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Bar El Boticario Ambato - Ecuador
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Al interior del Hotel Roka Plaza, un bar transporta a sus clientes a la década de 1930, después de la famosa ley seca en EE.UU. Cocteles y café son servidos de manera personalizada. Y en su preparación se utilizan elementos tan 'locos' como matraces, focos, sifón japonés... Este Carnaval estrena nuevos cocteles.

27 Febrero de 2022 12.25

Para fortalecer el carácter, un Vicvaporudo. Para el mal de amores, un Love Potion # 9. Para los malos pensamientos, un Santo Remedio. Para sentir la magia, un Focus Pocus. 

Carta. 

Un rumor ha trascendido de las fronteras de Ambato, de que allí existe un lugar mágico que con solo entrar transporta a sus visitantes a una época pasada. Palpitando en el corazón de la ciudad. Inquieta, seduce, coquetea con quienes pasan por la acera. Un ventanal que permite ver hacia su interior una decoración que más se asemeja a un teatro que a un bar. ¿Entramos o no entramos? La pregunta es instantánea. Y la respuesta, siempre, es la misma: entramos. Porque si va de paso por Ambato y no entra, la pesadilla de no haberlo hecho lo perseguirá por la eternidad. Y si vive en Ambato, y aún no ha ido, es un sacrilegio. 

Adentro es un túnel del tiempo. Todo evoca al momento del renacer de la coctelería, a los años treinta, después de que por una década se implantara en EE.UU. la Ley Seca y que provocó la proliferación de contrabandistas, mafiosos y bares escondidos, en los cuales se traficaba con licores de mala calidad. Después de ese lapso, nacen bares al estilo de lo que hoy es El Boticario, un espacio que pretendía ser oculto, pero que el gran ventanal se cruzó en el camino. 

Fachada. Foto: Pavel Calahorrano.

Esa es la primera parte de su concepto, el cuerpo. La otra, el alma, proviene de la historia de Ignacio Mirandini, un personaje que el bartender Xavier Miranda concibió en su imaginación para dar forma a su recetario de cocteles. Junto al barista Juan Proaño se dedicaron a crear este cuento, que es la base de la idea que entre ambos mostraron a la dueña del Hotel Roka Plaza, María Lorena Andrade, una cuencana que compró el lugar hace 20 años. Ella, por supuesto, les dio carta blanca para montar toda esta 'locura', como la define. 

Laura Palacios, Xavier Miranda, Juan Proaño y María Lorena Andrade. Foto: Pavel Calahorrano. 

Mirandini era un joven inquieto que había aprendido sobre el arte de la preparación de remedios para el alivio de males. Su curiosidad propia, ingenuidad y coraje, le condujeron hacia un exuberante viaje intercultural que tenía por objetivo la comprensión de la medicina desde la cosmovisión runa. Luego de sortear caminos inhóspitos, hurtos de equipaje, insectos malanochados, viandas exóticas y otras dificultades que no vale la pena describir, arribó a Los Andes (...). Tras varios pasajes descritos en la carta de El Boticario, Mirandini finalmente llega a ser el sucesor de la sabiduría ancestral del Inti, lo que se plasma en el desarrollo de las recetas para el alma que, a su vez, el bartender siempre y de forma personalizada brinda a los clientes. 

Bar El Boticario Ambato - Ecuador

La carta, impresa específicamente para que la gente se la robe, ofrece seis cocteles de autor que, desde septiembre de 2021, cuando se abrió al público el bar ambateño, son la 'droga' de quienes acuden al lugar. “Hay personas que se toman los seis de una sola sentada. Pero hay que comprender que no solo es la coctelería, sino toda la experiencia organoléptica que se viene a vivir aquí. Es mágica”, explica Laura Palacios, quien primero fue cliente y ahora es parte del staff. 

QUÉ BONITO EL CARNAVAL

La decoración, los adornos, la misma conexión de pasillos que conecta a un hotel hecho de piedra, la vestimenta del equipo, la alegría del servicio, los techos pintados como obras de arte, la utilización de matraces, humo que emana de las bebidas, nombres de cocteles que arrancan una sonrisa. Todo provoca un suspiro y un deseo irracional de no querer irse de ahí. 

También hay café. Espectacular. 

Y cerveza, pero nadie pide. 

Decoración. Foto: Pavel Calahorrano. 

No hay vino. El Boticario es un lugar para aprender y conocer sobre el hechizo de la coctelería. Tal como lo dice Miranda, “una cosa es ver y otra es probar. No solo es consumir alcohol sino llenarse de ese momento mágico. Aquí no se toma solo un trago, vendemos sensaciones, recetas para el alma. Los cocteles son la cura a tus males. Todo cuenta una historia. Es una experiencia basada en la parte visual y vivencial, no solo de un buen sabor, sino de toda la estadía”. 

Foto: Pavel Calahorrano. 

Por eso y mucho más, si aún está en casa o pasa por Ambato, no deje de hacer una escala en El Boticario. Estos días estrena carta temporal con seis nuevos cocteles, que representa el viaje de Mirandini hacia el mundo de la magia. Entre ellos puede encontrar un coctel que cambia de color ante sus ojos, otro que hace desparecer una rosa o, si prefiere, no olvide pedir la Koficilina, donde la medicina “es el café de tus ojos”. (I)

Foto: Pavel Calahorrano. 
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