La Biotecnología es aquella rama de la ciencia que basa su actuar en recursos biológicos para el desarrollo de bienes y servicios orientados a diferentes ámbitos. En los últimos tres años la aplicación de procesos biotecnológicos en el área de la medicina para la generación de las vacunas contra el COVID-19 ha sido quizás la evidencia más palpable del potencial de la biotecnología en la sociedad. Sin embargo, el espectro de aplicación de la Biotecnología se extiende a otros campos como por ejemplo la agricultura, la remediación ambiental y el campo industrial.
Las empresas biotecnológicas, sin duda, han presentado un crecimiento robusto en los últimos años. De acuerdo con un reporte de Data Bridge Market Research, se prevé que el mercado de la biotecnología crezca con una tasa anual del 27,9% hasta el 2028. La llegada de la pandemia ha sido la principal razón que ha disparado el crecimiento de la biotecnología en el campo de la medicina. La generación de las nuevas vacunas, antivirales y otros productos relacionados con la salud, generaron en el 2021 un crecimiento del 35% respecto al 2020.
Pero el campo de acción de la Biotecnología va mucho más allá del ámbito de la medicina. En el 2020, las investigadoras Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna fueron galardonadas con el premio Nobel de Química por el desarrollo de un método de edición de genoma a partir de un sistema bacteriano llamado CRISPR/Cas9. Lo interesante de este descubrimiento es que la edición se puede llevar a cabo en genomas de plantas, animales o humanos, y con una precisión que abre las puertas a un sin fin de oportunidades: desarrollo de órganos y tejidos para xenotrasplantes, modificación de plantas alimenticias para mejorar sus propiedades nutritivas (sin llegar a ser transgénicos), nuevos productos antibacterianos, entre otros.
Otro hito fundamental para el desarrollo de la Biotecnología fue el descubrimiento realizado por Craig Venter en el año 2010 cuando creó el primer “genoma sintético” con capacidad de autorreplicarse y controlar el metabolismo de su huésped. Este gran avance, dispara el término conocido hoy como “biología sintética”. Este concepto es una mezcla entre la ingeniería y la biología en sí, que se orienta a estandarizar y automatizar el uso de complejos sistemas biológicos para crear productos y servicios en beneficio del ser humano.
Si bien el desarrollo de estas tecnologías ha potenciado el crecimiento de empresas biotecnológicas en países como Alemania, Estados Unidos y Canadá. Para América Latina, la Biotecnología representa una oportunidad única. La Bioeconomía, que implica el uso de recursos biológicos para el desarrollo de nuevos productos y servicios, es propicia para un continente cuya mayor riqueza se esconde en la gran cantidad de recursos biológicos que posee. Por ahora, el gran desafío para la región es generar desarrollos biotecnológicos propios.
Brasil, México y Argentina impulsan la bioeconomía, como ejes de desarrollo y fomentan planes de acción en sus estrategias de desarrollo. Por otra parte, varios países de la región, entre los que se incluye Ecuador, se han dedicado a estudiar y entender el potencial de la bioeconomía para el desarrollo del país. Esto no quiere decir que en Ecuador no existan desarrollos biotecnológicos. Por ejemplo, la industria agrícola es quizás la mayor beneficiaria a nivel nacional, a través del desarrollo de variedades y cultivo in vitro de especies, identificación molecular de variedades y diagnóstico molecular de enfermedades o plagas, preservación de especies de interés, la generación de bioinsumos, nutracéuticos, prebióticos y otros negocios nacientes en el país con perspectiva de crecimiento.
Sin duda, la Biotecnología en Ecuador es muy reciente, pero cabe destacar que se han ido generando políticas e iniciativos públicos que promueven su desarrollo. Un aspecto fundamental en este proceso es generar un acercamiento entre los investigadores y el sector privado, que finalmente es el que cuenta con los recursos, pero también conoce las necesidades del mercado. (O)
