Cuando llegamos a su residencia, la primera en salir a la puerta fue Cookie, quien nos recibió con un ladrido amigable y moviendo su cola. Al ingresar comprobamos por qué Giovanni Mondin, vicepresidente ejecutivo de Teojama Comercial se considera una persona meticulosa y perfeccionista: cada cosa está en su lugar y Cookie, su mascota, perfecta, de peluquería, lista para la sesión de fotos.

“En mi casa soy bien cargoso y eso me critican mucho (risas). Soy súper meticuloso, tengo memoria de elefante, no me olvido de nada, estoy detrás de cada uno para que las cosas funcionen, mi esposa me tiene que decir 'ojo, no estás en la oficina'. El tema del orden no es negociable, con el pasar de los años se ha empeorado, cuando vamos de viaje todo tiene que ser hecho con mucha anticipación, con mis hijos trato de ser un poco mas relajado".  

“Cookie llegó cuando tenía un mes de nacida, mi esposa Gaby no era nada perruna, a mí me encantan, pero un sábado no sé qué le picó y nos llevó a ver una cachorra que una amiga de mi suegra tenía en adopción. Apenas la vimos, todos quedamos enamorados. Era una bolita de pelos blancos que entraba en mi mano”.

El nombre lo pusieron sus hijos Fiorella y Antonio, porque soñaban con tener un french poodle igual al que su papá había tenido en su juventud, que se llamaba así y sobre el cual les había contado cientos de historias.

“Al principio era terrible, Gaby quería botarla a la semana, se ensuciaba en las alfombras, en los sillones, era un desastre, yo cerraba los ojos y me iba a la oficina. Un día se puso tan brava que la sacó afuera y le dijo 'no entras nunca más'. Todos nos preocupamos, entonces empezamos a involucrarnos más en su educación y cuidado. Ahora la ama a mi esposa, ella es su adoración, no se la despega. Si alguien se acerca, la defiende; para ella, Gaby es su mamá.”

Esta mascota cambió la vida de la familia de este ejecutivo de 44 años, duerme con ellos, pese a tener su cama propia llena de peluches. Es una comelona, les encanta llevarla de paseo en el carro, sobre todo donde los abuelos. Confiesa que es más estricto con sus hijos, aunque Cookie es la mimada de la casa y que no le importa que su ropa se llene de pelos cuando va camino a la oficina.

Mondini es el soporte directo del Presidente de la empresa, el back office es su responsabilidad. En sus manos está que el área comercial, los talleres y las ventas de repuestos funcionen a la perfección. En 2023, Teojama Comercial cumplirá 60 años. Antes de la pandemia facturaba entre US$ 110 y US$ 120 millones, este año espera cerrar en US$ 85 millones. Mondin comenta que el mercado ha cambiado totalmente en estos tiempos, que la competencia de marcas chinas es muy fuerte y solo como marca Hino se ha perdido casi un 20 % la participación en el mercado. 

“Para llegar a los niveles anteriores tenemos que diversificarnos y en eso estamos trabajando. Estamos negociando la importación de vehículos livianos, esperamos para mediados del 2023". (I)