del país, recordó Rodríguez, de Black WallStreet Capital.

Entre las compañías cuyos ingresos crecieron más, incluso a doble dígito, destaca el gigante restaurantero Alsea, de la familia Torrado, una de las empresas públicas que fueron más afectadas por la distancia social en 2020; Grupo Bimbo, la panificadora más grande del mundo, perteneciente a familias como los Servitje Montul y Jorba Servitje; Grupo Televisa, la compañía de telecomunicaciones de Emilio Azcárraga; y Grupo Carso, el conglomerado industrial y comercial de Carlos Slim, el mexicano más acaudalado, por mencionar algunas.

Las acciones de estas emisoras tuvieron un desempeño que superó el retorno de 19% del principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores, el S&P/ BMV IPC, lo que demuestra la correlación entre el desempeño de las empresas con las fortunas, ya que Azcárraga, Slim, los Servitje y los Torrado están entre los 19 que reportan un aumento de patrimonio de al menos 10%.

Una de las fortalezas de estas firmas es, precisamente, que no dependen sólo de lo que pasa en México ni del desempeño de su economía. Además de Alsea y Bimbo, existen otros gigantes internacionales, como lo son la comercializadora de harina de maíz Gruma, de la familia González Moreno, o América Móvil, la joya de la corona de Carlos Slim.

Otros empresarios que llevaron, en los últimos años, sus negocios más allá de México son Antonio del Valle (con su apuesta por empresas de naciones asiáticas), la familia Chedraui (con la expansión, en el sureste de Estados Unidos, del negocio de supermercados) e incluso Pablo Legorreta, el último nombre que irrumpió en el listado, pues basa la administración de licencias de medicamentos de su empresa Royalty Pharma en Estados Unidos.

Carlos Hermosillo, un especialista en emisoras mexicanas, considera que otro punto fundamental que mantuvo el valor de las empresas de los multimillonarios radica en la estrategia y disciplina implementados por los equipos directivos, lo que permitió a las firmas afrontar una prolongada crisis conservando finanzas saludables.

“Ayuda mucho que [la crisis financiera] las tomó [a las emisoras] con una posición financiera realmente sólida; en general, pocos casos de balances comprometidos, pero, en el agregado, la base financiera era sólida”, dice, en entrevista, el exdirector de Análisis en diversas casas de bolsa.

La pandemia de Covid-19 está precedida de un entorno que ya planteaba desaceleración y tiempos de “vacas flacas”, lo que quedó registrado en el desempeño económico de finales de 2018 y, sobre todo, con el retroceso anual de 2019, el primer año completo del presidente Andrés Manuel López Obrador, considerado (en algunos círculos) como poco interesado en generar un clima apropiado para las inversiones y, en ocasiones, incluso hostil con la iniciativa privada.

Ante ese panorama y, finalmente, con la irrupción del virus, los negocios de los empresarios emprendieron estrategias de ahorro de costos y contención de inversiones, además de eficiencias operativas que, una vez atravesado el peor momento de la crisis, han traído beneficios extraordinarios de cara al comienzo de la recuperación.

“En términos generales, las administraciones de muchas empresas mexicanas, la verdad es que han hecho un muy buen trabajo”, agrega Rodríguez, de Black WallStreet Capital.

 

Sin embargo, tanto Rodríguez como Hermosillo señalan que las fortunas ligadas a las principales compañías en bolsa podrían ser mayores porque tienen potencial para desbloquear valor.

El mercado mexicano, donde cotizan la mayoría de las principales empresas de los magnates locales, además de llevar décadas con un tamaño reducido respecto de la economía, hoy está subvaluado.

Los máximos más recientes de los índices de referencia son apenas 8% superiores a los de 2017, un crecimiento que no corresponde con los ingresos y flujo operativo reportados por las emisoras en el último lustro, lo que se refleja en los múltiplos, pero, sobre todo, en la ola de deslistes recientes.

El valor de las empresas de los multimillonarios mexicanos podría despegar, según indican los expertos, siempre y cuando los incentivos para la inversión y el temor al cambio de reglas en México desaparezcan, la perspectiva económica mejore y los grandes temores actuales, como la política monetaria o la guerra europea, limiten sus efectos negativos.

“Todavía existen muchos temas que crean incertidumbre y nerviosismo entre los inversionistas, los cuestionamientos que hay sobre el Estado de derecho en México y otros asuntos”, agrega Hermosillo.

Cuando termine la cuestionada consulta de revocación de mandato, el mandatario de izquierda se enfocará en reformas constitucionales que resultan polémicas a los ojos de un sector de la población, como lo es la reforma eléctrica, que está por discutirse en San Lázaro y que forma parte de sus esfuerzos por retomar la rectoría energética a través del dominio de las estatales Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Evidentemente, los retos no terminan en este horizonte: la inflación parece indomable mientras persistan los problemas de suministro, tanto por los cierres de puertos y centros productivos, principalmente, en China, o cuando es detectado un brote de coronavirus, como por los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia, que ya trastocó por completo las expectativas del desempeño del precio de los commodities y energéticos.

Carlos Hermosillo tiene claro que el mayor reto pesa sobre los millonarios de México y sus compañías. “Las empresas han hecho su trabajo, han tenido sus resultados positivos, han acomodado sus estrategias de crecimiento y planes de inversión… pero el entorno [complejo y ajeno a su control] no hay manera de quitárselo de encima”.

 

*Con información de Forbes México. Por Francisco Delgado Y Ricardo Garduño.