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Con el paso del tiempo me doy cuenta que el éxito de las personas no está en sus posiciones o en sus bienes sino únicamente en las conexiones que logra crear y mantener. Todo lo demás es pasajero.

02 Febrero de 2024 12.39

Muchas veces hemos escuchado que las amistades son tesoros que hay que saber cultivarlas. En mi caso, ese fue un ejemplo súper importante. Mi papá es súper amiguero y desde pequeña crecí con esa imagen de que los amigos pueden darte los mejores momentos y convertirse en familia. Como lo dice Emily Dickinson “todo mi patrimonio son mis amigos”. Gracias a esta red de amistades tengo un gran patrimonio. 

Bien dicen que los amigos son la familia que uno escoge y por eso compartas más y mejores momentos que con la misma familia. De hecho, puedo decir que si tienes una familia por elección y si también dentro de tu familia de nacimiento te sientes cómodo y apoyado por algunos miembros puedes considerarte de las personas más afortunadas. Yo me siento así ya que he podido tener un balance con las dos formas de familia. 

Creo que heredé de mi papá esa facilidad de no solo por hacer amigos sino de mantenerlos y que sean de realidades bien variadas. Esa familia por elección llega a ser tu apoyo, tu círculo de confianza y tu mayor fuente de distracción. 

El primer lugar donde conoces y comienzas a formar amistades es el colegio. Se cree que ellos son tus amigos más sinceros y reales. Si aún mantienes con ellos una amistad real, súmale otro éxito a tu vida. Ellos te han visto evolucionar y también retroceder y siguen estando a tu lado. Conocen tus defectos y aun así están a tu lado para apoyarte a alcanzar una mejor versión. Lloran y ríen contigo. Aquellos que están contigo en las malas se merecen disfrutar de los buenos momentos. Además de conocerte muy bien, conocen a tu familia y tu entorno y logran descifrar el porqué de ciertas actitudes que tomamos sin que seamos juzgados. No siempre logras mantenerte junto con ellos; pero si eres de esas personas que aún comparten su día a día con sus amigos del colegio has tenido una amistad real que ha superado al contexto y has constatado que la amistad requiere ser alimentada por ambas partes. 

Otros amigos los creas en la universidad, en el trabajo y con tus hobbies. Ellos se van sumando a tu red de contactos y vas aprendiendo a ver las cosas bajo otras perspectivas y sabes que nada es absoluto. A diferencia del colegio ellos vienen de otros entornos y eso te permite enriquecerte de conocimientos y realidades. Ellos te permiten crecer y mostrarte sin los condicionamientos que a veces los entornos clásicos y estructurados nos presionan a tener. Te enseñan que a veces te acercas o te alejas de las personas porque ya no son compatibles con los cambios que vamos teniendo y que eso también es sano. Estoy convencida que la gente que llega a nuestras vidas es porque debe enseñarnos algo y aquellos que se van igualmente ya cumplieron con su enseñanza. 

De esta manera uno suma y resta amistades. Sin embargo, la idea es tener un grupo de personas que logra motivarnos y sostenernos porque la vida es una montaña rusa de momentos y emociones. 

Con muchos llegas a tener una cercanía única, incluso mayor que con hermanos u otros familiares. Pero, así como hay amigos que se vuelven familia; hay familia que se vuelven amigos. Esto aplica desde mi punto de vista a un círculo bien pequeño de la familia; con aquellos con los que se tiene mayor química, se comparten intereses y tienen más tolerancia a las diferencias. Ellos logran pasar esa línea de familia a amigos. 

Con el paso del tiempo me doy cuenta que el éxito de las personas no está en sus posiciones o en sus bienes sino únicamente en las conexiones que logra crear y mantener. Todo lo demás es pasajero. ¿Qué tanto logras mantener tus relaciones? Yo les llamo personas “goma” y son aquellas que logran unir las distancias físicas en las relaciones, encontrar momentos para crear recuerdos y fomentar un espacio donde todos puedan alcanzar un desarrollo personal que ahora lo llamamos “mejor versión”. En estos espacios podemos mostrar nuestra vulnerabilidad. Todos somos la “goma” de alguna relación y es muy lindo mientras sea nuestra voluntad. 

Incluso considero que es importante que estemos en amistades donde podamos aprender, pero también desaprender. Cuando uno es pequeño aprende muchas cosas, pero de adulto debemos desaprender muchas cosas para volver a aprender. Solo ahí llegamos a ser quienes realmente somos y queremos.

Las tradiciones y fechas importantes ayudan a alimentar y mantener las relaciones. Gracias a mi papá por enseñarme y motivarme a crear amistad y hacer de esto una prioridad de vida. A mi mamá por permitirme hacer de nuestra casa un lugar donde hemos unido a mi familia por elección y a mi familia que son amigos. Cualquier pretexto y tradición es la excusa perfecta para reunir a quienes queremos. (O)

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