Forbes Ecuador
Camila Montenegro
Movimiento Inspirador
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Para Camila Montenegro, los sacudones de la vida no la han quebrantado. Salió del país en 2021, pidió asilo en EE.UU. y, después de trabajar como host en un restaurante, la vida le sonrío. Esta reportera es la responsable de contar las odiseas y malabares que viven los migrantes ecuatorianos para cumplir el sueño americano. Los primeros días de febrero de 2023 empezó esta nueva aventura profesional.

28 Marzo de 2023 16.28

Camila Montenegro, periodista de 26 años, llegó a EE.UU. en 2021 decidida a abrirse camino y  un nombre. Ella trabajaba en un medio de comunicación digital en Quito. Durante su permanencia ahí, realizó una investigación sobre un tema polémico. El trabajo periodístico generó advertencias y amenazas que le causaron temor sobre lo que podría pasarle a ella y su familia. "Tuve una presión mediática, sobre todo, de colegas periodistas con mayor trayectoria, que me acusaron de que había grabado una entrevista off the récord y que por eso el Fiscal del caso había recibido amenazas, que su vida y la de su familia corría peligro. En ese momento pensé que la mía también. Decidí que era el momento de dar un paso al costado y renuncié".

En esa misma época, su padre perdió el trabajo. Entonces, como familia, decidieron que era el momento de buscar nuevos rumbos, porque en Ecuador estaba muy complicada la situación. "No llegamos con posibilidades económicas, sino a ganarnos la vida en lo que nos ofrecieran para surgir". Ella, padre, madre y hermana de 11 años llegaron a EE.UU. con visa de turista. Allá fueron recibidos por un familiar que vive en Nueva Jersey. Apenas pisó suelo estadounidense, Montenegro pidió una cita en el departamento de migración para tramitar un asilo. "Los oficiales, cuando tuve la primera entrevista, quedaron sorprendidos con mi caso. El oficial me dijo que es la primera vez que escuchaba que una joven periodista pidiera asilo, esto por lo general no sucede. Le expliqué que hacía periodismo de investigación en Ecuador, que no contamos con las garantías suficientes para que nuestra vida esté a salvo".

Nacida en Cuenca, su infancia y adolescencia las pasó en Ambato. A los 18 años se mudó a Quito para estudiar periodismo en la Universidad de las Américas (UDLA). En esta etapa pasó un primer tropiezo, su padre quebró y no podía cubrir sus estudios universitarios. Empacó cuatro cosas y se fue a vivir con una tía en California, ahí trabajó en lo que podía para ahorrar dinero, cinco meses después regresó y en 2019 obtuvo su licenciatura en periodismo. "Al terminar trabajé en una radio como pasante, la directora de ese entonces marcó mi vida porque me dijo que el periodismo no era para mí, que me buscara otro oficio. Esas palabras fueron el empujón que necesitaba para realmente saber cuál era mi esencia y lo que quería ser". 

A principios de 2021 vivió una decepción amorosa que le sumergió en una fuerte depresión. Con los pocos ahorros que tenía se embarcó a África. Vivió cuatro meses haciendo voluntariado entre Kenia y Etiopía. Tras esa experiencia colaboró en la fundación "Sonrisas Africanas" en beneficio de los niños huérfanos de ese continente". Regresó a Ecuador y a las dos semanas aterrizaron en Nueva Jersey con su familia. "Siempre he tenido en mi esencia el ñeque de trabajar, de conseguirlo todo, así tenga que lavar platos o limpiar mesas".

En los caminos largos se aprende, durante año y medio esta periodista trabajó como host en un restaurante mientras con su familia intentaba ajustarse a su nueva realidad. "Trabajaba de manera clandestina, me pagaban cash, por lo que no había ningún récord. Mi papá trabajaba en la construcción y mi mamá ponía tapas a las cremas en una fábrica". 

Pero una noche, por esas casualidades que se presentan pocas veces en la vida, llegó al restaurante a cenar el presidente de Univisión. "Le di la mesa, cuando terminó de comer, me acerqué, le extendí mi mano y le dije quién era, que esperaba en algún momento poder trabajar con ellos, que me encantaría hacerle llegar mi hoja de vida. Enseguida me agregó a su Instagram. Pasó un año y dos meses para llegar a su oficina y pedirle trabajo, porque ya contaba con un permiso".

Esta joven ecuatoriana cree que fue una oportunidad de oro que solo podía pasar una en un millón, una mezcla de suerte, pero una "suerte" que jamás puede darse por sentada. En enero 2023 la llamaron para una primera entrevista con Luisa Collins, vicepresidenta de noticias de Univisión Nueva York. Le encomendaron hacer un reportaje, como prueba, sobre un incendio ocurrido en una guardería en Brooklyn. Tuvieron que pasar tres semanas en las que Montenegro no pudo dormir de ansiedad y angustia, los nervios la consumían. No sabía si la prueba había sido positiva. Finalmente, en febrero de 2023 recibió la respuesta esperada, ser reportera de noticias de Univisión NY. 

"Estoy preparando historias de ecuatorianos que han cruzado clandestinamente la frontera, que en número ha superado a los venezolanos y haitianos. Los noticieros de las 18:00 y 23:00, según estudios de mercado, son los más vistos por ecuatorianos, de ahí el interés de resaltar sus historias. Darles voz a quienes viven situaciones de una u otra manera similar a la mía".

Hoy está disfrutando al máximo su momento profesional, aunque confiesa que el frío y el viento de Nueva York le frisan no sólo las manos sino hasta el pensamiento (risas). Soñadora y emprendedora, tiene claro cuál es su meta a largo plazo: ser periodista de investigación del FBI. (I)

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