La semana pasada, Anduril recaudó una mega ronda de financiación liderada por Founders Fund. La operación valoró a la empresa en más de US$ 30.000 millones y duplicó su valuación en menos de un año. El acuerdo convirtió en multimillonario al presidente de la compañía, Trae Stephens.
Stephens, exalumno de la Lista Midas de Forbes y socio de Founders Fund —fondo que lideró la ronda con una inversión de US$ 1.000 millones, la mayor en su historia—, tiene más del 3 % de Anduril, según estimaciones de Forbes. Esa participación empujó su patrimonio neto por encima de los US$ 1.000 millones. Stephens y Anduril evitaron hacer comentarios.
El interés de los inversores por las startups militares transformó a Stephens en el nuevo integrante de un grupo de multimillonarios que hicieron su fortuna vendiendo sistemas de armas al gobierno. Su socio en Anduril, Palmer Luckey, acumula una fortuna de US$ 3.600 millones, según Forbes, mientras que Alex Karp, cofundador y CEO de la empresa de software militar Palantir, tiene un patrimonio estimado en US$ 11.900 millones.
Desde su creación en 2017, Anduril encabezó una nueva camada de startups financiadas con capital de riesgo que producen armas, drones y software para el ejército. Ese ecosistema recibió un impulso cada vez mayor durante la presidencia de Donald Trump. El mes pasado, Anduril se convirtió en una de las compañías clave —junto con SpaceX y Palantir— en el desarrollo de un sistema de armas para el programa Golden Dome for America, impulsado por Trump. El plan cuenta con un presupuesto de US$ 175.000 millones y apunta a enfrentar amenazas de misiles.
Stephens recorrió un camino poco habitual para convertirse en multimillonario en Silicon Valley. Después de pasar por distintos cargos en política y en la comunidad de inteligencia, fue uno de los primeros empleados de Palantir, la empresa que cofundó Peter Thiel. El reconocido inversor lo convenció en 2014 para sumarse a Founders Fund como socio. En uno de los retiros organizados por esa firma conoció a Palmer Luckey, y juntos empezaron a gestar la idea de Anduril: aplicar la lógica de Silicon Valley a una empresa con peso en el sector militar.
Desde Founders Fund, Stephens también respaldó a otras tecnológicas del ámbito de la defensa. Entre ellas, Gecko Robotics —valorada en más de US$ 600 millones—, que fabrica hardware y software para proteger infraestructura militar, y Varda Space Industries —valorada en más de US$ 500 millones—, que prueba fármacos y produce equipos como cables de fibra óptica en el espacio.
También lideró la ronda de serie A de Flexport, una startup de logística para cadenas de suministro, cuyo valor más reciente ronda los US$ 8.000 millones. Sobre esa inversión, dijo en su momento a Forbes: "Ese cheque que extendí fue quizás el mejor, aparte del de Anduril".
Además de su rol en Anduril y Founders Fund, Stephens —que ocupó el puesto 19 en la Lista Midas de 2025— también cofundó Sol, una startup que fabrica anteojos con lentes tipo Kindle, diseñados para una lectura inmersiva. La última ronda de financiación inicial se concretó en 2023 y fue liderada por Garry Tan, director de Y Combinator.
Stephens trabajó en el equipo de transición de Donald Trump durante su primer mandato. Este año, sonó como posible candidato para un cargo alto en el Departamento de Defensa, pero la designación no avanzó. Según reveló Semafor, funcionarios de la administración manifestaron preocupación por las inversiones de Stephens. En ese momento, él prefirió no hacer comentarios.
En Anduril, que generó US$ 1.000 millones en ingresos el año pasado, Stephens busca ampliar la producción de su línea de productos militares. La empresa vende drones, cascos de realidad aumentada, sensores y software que los integra. En 2024 recaudó US$ 1.500 millones para construir una fábrica en Ohio, bautizada Arsenal-1, con el objetivo de acelerar la fabricación de drones aéreos y marítimos.
El mes pasado, Anduril anunció una colaboración con Meta para desarrollar un visor con inteligencia artificial destinado al ejército.
Los nuevos US$ 2.500 millones de financiación, en una ronda de serie G, también servirán para comprar otras empresas y expandir operaciones en Australia y Europa, según dijo la vocera Shannon Prior a Forbes la semana pasada.
Nota publicada en Forbes US.