Para esta ejecutiva colombiana Ecuador no era desconocido. La primera vez que vino a nuestro país fue en 2016 cuando se desempeñaba como Trade Marketing Supervision Andean & Central América de Bayer, una multinacional químico-farmacéutica fundada en Alemania en 1866 que hoy tiene presencia en 87 países con más de 100.000 empleados.
En ese entonces venía especialmente a las provincias de la Costa, unas cuatro veces al año por una semana. La impresión que tenía era de bonanza y continuo crecimiento.
Los viajes de Ricaurte seguían hasta que se radicó en el país. Desde hace dos años y medio se desempeña como Andean Sales Manager Vegetable Seeds Business de Bayer.
Graduada de Administración y Negocios Internacionales en la Universidad de la Sabana en Bogotá, Colombia, su sueño era ser ingeniera agrónoma y estudiar en la Escuela Zamorano en Honduras, pero cuando le propuso a su papá, recibió de respuesta un no rotundo. Como ella dice, le bajó de la nube de un tirazo.
Una vez graduada, hizo una pasantía en Chevron-Texaco. En 2012 obtuvo un diplomado en negocios y estudió inglés en la universidad de Loyola en Nueva Orleans.
Esta ejecutiva de 35 años vivió hasta los 15 años en una hacienda, lo que marcó su amor por el campo y la naturaleza. Mientras trabajaba en Biomax, una compañía dedicada a la distribución mayorista de combustibles líquidos derivados del petróleo, se abrió una oportunidad en Monsanto, una multinacional estadounidense productora de agroquímicos y biotecnología. Corría el 2014 y Ricaurte no dudó ni un minuto en aplicar para hacer realidad un sueño de toda su vida. Cinco años después Bayer compró esta empresa y Ricaurte asumió el cargo como Regional Strategy and Transformation.
“Puedo decir que el Ecuador real lo conocí hace dos años, ahora viajo por todo el país supervisando los cultivos. En Bayer Ecuador manejamos un portafolio de ocho productos, por ejemplo, de tomate, brócoli, cebolla, zanahoria, pepinos y pimientos”.
En un principio, Ricaurte se resistía a mudarse definitivamente por lo que los viernes en la noche tomaba un avión a Bogotá y regresaba el lunes a primera hora. En una ocasión una compañera de trabajo le invitó a pasar un fin de semana.
A partir de entonces no quiso volver a irse. “La conexión con la gente fue inmediata, la empatía fue natural. Me abrieron las puertas con amabilidad. Poco a poco fui generando una red de amigos fuera de mi esquema laboral. Me absorvió la calidez de los quiteños, su sencillez y bondad”.
Esta colombiana desborda simpatía y al mismo tiempo calidez; asegura que el Ecuador tiene cosas muy mágicas como es la diversidad y la posibilidad de acceder a muchas cosas en distancias cortas. En menos de cinco horas estas en la playa o la Amazonía.
“Soy una persona out door. Disfruto mucho de cabalgatas en los páramos de la sierra y esquiar en las frías aguas del lago San Pablo en Imbabura. Las Termas de Papallacta son el lugar ideal para dejar el estrés”.
Por trabajo, pasa una semana cada tres meses en Perú. Debido a la ola de inseguridad y violencia que se vive en la provincia de Esmeraldas y otras zonas costeras se ha restringido su movilidad. Pero insiste que Ecuador es mucho más que eso.
“El mercado de Ecuador es muy estable, por eso estamos enfocados en alcanzar un crecimiento más agresivo para el próximo año. Queremos llegar a US$ 4 millones de facturación. Nuestra participación en Ecuador dentro de todo el portafolio de Bayer es de un 26% de participación de mercado en lo que se refiere a semillas y vegetales”.
Amante de los mariscos, en noviembre de 2022, sus prioridades cambiaron. Un ecuatoriano dedicado a la exportación de flores se robó su corazón. Entre risas nos cuenta que está moviendo sus fichas para radicarse definitivamente en este país. (I)
