El morete, también conocido como aguaje, entró a la canasta exportable de Ecuador. En marzo de 2025, se enviaron a Perú las primeras diez toneladas de pulpa de esta fruta poco conocida, no tradicional y que se cultiva en la Amazonía ecuatoriana.
Este primer envío marcó el inicio de un proyecto de mayor alcance. Una alianza que hizo posible la exportación del morete como materia prima para la elaboración de jugos frutales. Y ya se prepara otra temporada de cosecha que comenzará en octubre. Los planes son enviar 30 toneladas en 2026 y consolidar su presencia en el mercado internacional.
Pero ¿qué es el morete? Es una fruta amazónica originaria de América del Sur, de forma ovalada, textura rugosa y un color rojo o anaranjado intenso, con pulpa amarilla.
Crece en palmeras que pueden alcanzar los 25 metros de alto, también llamadas morete, se desarrolla en áreas inundables de la Amazonía como pantanos o humedales, explica Pablo Balarezo, coordinador del programa de Economías del Bosque de la Fundación Pachamama.
El coordinador destaca que la fruta es rica en antioxidantes, betacarotenos y vitaminas A y C. Su sabor es dulce, con un toque ácido y refrescante, lo que la hace ideal para preparar jugos, helados y otros productos. Además, se pueden obtener aceites y harinas aumentando su potencial de aprovechamiento.
La primera exportación fue de 10 toneladas de pulpa de morete por US$ 56.000. Fue extraída de 33 toneladas de fruta que se obtuvo de150 palmeras que crecen de forma silvestre en el cantón Arajuno de Pastaza. En la provincia, según Balarezo, hay alrededor de 250.000 hectáreas con esta planta en las comunidades Waorani, Achuar, Kichwa y Zápara.
Con el envío de marzo pasado, se beneficiaron 57 familias de las comunidades Waorani y Kichwa. Además de otras 21 familias miembros de la Asociación de Naranjilla y Frutales Amazónicos Murialdo (APNAFAM) que se encargan de procesar la fruta y extraer la pulpa, explica Balarezo.
En las comunidades, las mujeres y jóvenes se encargan de cosechar, seleccionar y pesar la fruta antes de enviarlo por canoa a Puyo. Los jóvenes se especializan en escalar y obtener el fruto de las palmeras, también cuentan con el equipo para hacerlo de forma segura.
Parte de un proyecto comunitario
El morete como producto de exportación es parte de un proyecto de la alianza, que desde 2019, mantienen la Fundación Pachamama de Ecuador y la multinacional Grupo Aje de Perú. El objetivo es convertir la fruta en el motor de la bioeconomía de comunidades indígenas de Pastaza dando "alternativas económicas sostenibles para las comunidades y nacionalidades de la Amazonía".
También quieren conservar 1.200 hectáreas de bosque, donde crece la palmera, en el cantón Arajuno. La inversión del proyecto fue de US$ 306.000, financiada a través de varios actores públicos y privados.
Según Balarezo, en la planta de procesamiento de APNAFAM invirtieron US$ 150.000, los fondos vinieron del Gobierno Autónomo Descentralizado de Pastaza y de la Agencia Francesa de Desarrollo. Otros US$ 56.000 se destinaron para el equipamiento de la planta, financiados a través de la Fundación Pachamama con apoyo de la Agencia Francesa.
La Fundación, con fondos de cooperación internacional, entre ellos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y el gobierno noruego, entregó otros US$ 50.000 para la asistencia técnica, control de calidad, capacitación en las comunidades, coordinación en la cadena de valor y más, dice Balarezo. Los US$ 50.000 restantes es la cotización del terreno de la contraparte APNAFAM.
Además, el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca emitió el certificado de denominación de origen a APNAFAM, el requisito para la exportación de la pulpa de morete. Con el Ministerio de Ambiente gestionaron los permisos de aprovechamiento de la fruta.
Para llevarla de las comunidades a Perú, la fruta seleccionada se guarda en sacos y es enviada en canoa hasta algunos puertos, uno de ellos Pitacocha en Arajuno, luego viaja en camiones hasta la planta de (APNAFAM) en Murialdo, Puyo. Una vez que la pulpa está lista es empacada en baldes de 18 kilogramos y congelada a -18 grados centígrados.
Luego la guardan en un cuarto frío que tiene una capacidad de 10 toneladas. Una vez que está lista, la empresa AJE envía un tráiler para llevarlas hasta el puerto de Guayaquil donde envía en barco hasta el puerto de Callao, en Perú.
20 toneladas acordadas
Según Pablo Balarezo, el acuerdo entre la Fundación Pachamama y la empresa AJE es enviar 20 toneladas de pulpa por temporada de cosecha que va entre los meses de octubre y febrero.
En la temporada de 2024, por el estiaje y los apagones solo pudieron extraer 10 toneladas de pulpa. Por eso en 2026 deben exportar 20 toneladas de esta temporada, más 10 de la pasada.
En octubre de 2025, las comunidades y la Fundación empezarán una nueva temporada de cosecha que finalizará en febrero.
Balarezo explica que uno de los requisitos de la empresa AJE para comprar el producto es que "el bosque se mantenga en pie", es decir, que no haya deforestación por la extracción del fruto, por eso cada palma de donde se cosecha está georeferenciada para asegurar la trazabilidad.
Los planes a futuro del proyecto, es abrir a otros mercados y explorar la opción de procesar aceite de la fruta, que es valorado para la fabricación de cosméticos. (I)