Forbes Ecuador

380.000 m2 construidos en Puerto Santa Ana por Pronobis

Mónica Mendoza Saltos Editora General

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Pablo Xavier Campana Romero lidera la expansión inmobiliaria del Holding Nobis de Inversiones, con proyectos como Maxximus, un rascacielos de 184 metros de altura y 50 pisos, SOHO y Plaza SOHO. Son conceptos arquitectónicos que transforman a Puerto Santa Ana en referente regional de desarrollo urbano. En 15 años, las inversiones suman US$ 500 millones.

The Point marcó un antes y un después como postal de la ciudad. Una torre de 137 metros y 36 pisos que es el edificio más alto desde 2013, cuando se inauguró como parte del megaproyecto Ciudad del Río. Hoy, Maxximus Guayaquil City Center toma la posta con 184 metros de altura y 50 pisos, convirtiéndose en el rascacielos más ambicioso que se construye en Ecuador. Estos proyectos no solo redefinen el skyline, sino que consolidan a Puerto Santa Ana como una ciudad dentro de la ciudad y un polo de desarrollo inmobiliario y económico. 

"En 15 años, Puerto Santa Ana ha generado US$ 500 millones en inversión y 10.000 empleos. Maxximus representa el 30% de la inversión total y el 25 % de los empleos creados", dice Pablo Xavier Campana Romero, gerente corporativo de operaciones de Nobis Holding de Inversiones.

Son 380.000 m2 construidos en Puerto Santa Ana por Pronobis, una empresa inmobiliaria de Nobis Holding de Inversiones. En el portafolio de proyectos en los que ha participado la firma en esa zona se cuentan más de 14: los edificios Riverfront, Hotel Wyndham Guayaquil, The Point, The Icon, Torres Bellini, Santana Lofts, Spazio, Emporium, Parqueos Ciudad del Río. Recientemente lanzó también Soho 360 y Plaza Soho, que complementan la oferta con un concepto mixto: oficinas, departamentos y un centro comercial cerrado con servicios inéditos en el sector, como cine y supermercado. 

Maxximus es una propuesta visionaria que dominará el horizonte guayaquileño. Está en plena construcción junto al río Guayas y el porcentaje de avance general de la obra es de 39 %. Es un proyecto que se levanta en alianza entre Pronobis y Millenium del Grupo Campana. Tiene dos edificios: en la torre principal cuenta con sótano, planta baja y 50 pisos altos, actualmente se está fundiendo la estructura de la losa del piso 22. Cada día llegan en promedio 300 obreros para levantar el edificio que tendrá 185 metros de altura, más 30 profesionales de diferentes empresas contratistas. 

La historia reciente de Guayaquil se cuenta a través de sus íconos arquitectónicos. Campana cree que el negocio inmobiliario es más que un negocio y concibe la construcción como un acto de trascendencia. 

En una entrevista con Forbes Ecuador, Campana Romero, de 28 años, reflexiona sobre esta visión que se refleja en proyectos que no solo buscan rentabilidad, sino también dejar huella en el paisaje urbano de Guayaquil. La apuesta por la altura y el diseño innovador responde a una filosofía del holding que lidera su abuela, Isabel Noboa Pontón: construir ciudad y proyectar al país hacia estándares internacionales de infraestructura.

¿Cómo fueron sus inicios en el sector inmobiliario?

Me formé en la parte inmobiliaria junto a mi padre (Pablo Campana). Empecé en Millenium en 2020, y tuve una excelente formación en el área operativa financiera, bajo la guía estricta de la vicepresidenta financiera del Grupo Campana. Gerencié un proyecto inmobiliario de tres torres en la avenida Francisco de Orellana. Fueron mis inicios más administrativos. Salimos a ventas con éxito en 2022 y el proyecto ya está en construcción; lo dejé listo para iniciar la obra.

¿Cómo se dio su transición hacia Nobis Holding de Inversiones?

En 2023, mi abuela Isabel conversó con mi padre sobre la posibilidad de que apoyara en la parte operativa del holding. Ella siempre ha estado muy pendiente de los temas estratégicos, pero a un nivel más macro, encima del bosque, aquí hay que estar metido en las trincheras. Mi padre lo vio como una gran oportunidad. Pasé por un periodo de capacitación de seis meses mientras trabajaba en Millenium, empapándome de todas las unidades de negocio. En febrero de 2024, ingresé como gerente adjunto en el corporativo, viendo temas inmobiliarios, agroindustriales, agroexportación, centros comerciales y nuevas operaciones, apoyando al CEO, al corporativo y al accionista principal como parte de la familia. 

¿Qué lo motivó más de estos sectores?

La agroindustria es maravillosa y me apasiona, y también el sector inmobiliario, además de negocio, es un legado: un edificio bien construido se convierte en ícono de la ciudad, permanece en el tiempo. Es como hacer esculturas para la ciudad. 

¿Cómo recuerda sus primeros acercamientos al mundo empresarial?

Desde niño acompañaba a mi padre cuando estaba en Pronobis. Recuerdo que íbamos a la playa los viernes y debíamos esperar horas en el carro mientras terminaban sus reuniones. Esa época fue apasionante para él y lo preparó para independizarse. Más tarde se separó y creó Millenium, pero terminó siendo socio de Nobis en el proyecto Maxximus, se juntaron para el más ambicioso proyecto que ha visto Guayaquil: con US$ 150 millones en ventas. Sin embargo, había un buen precedente, mi padre trabajó en su época de Pronobis los proyectos de Ciudad del Río en Puerto Santa Ana. Desde 2009, que salimos con los primeros Riverfront, se han convertido en un polo de desarrollo.

¿Qué representa Maxximus para la ciudad?

The Point (36 pisos) se convirtió en la postal de Guayaquil, es la imagen que representa a la ciudad, la que hacen los turistas. Ahora Maxximus es la nueva joya: es el primer rascacielos del país. Está dividido en secciones: oficinas desde el piso 1 hasta el piso 22, luego departamentos en niveles superiores, arriba oficinas corporativas y, en la corona del edificio, los penthouse más exclusivos de la ciudad, y en el último piso una terraza, con una vista única de la ciudad. 

¿Qué características tienen los penthouse?

Son tríplex, todos tienen áreas diferentes, pero si se saca un promedio sería de 315 m2. Se lanzaron ocho unidades, de las cuales solo queda una disponible. Cada uno supera US$ 1,5 millones, la propiedad más cotizada en departamentos en el país, con un valor aproximado de US$ 4.000 por metro cuadrado. Han estado peleados. 

¿Es un reto técnico levantar un rascacielos en Ecuador?

Nunca se había hecho un rascacielos de esta magnitud en el país. Por eso, Millenium y Pronobis buscaron especialistas estructurales de primera calidad en Panamá, México y California, zonas sísmicas con experiencia en torres altas. Y se identificaron eficiencias que se podían hacer por la forma de construir las losas. Gracias a la optimización estructural se logró pasar de 45 a 50 pisos, manteniendo la altura aprobada de 184 metros. 

¿Desde qué altura se considera rascacielos?

Más que el número de pisos define la altura en metros. A partir de 150 metros ya se considera rascacielos, y Maxximus alcanza los 184.

Inversiones Inmobiliarias en Puerto Santa Ana Guayaquil - Ecuador
El rascacielos Maxximus se construye junto a The Point, en Puerto Santa Ana, en Guayaquil. Foto: Robinson Chiquito

¿Qué nivel de ingeniería requirió la cimentación de Maxximus?

El mejor talento local en diseño estructural ha liderado este proyecto, no solo en la parte visible, sino en cimentación y suelo. Uno ve lo del suelo para arriba, pero bajo tierra hay millones de dólares invertidos en pilotaje y cimentación. Los pilotes alcanzan entre 45 y 50 metros de profundidad. Más de 150 pilotes sostienen la torre alta, unidos por una capa de cimentación de dos metros de espesor. Este sistema ha sido doble y triple verificado por asesores internacionales, garantizando la resistencia sísmica. 

¿Qué significa este rascacielos para Nobis y Puerto Santa Ana?

Es un orgullo y queda inmortalizado en el tiempo, un legado para Guayaquil, para embellecer y aportar al ornato. Maxximus inmortaliza una pieza arquitectónica que embellece la ciudad y genera empleo. Del total de 10.000 empleos creados en Puerto Santana, el 25% proviene de Maxximus. Además, representa el 30 % de la inversión total en la zona. Más allá del éxito en ventas, nos sentimos orgullosos,  es una responsabilidad enorme: con la ciudad, los clientes, los inversionistas y la banca. Si bien el proyecto fue un éxito en ventas, exige el control diario de costos y avances. La primera piedra se colocó en julio de 2023. La cimentación tomó meses de trabajo, tanto en diseño y ejecución fueron casi 24 meses. Desde enero de 2024 se construyen las losas; la obra avanza según el cronograma, se proyectan 24 meses más de construcción para terminar la torre. Al ser tan grande, son 12 meses adicionales para el régimen de propiedad horizontal y permisos municipales y entrega de unidades. En total, son alrededor de tres años para concluir y entregar el proyecto. 

¿Cuál es la visión arquitectónica de Maxximus?

El diseño es del arquitecto ecuatoriano Christian Wiese, también autor de The Point. Liderado por la visión de Isabel Noboa y Pablo Campana, pudo soñar con una pieza ícono para la ciudad, se concibió como un ícono atemporal: Al ser una piel de vidrio y aluminio en tonos azulados y grises, que no pasará de moda. No es el cemento y el hierro más tradicional y podemos asemejar una metrópoli de verdad cómo en lo que se convertirá Guayaquil. La forma que tiene la torre se lo da la construcción de las losas que son distintas porque tienen un efecto de rotación, que hace que cada piso sea distinto, único.

¿Cómo ha sido la respuesta comercial?

Los departamentos se agotaron rápidamente. El proyecto premió a los primeros compradores y, conforme avanzaron las ventas, los precios aumentaron entre 10 % y 20 %. En un mercado donde los incrementos suelen ser del 1-2 %, Maxximus marcó un récord. El apetito del mercado por estar en la torre más importante del país convirtió al proyecto en un éxito comercial y un orgullo compartido por Pronobis y Millenium.

¿Qué otros proyectos acompañan a Maxximus en Puerto Santa Ana?

Uno de ellos es SOHO, una torre de 23 pisos y US$ 50 millones en ventas. Es un proyecto mixto de oficinas y departamentos, con arquitectura cilíndrica y vistas privilegiadas tanto al río como a la ciudad. También creemos que va a ser un ícono. SOHO salió inicialmente en 2019, pero pasó por una reestructuración y rediseño. 

¿Qué desafíos ha tenido el diseño de SOHO?

Su arquitectura redonda ha sido compleja: lograr eficiencia en espacios es difícil, pero lo hemos conseguido. Aunque un edificio circular puede perder área útil frente a uno cuadrado, aporta belleza y rompe esquemas. La filosofía de Pronobis y Millenium es romper esquemas, es innovar con proyectos que no solo generen rentabilidad, sino que transformen la imagen de la ciudad. Guayaquil tiene mucho por crecer en altura, y estamos construyendo ciudad.

¿Qué planes tienen para Puerto Santana?

Por ahora, con Maxximus y SOHO tenemos suficiente trabajo. Sin embargo, Puerto Santa Ana sigue siendo una zona muy atractiva y siempre estamos abiertos a nuevos proyectos, creemos que es muy bueno que existan otros competidores para la ciudad. Además, el Municipio de Guayaquil proyecta la tercera etapa del Malecón en Puerto Santana, lo que potenciará aún más la zona. Tener en primera línea al río y vistas privilegiadas es un valor que siempre buscamos en nuestros desarrollos.

¿Cómo enfrentan los retos de movilidad y parqueo?

Puerto Santa Ana es muy transitado, pero hemos aportado soluciones como la torre Parqueos Ciudad del Río y más de 1.000 parqueaderos en Maxximus. Aunque no es lo más rentable, es una necesidad que cumplimos para la ciudad.

¿Qué significa para usted trabajar en Pronobis y en Nobis?

Para mí es muy emocionante trabajar en Pronobis, tiene 28 años de historia y fue liderado por mi abuela Isabel y por mi padre, hasta 2012. Yo viví su época de Pronobis y luego su independencia en Millennium. Es un legado importante por lo que significa para el grupo y por el impacto que tuvo en Pronobis. Además, guardo recuerdos de otras unidades de negocio, como el Mall del Sol, Industrial Valdez, donde pasábamos mucho tiempo de niños. Hoy, contar con la confianza de mi abuela para trabajar junto a ella y aportar en lo que pueda ha sido profundamente satisfactorio. El nombre y la imagen de Nobis son muy importantes, mantener los estándares y cumplir un reto: son zapatos bien grandes que hay que llenar.

¿Cuál es su visión de futuro dentro del holding?

Aquí tenemos una estructura de gobierno corporativo muy bien definida. La toma de decisiones está en sólidas bases. Mi ambición no es ocupar un cargo específico, sino llevar al grupo a otros niveles e inmortalizar el legado de Isabel Noboa, quien lo construyó.

¿Qué lugar ocupa su generación en Nobis?

En Nobis somos la tercera generación. Sin embargo, si miramos más atrás, por ejemplo, Valdez, que existe desde antes que Nobis, era Corporación Noboa, fundada por Luis Noboa Naranjo, ya hablamos de una cuarta generación.

¿Qué otros miembros de su familia participan en el grupo?

De mis hermanos, soy el único que trabaja aquí. Leo (Leonardo Campana) está dedicado al fútbol y planea estudiar en la universidad. Mi hermana mayor está en la universidad y la menor, aún en el colegio. También participa mi primo Nicolás, hijo de mi tío Isidro (el hermano mayor de mi madre). Siempre hemos tenido excelentes relaciones familiares y hacemos un gran equipo para aportar y apoyar en el grupo, en trabajo y relaciones. (I)

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