El mercado de los videojuegos vive un momento particular: hay títulos de gran calidad, pero el costo del hardware no para de subir, en especial en el sector de las consolas. En este contexto, un informe de Tom Henderson publicado en Insider Gaming, deslizó que Sony y Microsoft analizan retrasar el lanzamiento de sus próximas consolas, previsto para 2027 o 2028. Si se concreta, el salto de generación tendría un intervalo de entre 7 y 8 años desde la aparición de la PS5 y la Xbox Series X/S.
El motivo central es la memoria RAM, tanto por su escasa disponibilidad como por sus precios elevados. Esta situación llevó a las compañías a considerar una postergación, a la espera de que los fabricantes de RAM puedan ampliar su capacidad de producción. Si eso sucede, habría una baja de costos que facilitaría el desarrollo de la nueva generación de consolas.
La mayor parte de la RAM disponible hoy se destina a cubrir la demanda creciente de infraestructura y procesamiento vinculados a la inteligencia artificial. Ese fenómeno provocó una disparada en los precios, con subas de varios cientos por ciento que afectan a toda la industria.
Esto genera dos problemas centrales para la industria:
Por un lado, con las nuevas consolas todavía a varios años de distancia, es probable que sigan los aumentos en los precios del hardware actual. Sony ya subió sus precios una vez; Xbox, dos. Hoy una PS5 cuesta más que en su lanzamiento, hace cinco años, en un mercado donde, históricamente, los precios tienden a bajar con el tiempo. Microsoft, por su parte, llevó el precio de la Xbox Series X de 2 TB hasta los US$ 800. Ese valor, entre otros, impactó de lleno en sus ventas, que vienen cayendo fuerte. Nintendo, en cambio, evitó ajustes de precios en su nueva Switch 2, aunque salió al mercado por US$ 450, bastante por encima de los US$ 300 de la primera Switch (que también tuvo un aumento reciente del 10%).
Y eso abre la siguiente pregunta: si las consolas actuales ya cuestan tanto, ¿cuánto saldrán las de próxima generación? ¿Una PlayStation 6 o la futura Xbox podrían arrancar desde US$ 800 o US$ 1.000? Incluso podrían superar esos valores, especialmente fuera de Estados Unidos. Sin una baja en los costos de la RAM ni recortes generales, esas cifras hasta podrían generar pérdidas para las empresas. Y lo más preocupante: esos estimados podrían quedarse cortos. @@FIGURE@@
A todo esto se suma un escenario económico global que golpea de lleno el bolsillo de los consumidores. El poder adquisitivo bajó, y cada vez cuesta más justificar un gasto de US$ 1.000 en una consola que, no hace tanto, valía US$ 300. Con el alquiler, la comida y otros gastos básicos por las nubes, el consumo también se resiente. En este contexto, no se trata solo de aumentos en el precio de la RAM: se trata de verdaderos picos.
La inteligencia artificial sigue devorando todo a su paso, ya sea al reemplazar puestos de trabajo o por la presión que ejerce sobre la demanda de hardware. Por ahora, no hay señales de que eso vaya a frenarse.
Nota publicada por Forbes US