Forbes Ecuador
Andrés Toro
Liderazgo
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Andrés Toro Runruil trabaja para Global Green Growth Institute (GGGI), el Instituto de Crecimiento Verde Mundial, que tiene su sede en Seúl, Corea del Sur. Desde agosto de 2022 vive en Vanuatu, un país-archipiélago de Oceanía que tiene cerca de 300.000 habitantes. Además, ha creado un generador de agua atmosférico. La última vez que estuvo en Ecuador fue en 2016.

16 Enero de 2023 06.10

Son las 07:00 en Vanuatu, un país de Oceanía, y las 16:00 en Quito, Ecuador, cuando el guayaquileño Andrés Toro Runruil ingresa a la sala de Zoom de Forbes Ecuador para hablar de su trayectoria profesional en el mundo de las finanzas verdes. Viste una camisa de estilo hawaiano, lentes y lleva su cabello recogido en un moño.

Su formación en inversiones verdes se dio en Alemania, en Corea del Sur y, desde agosto de 2022, habita en Vanuatu, una isla de la región conocida como Melanesia, cerca de la Polinesia, en el Océano Pacífico. Toro trabaja para Global Green Growth Institute (GGGI), el Instituto de Crecimiento Verde Mundial, que tiene su sede en Seúl, Corea del Sur y cuyo objetivo es promover el crecimiento verde, a escala global. El GGGI asesora al gobierno de Vanuatu en temas financieros con enfoque sostenible.

Con 37 años y estudios en finanzas, desarrollo y economía circular, este ecuatoriano se enfoca en conseguir recursos para proyectos en un país que tiene algo más de 300.000 habitantes y donde el turismo y la agricultura son sus principales actividades económicas.“Empecé a trabajar con el GGGI en Corea del Sur y ahora mi rol es conseguir fondos internacionales o domésticos para proyectos ambientales, de energías renovables, mitigación ambiental”. 

Toro comparte oficinas con autoridades del gobierno de este archipiélago que tiene 83 islas, de las cuales unas 60 están habitadas. “La vida y el clima en la capital, Port Vila, son como en las Galápagos. Pero en otras islas las cosas son más complicadas, no todas tienen accesos a servicios básicos, por ejemplo. Es soleado y húmedo, una gran diferencia es la temporada de ciclones, que dura hasta abril. Supe que en 2015 fue uno de los más fuertes, con alto impacto en la economía y paralizaciones de los servicios”, cuenta desde una pantalla a 12.600 kilómetros de distancia de Ecuador.

Alejarse de su tierra natal no es nuevo para este profesional ecuatoriano. Vivió en Estados Unidos donde estudió inglés; luego fue de intercambio a Australia y regresó al país donde trabajó en una multinacional y en un banco. Después obtuvo una beca del gobierno de Corea del Sur para estudiar una maestría en Global Finance and International Development. Su estadía en la potencia asiática fue de 2016 a 2020 y resultó determinante para Toro. “Allá empecé a trabajar en GGGI y cuando llegó la pandemia las prioridades cambiaron para el país y para el instituto”. Eso afectó bastante a GGGI, específicamente a los fondos que llegaban desde varios países; entonces, Toro cambio de domicilio, otra vez.

Su nuevo destino fue Alemania donde estudió una segunda maestría, ahora en Economía Circular. Dos años estuvo en la principal economía europea, entre 2020 y 2022, hasta que la relación con GGGI se reactivó y se abrió una posición en Vanuatu, donde saborea verde y yuca como si estuviera en Ecuador.

¿Cómo te defines en lo profesional?

Siempre he buscado financiar proyectos verdes. Cuando trabajé en el banco, vi que en ese entonces la cartera de préstamos no tenía fondos para asuntos ambientales como las energías renovables. Entonces me propuse aprender sobre el tema, sumar experiencia, para en el futuro trabajar en temas del cambio climático. Mi meta fue conocer cómo financiar proyectos verdes, temas en economía circular, saber cuáles son los nuevos negocios que tienen tres frentes: uno social, uno ambiental y uno financiero. Cuando salí de Ecuador no sabía lo que eran las finanzas verdes, pero aprendí y allí he concentrado mi carrera.

¿Cómo es un día tuyo?

Vivo solo, acá amanece temprano, a las 5:30 ya está claro. Voy al gimnasio, regreso a mi departamento, desayuno y salgo rumbo a la oficina. Tengo reuniones con distintos stakehokders, con autoridades, analizo ideas y proyectos. En estos días me he reunido, por ejemplo, con una cervecería que quiere reducir su huella de carbono, también estoy trabajando en un proyecto de torres de energía, entre otros temas. Recibimos ayuda internacional, pero también fondos del sector privado y mover esos recursos es un trabajo importante en favor de la población. Lo importante de todo esto es que los proyectos se puedan estructurar y accedan a recursos.

¿Cómo te sientes a los 37 años y las experiencias vividas?

Estoy muy satisfecho de haber tenido oportunidades. Me gusta explorar, aprender, siempre con miras de regresar a Ecuador y aplicar lo aprendido. Lo vivido en los temas financieros y el trabajo con las autoridades de Vanuatu me sirven mucho. Por eso estoy desarrollando un producto mío que nació durante mi estadía en Alemania: se trata de una tecnología que resuelve la falta de agua, es un generador de agua atmosférico que toma el líquido de la humedad en el aire, la filtra y la almacena en un tanque, es totalmente purificado y apta para el consumo humano. Es toda una investigación.

¿Los temas ambientales siempre te han interesado?

Desde niño. Recuerdo que una vez, mientras miraba en la televisión El Mundo de Beakman, descubrí la importancia de cuidar el agua cerrando bien las llaves. Desde ese día revisaba todas las llaves de mi casa y entendí la importancia de reducir el consumo. Además hice un voluntariado con una ONG en la que instalábamos letrinas en zonas donde no había agua. Muchas veces la gente da por sentado el acceso al agua y no siempre es así. Eso me ha movido siempre, el dinero no sirve de nada si no se ayuda a la gente con soluciones como las que estamos desarrollando.

¿Qué distracciones tienes?

Practico surf, kitesurf, también estoy aprendiendo vela. Además salgo con amigos los fines de semana, vamos a bares, es un ambiente tranquilo. Pero aún tengo tareas académicas pendientes y todas las noches estoy ocupado. Como somos pocos ya nos vamos conociendo, ya saben mi nombre y que soy de Ecuador.

¿Qué planes has trazado para el futuro?

Estar en Vanuatu unos dos o tres años, hay mucho por hacer. Los ciclones pueden causar mucho daño y allí el trabajo que hacemos es clave para recuperar lo que se pueda perder. Luego pienso ir para Asia, África o el Caribe, y luego regresar a Ecuador. Me siento bien con lo hecho y con lo que estoy haciendo. Me he preparado para esto y me lleno de satisfacción al ver cómo se concretan los proyectos que hemos pensado. (I)

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