Mariano Hueter comenzó a inmiscuirse en el mundo artístico desde su adolescencia. “Me gustaba mucho leer, escribir y ver películas”, comparte con Forbes quien hasta tuvo su propia banda de rock, además de estudiar actuación y participar en obras de teatro. “Usaba el arte como una forma de escapar del mundo cotidiano, de buscar otras experiencias que en mi adolescencia fueron fundamentales”, precisa el productor.
El gran logro de Hueter es haber llevado su pasión al ámbito profesional, escribiendo y dirigiendo proyectos, vinculado constantemente con el arte. Con sólo 21 años, Hueter produjo su primera serie. “Fue un tren que me golpeó de frente”, reconoce. Hoy, con 34 años de edad, puede mirar hacia atrás y ver cómo sus ideas moldearon plataformas como Disney+, Netflix, Amazon, Flow, Star+, Viacom y MGM.
Con Star+, tuvo el privilegio de dirigir “El Grito de las Mariposas”, uno de los proyectos más ambiciosos y significativos. Para Amazon, de la mano de Jesús Braceras, escribió la segunda temporada de “Barrabrava”, una serie muy potente que se estrena este año. Con Flow desarrolló y llevó a distintos países dos temporadas de “El Mundo de Mateo”, una miniserie policial muy personal, escrita y dirigida por Hueter.
“Recuerdo el emblemático cine Babylon en Berlín (Alemania) repleto de europeos viendo los dos primeros capítulos de la serie, en el marco del Festival Internacional de Series de Berlín, y se me pone la piel de gallina. Y en este momento, con Gato Grande y MGM, estamos desarrollando una serie apasionante que sucede en México y que, si todo sale bien, me tendrá como autor y director”, adelanta el productor argentino.
En conversación con Forbes, el productor y empresario habla del futuro del streaming en la Argentina, cómo la tecnología está transformando la industria y cuál será la próxima gran revolución que vivirá el sector.
A diferencia de los productores de la vieja generación, ¿qué le aporta al mundo del entretenimiento la mirada de los jóvenes?
Creo que pasa lo mismo que en la política, el deporte o el arte en general. Las generaciones nuevas venimos para romper con aquello que ya nos cansa, que no nos interesa, que nos parece obsoleto. Hablo por mí cuando digo que estamos en el momento de las historias disruptivas, provocadoras y aquellos relatos que nos hacen replantearnos muchas de las cosas que damos por obvias, o que no nos cuestionamos. Creo que las series deberían hacer su aporte desde ese lugar, ponernos a pensar, volarnos la cabeza. Un contenido que no genera nada profundo en el espectador, es el tipo de contenido que para mí no vale la pena.
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¿Hacia dónde va el mundo de las plataformas de streaming?
Creo que hay una transformación sutil que está ocurriendo ahora y no muchos perciben. Se trata de la mezcla y la homogeneidad del contenido. Las grandes fusiones de los principales grupos de medios, que hacen que todo se nuclee en menos de diez servicios de streaming en todo el mundo, generan un catálogo de historias donde no hay mucho lugar para romper el molde. Eso es parte del lado negativo de esta situación, pero al mismo tiempo, existe la posibilidad de acceder a cualquier contenido de cualquier lugar del mundo.
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Las plataformas como Netflix fueron una de las grandes revoluciones del mundo del entretenimiento. ¿Cuál creés que puede ser la próxima gran revolución?
Sin dudas, el mundo del entretenimiento hoy se basa en tres pilares. Las plataformas de streaming, las redes sociales y los e-sports. Creo que estos últimos llevan la bandera de la revolución que se viene o que ya está sucediendo. Los deportes electrónicos hoy conglomeran a una audiencia similar a la del mundial de fútbol. Creo que la interconexión entre los e-sports, el streaming y las redes sociales es parte de la revolución que más futuro tiene en la industria del entretenimiento.
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¿Cuánto sale producir una serie?
Cada proyecto es un mundo, y los valores de una serie dependen de muchos factores (época, producción, cantidad de capítulos, elenco, tiempo de rodaje, etc.). Sin embargo, podríamos decir, muy a grandes rasgos, que hoy producir una serie nacional pequeña ronda los ciento veinte mil dólares por episodio, y una serie latinoamericana promedio está por debajo de los quinientos mil dólares por episodio.
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¿De dónde provienen las ganancias de los proyectos?
Esto depende del tipo de derechos económicos que explote el proyecto y sus condiciones. Por ejemplo, si una productora local hace una serie “original” para una plataforma, es decir que cede en exclusividad los derechos de la serie solo para esa plataforma, ahí la ganancia proviene de lo que se conoce como “fee de producción” o, en otras palabras, porcentaje de ganancia, que ya está incluido dentro del presupuesto. En líneas generales, es de entre el 10% al 15% como máximo.
Ahora bien, si una empresa productora hace una serie propia y la vende terminada a una plataforma (por un territorio y tiempo determinados), luego también tendrá ganancia por cada otra venta que haga de la serie, por ejemplo, a canales de televisión, a plataformas de otros países, venta del formato para remakes, y más.
Luego, cada plataforma de streaming (Netflix, Star+, Amazon y otras) evaluará cuán rentable le ha sido la inversión en esa serie. Es decir, según su estrategia, cuántos suscriptores nuevos generó, cuántas visualizaciones tuvo y cuánta audiencia fidelizó; esa es su “ganancia”, si se puede usar ese término.
¿Qué condiciones se establecen en los contratos con las grandes plataformas por los ingresos que generan tus productos?
Lo más común hoy en día es que se cierre un precio fijo por la adquisición de una serie, por un tiempo determinado (por ejemplo, cinco años). Al productor que vende una serie no le cambia en nada que la serie tenga miles de views, o millones. En todo caso, impacta en la posibilidad de renovar el acuerdo por otro periodo de tiempo. Eso sí significaría un ingreso adicional en el tiempo, o en la posibilidad de hacer una segunda o tercera temporada. En otras palabras, el impacto del público en una serie, ayuda al creador y productores de la serie, para que puedan seguir produciendo.
Luego existen acuerdos más pequeños, llamados Revenue Share, donde algunas plataformas pagan cierta cantidad de dinero por cada visualización. Esos acuerdos suelen ser insignificantes en términos económicos, y se suelen utilizar para series o películas que ya han explorado otras ventanas comerciales y que están terminando su recorrido comercial.
¿Cómo son los contratos? ¿Anuales? ¿Por temporadas?
Los contratos para un director o guionista (autor) son por temporadas. Es decir, para dirigir, escribir o trabajar en la temporada completa de tal o cual proyecto. Esos contratos establecen ciertas pautas de exclusividad para que el autor o director le dé prioridad a ese proyecto por sobre otros. Y esos mismos contratos establecen posibles escenarios futuros, en caso de que a la serie le vaya bien. Es decir, se establece cómo serán las condiciones de contratación en el caso de que se haga una segunda temporada. Las grandes plataformas usan grandes contratos para tener la mayor cantidad de certezas y garantías a la hora de encarar un proyecto.
¿Qué tan rentable es producir series?
Depende para quién. Es decir, hay dos partes a la hora de producir una serie. Por un lado, la empresa productora y, por el otro, la plataforma de streaming. La empresa productora tiene un presupuesto cerrado, y le será rentable producir una serie siempre y cuando pueda hacerla manteniéndose dentro de los costos establecidos. Un rodaje y una producción son eventos donde, muchas veces, los imprevistos impactan de forma inesperada y los negocios se ven afectados. Pero, si en términos generales, la productora ha ejecutado bien el presupuesto, es razonable que tenga una rentabilidad del 10% al 15%.
Del otro lado tenemos a la plataforma. Para ellos, producir una serie es un riesgo que no siempre es rentable. Es muy difícil saber a ciencia cierta si una serie fue una pérdida de dinero absoluta o una ganancia formidable. Sucede que las plataformas trabajan en bloques, y la sumatoria de contenidos que producen y estrenan son los que hacen que cientos de miles de espectadores la elijan y paguen todos los meses para usarla.
La rentabilidad de la plataforma tiene más que ver con un balance, un análisis del año y los objetivos comerciales que esa empresa estableció a corto y largo plazo. Por ejemplo, hubo un momento en el que Netflix claramente gastaba en sus producciones más dinero del que generaba, pero esto era parte de una estrategia para ganarle a la competencia y recuperar esa inversión a largo plazo.
¿Qué quieren ver los jóvenes hoy en día?
Creo que realmente nadie lo sabe, ni los propios jóvenes. Sin embargo, soy de los que analiza las conductas de visionado de los adolescentes, y sí tengo en claro que hay varias cosas que ya no quieren ver más, o simplemente no eligen. Por ejemplo, temporadas muy largas. Series que no se comprometen con ningún tema específico o que no los interpelan con algo concreto.
