El mejor whisky escocés del mundo, según los Global Spirit Awards de Las Vegas 2025
Dos etiquetas escocesas contemporáneas se quedaron con el máximo puntaje en Las Vegas gracias a una mezcla precisa de barricas, fermentaciones largas y perfiles aromáticos complejos que capturaron al jurado.

En los Global Spirit Awards de Las Vegas 2025, el whisky escocés se llevó todas las miradas. Dos whiskys de malta modernos alcanzaron la categoría Platino: Isle of Raasay Cask Strength se quedó con el galardón al Mejor Whisky Escocés tras obtener una puntuación casi perfecta de 99 sobre 100, mientras que Lindores Abbey logró 98 puntos. Este artículo presenta a ambos ganadores y cuenta por qué sus estilos particulares convencieron al jurado, compuesto por jueces experimentados, de que estas nuevas etiquetas están a la altura de los mejores whiskys del mundo.

Los Premios Globales de Bebidas Espirituosas de Las Vegas son una competencia estadounidense organizada por referentes del sector y celebrada en esa ciudad. Las bebidas se evalúan mediante catas a ciegas a cargo de un panel de jueces con amplia trayectoria. Las muestras se agrupan por estilo y se califican sobre 100 puntos, según su apariencia, aroma, sabor, equilibrio y final.

Se entregan medallas de platino, oro, plata y bronce, además de premios especiales al mejor producto de la categoría y al mejor producto de la exposición. Los productores reciben devoluciones del jurado que pueden aplicar para mejorar la calidad o el marketing. Los resultados de las medallas suelen destacarse en etiquetas, folletos y carteles publicitarios.

Según Eddie Rivkin, director ejecutivo y fundador de la LVGSA, "Los whiskies escoceses galardonados en los Premios Global Spirit de Las Vegas de 2025 representan la cumbre de la tradición, la maestría y la artesanía ancestral. Cada ganador cuenta una historia —de lugar, paciencia y pasión— que captura el alma de Escocia en cada sorbo. Estas extraordinarias expresiones nos recuerdan por qué el whisky escocés sigue siendo una de las bebidas espirituosas más veneradas del mundo".

Isle of Raasay, Cask Strength, whisky escocés de pura malta, 61,6 % ABV, 700 ml

Isle of Raasay es la primera destilería legal de la isla de Raasay, una pequeña porción de tierra en las Hébridas Interiores de Escocia. Fundada por R&B Distillers, comenzó a operar en 2017. El estilo de la casa se basa en dos nuevas expresiones: una sin turba y otra con un leve toque ahumado. Ambas maduran por separado y luego se mezclan.

Las barricas envejecen en la propia isla, en un clima marítimo húmedo con fuertes oscilaciones térmicas, lo que potencia la interacción con la madera. Raasay es conocida por su receta de "seis barricas", que se aplica tanto a sus whiskys sin turba como a los ligeramente turbados. Para cada uno, utilizan tres tipos de barricas: barricas que antes contuvieron whisky de centeno, que aportan notas especiadas; roble virgen Chinkapin (Quercus muehlenbergii), que suma matices dulces de caramelo y coco; y barricas de vino tinto de Burdeos, que agregan notas de frutos negros y una base tánica.

Utilizan turba de las Tierras Altas, secada por su propio maltero. A diferencia de la turba yodada o medicinal típica de Islay y otras zonas costeras, la de las Tierras Altas tiene un perfil más floral, con notas de brezo y un humo que recuerda a la leña fría. Los niveles de fenoles son moderados y el humo, aunque claramente presente, no domina. Se integra bien y aporta carácter sin imponerse.

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En nariz, el whisky despliega aromas intensos de cáscara de naranja confitada seca, con notas de frutas de carozo, especialmente damasco maduro, y malta con un dejo meloso. También se perciben toques florales y ahumados que remiten a popurrí y brezo, junto con coco tostado y cacao, aportados por las barricas de roble Chinkapin. Las barricas de vino suman notas de grosella negra y pasas, mientras que las de centeno aportan un toque especiado de jengibre y centeno.

En boca se muestra suave, untuosa y con buena densidad. Tiene un cuerpo marcado que realza sabores de toffee, vainilla, fruta de carozo asada, compota de bayas, pimienta rosa y clavo de olor. El humo se impone con un carácter frío y floral, como si proviniera de brezo seco encendido. También aparece una nota salada, que remite claramente a la influencia marítima. El final es largo y complejo, con capas bien definidas. Se destacan notas persistentes de chocolate amargo, ralladura de naranja, especias para repostería, un humo seco con matices florales de brezo y un leve toque tánico aportado por el vino tinto.

Abadía de Lindores, whisky escocés de pura malta Lindores MCDXCIV (1494), 46 % ABV, 700 ml

La destilería de la Abadía de Lindores está en Newburgh, en Fife, junto a las ruinas de una abadía del siglo XII, considerada la cuna del whisky escocés. En 1494, el monje John Cor utilizó cebada malteada para elaborar aqua vitae destinada al rey Jacobo IV. Sin embargo, historiadores actuales sostienen que esa preparación tenía fines alquímicos y no se usaba para preparar bebidas calientes.

Esta destilería familiar, puesta en marcha en 2017, trabaja con cebada cultivada en Fife y agua que extraen de un pozo ubicado dentro de las tierras de la Abadía. La malta no tiene turba. Las fermentaciones son largas y se mantienen a baja temperatura para favorecer la formación de ésteres frutales. Los alambiques de cobre se emplean para obtener un destilado liviano, con un perfil marcadamente maltoso.

La maduración se realiza en una combinación de barricas: ex-bourbon, jerez oloroso y barricas de vino tinto STR (afeitadas, tostadas y carbonizadas), que luego se mezclan para reflejar el estilo característico de la casa. Lindores también produce un aguardiente herbal de inspiración histórica (Aqua Vitae), considerado un antecedente del whisky escocés. Sin embargo, su single malt principal tiene un perfil moderno y frutado.

En nariz, el whisky despliega aromas de frutas de huerta y frutas confitadas, como gotas de pera, tarta de manzana y cáscara de limón. Se suman notas de malta melosa, crema de vainilla, avellana tostada y pasas rubias, aportadas por las barricas de jerez y vino STR. En boca es suave y sedoso, con sabores que recuerdan a galletas de manteca, miel, damasco, helado de naranja y especias para repostería. Las barricas de bourbon aportan vainilla y coco, las de jerez suman notas de nuez y pasas, y las de vino STR contribuyen con frutos rojos maduros y un leve toque tánico. El final es de intensidad media y deja un recuerdo dulce, con notas persistentes de praliné de almendras, malta cocida, ralladura de cítricos y un leve toque especiado del roble.

Raasay y Lindores demuestran que el whisky escocés actual puede mantener sus raíces y, al mismo tiempo, ofrecer propuestas audaces. Ambas maltas reflejan el carácter del lugar, con fermentaciones cuidadas y un trabajo preciso con la madera que aporta profundidad sin excesos. El humo con matices de brezo y las capas de roble de Raasay evocan madurez costera, mientras que la fruta de huerta y las especias suaves de Lindores celebran el equilibrio y la atención al detalle. Ya sea solos o con unas gotas de agua, estos whiskys premiados con medalla de platino confirman por qué la nueva generación escocesa está logrando puntajes —y fidelidad— al nivel de las etiquetas más consagradas.

*Con información de Forbes US.