Robert Wright, presidente Ejecutivo de Bodega Dos Hemisferios, recibió el mejor regalo de Navidad. Hasta el momento de la llamada de la distribuidora en Europa, ni se imaginaba lo que había sucedido. Así que, cuando le comentaron que sus vinos se comercializan en 20 restaurantes en Alemania, cuatro con estrellas Michelin (Golvet, en Berlín; Ritzi y Bachofer, en Stuttgart; y Ox & Klee, en Köln), no cabía de felicidad.
Las exportaciones a Alemania empezaron en 2021, la primera fue de US$ 18.000 y la segunda, en septiembre de 2022, fue de US$ 33.000. En esa fecha, Wright había conversado con la distribuidora Vioneers, que le comentó que el producto tenía muy buena acogida por su sabor exótico, que lo estaban comercializando en restaurantes, hoteles boutiques y tiendas de vinos. Tuvieron que pasar cuatro meses, justo el 23 de diciembre de 2022, un día antes de Noche Buena, para enterarse que estaban en ese menú de establecimientos, Otro regalo fue saber que su vino Tomás Carlos es el que más acogida tiene y cada botella se vende en cerca de US$ 70.
“Tomás Carlos es una mezcla de seis cepas, el nombre es en honor a mi abuelo. Lo primero que les llama la atención es que sean producidos en Ecuador, un país que no se ha caracterizado por producir vinos, y que estos sean de buena calidad. En este caso, al destapar una botella se perciben aromas de banano, piña, maracuyá, frutos rojos, membrillo y hasta rosas”, describe Wright.
Dos Hemisferios nació en 1999 en el sector de San Miguel del Morro, en Playas, Guayas. Empezó con tres hectáreas y ahora supera las 30. Cuenta con una planta completa en el propio viñedo y 80 empleados. En la plantación se trabaja con 12 cepas diferentes, se produce 32 etiquetas y ha conseguido 30 premios nacionales e internacionales. Sus precios van desde los US$ 5 hasta los US$ 67 por botella. En 2020 facturaron US$ 1,7 millones, en 2021 US$ 2,8 millones y 2022 con US$ 3,4 millones. En 2023 esperan facturar US$ 4,2 millones. Los productos se exportan a Panamá EE.UU, España y Suiza. Además tiene una tienda en Guayaquil y están en vías de abrir otras dos: una más en el Puerto Principal y su primera en Quito.
Wright afirma que desafiaron la creencia de que en Ecuador, al ser un país que está ubicado en la mitad del mundo, no existían las condiciones para consechar uva para vino porque el clima no era favorable al no existir las cuatro estaciones. “Hemos demostrado que el buen vino no es exclusivo del hemisferio norte o sur”.
Las expectativas son grandes para 2023. Acaban de lanzar un vino color anaranjado, lo pusieron de nombre Inédito por ser un vino de exploración. Para ver si gusta o no, se hicieron solo 450 botellas. Está hecho de uvas blancas, pero con el proceso de tinto. Se comercializa a US$ 30.
Desde hace tres años reposa el espumante que saldrá a la venta en octubre o noviembre de este año, cuyo nombre es Destino, propuesto por uno de los accionistas de la empresa. Siempre se imaginó que podría ser un gran nombre para festejar a Ecuador. Su valor estaría en los US$ 30.
El próximo año empiezan con nuevos proyectos y una mayor expansión de su presencia internacional. Estarán presentes en la feria de vinos ProWein, a realizarse en Alemania del 19 al 21 de marzo. También está previsto crecer la plantación en un 8 %, importar nuevas cepas y estructurar un plan de exportación más agresivo al Viejo Continente. (I)
