Finalmente llegó el verano a Quito. Ese ansioso agosto de vacaciones y relax. En Quito, sin embargo, tenemos un verano peculiar. El hermoso cielo quiteño toma tonos morados por las noches; un efecto realmente increíble. Los días soleados, aunque pocos, nos permiten lucir esos outfits veraniegos y el fluido tráfico nos permite tener una mejor actitud a lo largo del día.
Nos encanta ser únicos y por eso nuestro verano no es como el de todo el mundo. Es en realidad una mezcla de días calurosos y otros fríos. El viento por las madrugadas y las noches nos recuerda que estamos en medio de volcanes. Por eso cualquier outfit de verano debe siempre tener algún saco o chaqueta.
Los parques empiezan a tener más concurrencia de gente a lo largo del día, los centros comerciales están llenos de niños y adolescentes que están ocupando sus horas libres dando vueltas. ¿Pero esto realmente mueve la economía?
Los gastos para entretener a los niños durante todo el día por un mes o un mes y medio claramente permiten que muchos negocios aumenten sus ventas o se diversifiquen para satisfacer esta necesidad o la de adultos que buscan despejar su mente con el sol de verano.
Los campamentos de verano, los cursos vacacionales y los viajes cortos dinamizan de cierta manera la economía en estos meses. Además, los rooftops, los restaurantes con terrazas empiezan a verse llenos no solo a horas picos sino a lo largo del día.
Puedo ver en la Gonzalez Suarez, la República de El Salvador, por la Floresta y el mismo centro histórico que los restaurantes tienen más concurrencia en especial en las tardes noches. Hay grupos de amigos, parejas y familias que optan por salir a comer algo y disfrutar del clima de verano.
El sol permite que los after office se puedan dar en la tarde noche sin escondernos del frío. La tranquilidad de que los niños están de vacaciones y que el tema escolar es un peso menor permite que los papás también busquen espacios de diversión y así se mueve la economía. Todos queremos tener un disfrute de verano y no necesariamente tiene que ser saliendo del país. Incluso ciertas discotecas han creado planes desde temprano para disfrutar el escaso calor capitalino.
He visto muchos parapentes por el parque La Carolina, lo que me indica que muchos quiteños han optado por este tipo de entretenimiento, así como paseos al Centro Histórico aprovechando las actividades que han desarrollado museos y restaurantes. Varias cafeterías tienen catas de café o chocolate y hasta actividades familiares para aprovechar estos días de verano. Algunas haciendas y hosterías tienen pases del día para que las familias puedan pasar un día de desconexión
Hay quienes han optado por ir a la playa, disfrutar de los tours para ver el apareamiento de ballenas y salir un poco de la rutina de la capital. O quienes se están preparando para competencias deportivas que sus entrenamientos se facilitan sin las lluvias y los fríos típicos de nuestra ciudad,
Sea cual sea el tipo de verano que más nos guste, Quito aún nos ofrece varias opciones para disfrutar este último mes de verano. Podremos ser una capital pequeña, pero hay mucho encanto. (O)
