La comunicación efectiva es la capacidad de expresar ideas, sentimientos y opiniones de forma clara y respetuosa, logrando que el mensaje sea entendido como se desea. Sin embargo, en la actualidad esta forma de comunicarnos ha cambiado mucho debido al uso constante de la tecnología, los mensajes y las redes sociales.

Hoy en día, muchas personas prefieren hablar y resolver conflictos por mensajes de texto en lugar de hacer una llamada telefónica o tener una conversación cara a cara. Detrás de una pantalla, algunos se sienten más seguros porque pueden pensar qué decir, evitar ver la reacción del otro o incluso desaparecer sin responder. Pero esto también genera una pregunta importante: ¿por qué escondernos detrás de una pantalla en lugar de dar la cara?
 

Los mensajes escritos tienen una gran desventaja: no transmiten emociones con claridad. El tono de voz, los gestos y las expresiones faciales se pierden, lo que puede causar malentendidos. Un mensaje puede interpretarse de muchas maneras y, en lugar de solucionar un problema, puede empeorarlo. A veces, una simple conversación en persona puede resolver en minutos lo que por mensajes se vuelve un conflicto largo y confuso.
 

Las redes sociales también han cambiado la forma en que nos comunicamos. Aunque permiten estar conectados con muchas personas, en muchos casos han debilitado la comunicación real. Se habla más por publicaciones que en persona, se discute desde el anonimato y se dice con facilidad lo que quizás no se diría frente a frente. Esto ha generado relaciones más superficiales y menos diálogo sincero.

La comunicación efectiva requiere valentía, empatía y responsabilidad. Dar la cara, hablar con respeto y escuchar al otro demuestra madurez y fortalece las relaciones. La tecnología puede ser una herramienta útil, pero no debería reemplazar el valor de una conversación honesta y directa.

En conclusión, comunicarnos bien hoy en día implica saber usar la tecnología sin dejar de lado lo humano. Hablar en persona, escuchar con atención y expresar lo que sentimos con respeto sigue siendo la mejor forma de entendernos, resolver conflictos y mantener relaciones sanas. (O)