Con la reciente elección del nuevo papa, Robert Francis Prevost, el mundo recibe una nueva figura espiritual. Lo que pocos saben es que los responsables de su imagen están diseñadores italianos que tejen a mano la vestimenta que puede llegar a costar US$ 8.000.
El proceso de vestir al sucesor de Pedro inicia antes de que se conozca su identidad. Por ello, se diseñan tres conjuntos de diferentes tallas para el anuncio de "Habemus Papam". Tres diseñadores se encargan de la vestimenta del Sumo Pontífice y de otras figuras como los cardenales.
La sastrería más antigua es Gammarelli, de Roma, fundada en 1798 durante el pontificado de Pío VI. Esta marca confeccionó los atuendos de los papas por casi dos siglos.
Otro diseñador importante es Filippo Sorcinelli quien vistió a Benedicto XVI y confeccionó 20 trajes para el Papa Francisco, entre ellos la vestimenta con la que asumió el papado en 2013 y la de su funeral. Además, explicó en una entrevista para El Mundo España, el precio de cada prenda va entre US$ 110 hasta US$ 7.900, pero el del Papa Francisco costaba más de US$ 7.000. La vestimenta tradicional consiste en la sotana blanca que simboliza pureza con 33 botones que representan la edad de Jesús al morir, con la muceta y la estola. El valor depende del bordado, los detalles y la tela. Cada papa decide cómo desearía verse.
El nuevo papa vestirá uno de los tres trajes de Raniero Mancinelli, un artesano que dirige sus sastrería desde 1962. Sus diseños se han visto plasmados en Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Los diseños se convierten en el patrimonio espiritual y cultural del Vaticano. Cada prenda conecta con siglos de historia eclesiástica, las personalidades de los pontífices y la creatividad de los artesanos que buscan materializar el legado de la Iglesia Católica.