Cuando Fanny Uribe asumió la alcaldía de Santa Cruz, en la provincia de Galápagos, se trazó un objetivo: su administración debía ser diferente y moderna. Quería dejar un legado que impactara y trascendiera. Encontró en la sostenibilidad el vehículo para dejar su huella en la gente y en el medio ambiente.
En el 2024 inició la planificación para hacer mejoras en el sistema vial de la ciudad. La alcaldesa reunió a su equipo técnico y le planteó el reto de encontrar soluciones amigables con el medio ambiente. A su despacho llegaron varias carpetas de empresas diferentes, pero una le llamó la atención.
El equipo encontró en Israel una tecnología que les permitía construir vías ecológicas con geoceldas de alta resistencia y durabilidad. Esta innovación llevó a Santa Cruz a ser el primer cantón en aplicarla y ser ejemplo para el resto del país.

¿Cómo funcionan estas geoceldas? Son estructuras tridimensionales en forma de panal, fabricadas con polímeros resistentes, que se utilizan para confinar y estabilizar el suelo. Es decir, permite que la tierra permanezca en su lugar y de manera uniforme, evitando su desplazamiento.
"Con esta obra de 3,5 km estamos ahorrando un poco más de 3.000 volquetes de material pétreo. En Santa Cruz y en Galápagos, no solo hablamos de construir caminos, sino de un nuevo paradigma. La tecnología neoloy que estamos utilizando en estas vías, con la que se fabrican las geoceldas, nos permite estabilizar el suelo, usar materiales locales, y disminuye la huella de carbono, gracias a la implementación de tecnología de primer mundo para el Patrimonio Natural de la Humanidad".
Esa solución, que requirió una primera inversión de US$ 2 millones, permite reducir el uso de 3.000 volquetes de material pétreo y la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).
El proyecto no solo tiene impacto ambiental positivo, también genera empleo en la ciudad. Por primera vez, las mujeres forman parte de esta obra. Cinco vecinas de Santa Cruz se dedican a unir estas geoceldas. Lo hacen con un sistema de grapas especiales de metal de alta resistencia, fabricadas con acero galvanizado con recubrimiento de zinc.

"Este es un hito importante para las mujeres de Santa Cruz. Soy la primera mujer en la Alcaldía y desde mi cargo quiero darles más visibilidad y generar empleo", aseguró Uribe.
La primera fase, de 3,5 km, culminará en diciembre. Este proyecto es un ejemplo para el país. Uribe asegura que recibe llamadas de otras alcaldías y prefecturas que quieren replicar esta obra sostenible.
"Lourdes Tibán, de la prefectura de Cotopaxi, me aseguró que quiere ser la segunda mujer en aplicar esta tecnología verde en el país", afirma.
La segunda fase del proyecto contempla otros 7 km, costará US$ 3,8 millones y arrancará en febrero del 2026.
La Universidad Técnica de Ambato-EP fue la encargada de aplicar esta tecnología en Santa Cruz. Se estima que estas vías con geoceldas duren 75 años, lo que implica reducir costos en reparaciones y minimizar el impacto en emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte de materiales del continente a la isla.
DATOS 
                                    	        
Beneficios de las geoceldas de alta resistencia fabricadas con tecnología neoloy:
 1.) Las mujeres pueden participar en la instalación (grapando)
 2.) Disminución de emisiones de CO2
 3.) Ahorro en tiempos de construcción
 4.) Ahorro en costos
 5.) Ahorro en mantenimiento
 6.) Soluciones de por vida, con garantía a 75 años
 7.) Las geoceldas de neoloy no son contaminantes (P) 
                                    	         
            	
              
 
             
             
             
             
             
             
             
            