Su visión es clara: liderazgo es servicio
Katya López Mena tiene más de tres décadas de experiencia en comercio exterior, lidera un grupo empresarial con presencia en Ecuador y Estados Unidos. Son cuatro compañías que atienden toda la cadena logística y factura US$ 5 millones anuales. Preside la Federación Ecuatoriana de Agentes de Aduana y sigue marcando camino en un sector altamente dinámico.

Mónica Mendoza Saltos Editora General

Después de graduarse con una licenciatura en comercio exterior en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), en 1993, se le presentaron dos caminos. Le gustaba el derecho internacional y seguir la carrera de diplomacia o aplicar para agente de aduanas. A la semana se presentó en la Corporación Aduanera a rendir los exámenes y calificarse para ejercer como agente aduanero. El resultado fue 100 sobre 100. 

“Tengo el acta original guardada como un tesoro. En esa época éramos de las primeras profesionales especializadas en comercio exterior. La mayoría de las colegas eran economistas o abogados, pero pocos tenían preparación universitaria específica, eran empíricos”.

Katya López Mena tenía, entonces, 25 años y empezó a ofrecer los servicios de agenciamiento aduanero a empresas privadas y públicas. Nadie la conocía en esa área. Creó su propia compañía: López Mena Servicios Aduaneros Integrales, que operaba con el RUC como persona natural porque era lo que permitía la autoridad. 

Han pasado 32 años desde que incursionó en un sector marcado por la volatilidad y la corrupción histórica. Esta quiteña, de 58 años, ha sabido construir una reputación y consolidar un grupo empresarial que integra toda la cadena logística, con una visión de expansión internacional. 

Actualmente, es la gerenta general del Grupo López Mena que está integrado por cuatro empresas con presencia en Ecuador y Estados Unidos y que factura US$ 5 millones anuales. La primera es Pacater, dedicada al transporte interno pesado. La segunda, Megarutasautorizada por la Aduana para consolidar y manejar carga internacional. Y la tercera, López Mena, la agencia de aduanas. En Florida tienen Kassal LLC, business intelligence.

Katya viene de una “familia enorme” de ocho hermanos, siete mujeres y un hombre, donde tuvo un “referente impresionante”: su madre. “Ella fue una de mis mentoras” y quien la inspiró para tener la seguridad de que podía lograr todo lo que se propusiera. Posee el título de máster en dirección ejecutiva de empresas por el IDE Business School, y también es ingeniera en comercio exterior e integración por la UTE.

Empezó a laborar desde temprana edad. A los 13 años trabajó en un negocio familiar de una de sus hermanas. Fue su primera actividad en dirigir equipos y manejar un negocio. Era un local de comida rápida, la primera que llegó a Quito, recuerda. “Esa fue mi primera experiencia teniendo gente a cargo”.

Durante todas las vacaciones del colegio buscaba prácticas para adquirir experiencia, aunque no le pagaran. Cuando se graduó en el Colegio América ingresó a la UTE, que en ese momento era la única con la carrera de comercio exterior, tenía un pensum interesante y le pareció que no era nada de lo que ya existía en el mercado. 

Paralelamente, a los 18 años comenzó a trabajar en el área de comercio exterior en la textilera Internacional. Ahí vio de cerca el proceso de importaciones, el trato con aduanas, los pagos, el transporte, la logística, cómo llegaba la materia prima y lo que se lograba después. “Me di cuenta de que no era solo ‘meter papeles’ o hacer trámites, sino lo que se logra, que detrás hay un proceso productivo que alimentaba familias, vestía personas, movía un ecosistema completo”.

¿Cómo supo que ese era su camino? Lo confirmó cuando trabajaba en la textilera. “Entendí el propósito: contribuir con un bien mayor. No era solo emprender, aunque fue duro, sino que la gestión en Aduana sostiene industrias enteras. Por ejemplo, en el sector médico: conocer que un producto que uno importa salva vidas, o que un oxígeno retenido en frontera puede costar la vida de pacientes, te hace ver que no es solo una profesión, sino un conjunto de actividades que permiten a la sociedad vivir, producir, exportar, mantenerse segura”.

El comercio exterior es dinámico, lo ha vivido como “una montaña rusa”, rápido, cambiante, inestable. “A mí me gusta ese ritmo vertiginoso, estar pendiente de problemas, innovar, cambiar”. No es una profesión plana. Cree que hay que tener capacidad de adaptación constante.

Cuando comenzó a prestar servicio decidió que debía implementar lo que conocía técnica y profesionalmente, y sobre todo “elegir a quién dar servicio y a quién no”. En la Aduana se sabe quién es quién. “Uno se construye una reputación y ese es el mayor valor agregado que podemos entregar. Por eso, nos califican como operadores confiables y seguros”. 

Katya dice que ha tenido la suerte de trabajar con clientes que siguen con el grupo después de 30 años. Pone el ejemplo de Aymesa, una de las pocas ensambladoras de vehículos que quedan en el país, lleva 32 años con la compañía. “Eso demuestra que hicimos las cosas bien, cumpliendo la ley. Si un cliente me pedía pagar cero cuando debía pagar veinte, simplemente no le daba el servicio. La reputación y la credibilidad son esenciales”.

La pandemia fue una prueba de fuego para su negocio. La Aduana y la logística nunca se detuvieron. Los puertos siguieron operando y tuvieron que mover personal al puerto de Guayaquil en condiciones muy difíciles. “En abril de 2020, con 70% menos de operaciones, había que pagar utilidades, impuestos, nómina. Fue el mes más duro, con la mayor cantidad de fallecidos en Guayaquil. Mantener la operación, cuidar al equipo y sostener empleos fue lo más complejo”.

Cuando comenzó su empresa arrancó con solo tres personas. Ella, su esposo, y un auxiliar de aduanas, después contrataron a una secretaria y un mensajero, hasta sumar cinco. Con su esposo fueron compañeros de profesión en la UTE. “Intentamos con un negocio de courier propio, pero lamentablemente los socios no hicieron bien la tarea y tuvimos que cerrar al año. Después me dediqué completamente a ser agente de aduana”.

El grupo cuenta actualmente con 91 empleados para brindar servicios logísticos a toda la cadena de suministros desde la asesoría para procesos de importación, exportación, aerospace, transporte internacional, consolidación de carga (forwarding), bodegaje simple (cross docking) y transporte dentro del Ecuador, hasta la asesoría de proyectos de comercio internacional.

Liderazgo y gremios

Katya López define el liderazgo como servicio. “En logística todo es servicio. Cada paso, desde el proveedor hasta el transportista, desde el puerto hasta la Aduana, es un servicio. Si entendemos que debe ser de calidad, oportuno y pensado en ayudar al cliente a tener éxito, ahí está el verdadero liderazgo. No se trata solo de facturar o conseguir clientes, sino de ayudarles a crecer. Cuando mi cliente crece, yo también crezco. Es un círculo virtuoso”.

Ha promovido la inclusión de mujeres en un sector tradicionalmente masculino. Fomenta la cultura de crecimiento interno. “Aprendí a delegar con control, a crear una cultura y un clima laboral que permita el crecimiento. Tenemos personas que comenzaron en la recepción y hoy dirigen el área de servicio al cliente. Dar oportunidades de crecimiento y formar a la gente es fundamental”.

Ella ha roto mitos en un campo tradicionalmente de hombres. Actualmente, ejerce el segundo periodo, 2023-2027 como presidenta de la Federación Ecuatoriana de Agentes de Aduana (FEDA). Está conformada por cinco asociaciones: dos en Guayaquil, dos en Quito y una en Tulcán, con 320 agentes de aduana, de los cuales 250 están federados. El periodo anterior fue 2023-2025. 

También ocupó la vicepresidencia del gremio entre 2021-2023. Y lideró la Asociación de Agentes de Aduana de Quito en dos periodos. El 27 de noviembre de 2025, fue electa como vicepresidenta administrativa – Financiera de la Asociación Internacional de Agentes Profesionales de Aduana. Y actualmente está en el segundo periodo como vicepresidenta de la Asociación Logística del Ecuador (Asolog). 

¿Cuál es la diferencia del liderazgo de las mujeres en este campo? “Con respeto a los hombres, creo que las mujeres pensamos de manera más integral, un 360. Vemos el servicio como algo completo: puede ser una carta, un asesoramiento, una gestión. Esa comunicación pequeña marca la diferencia. No me gusta encasillar en género, creo que la capacidad es general, pero sí hemos demostrado que podemos cambiar mitos y aportar resultados distintos”.

El tema gremial siempre le gustó, “lo llevo en la sangre”. A los 21 años trabajó en el entonces Congreso Nacional con el presidente Wilfrido Lucero, por la Democracia Popular, y ella estaba a cargo de los asuntos internacionales. “En esa época él también asumió la presidencia del Parlamento Andino y me contrató para acompañarlo dos años. Esa experiencia me dio gusto por entender cómo se manejan las cosas”.

En el 2000 fue prosecretaria de la Federación de Agentes de Aduana. Ya con la escuela del Legislativo “uno pierde el miedo y aprende cómo se dirigen las sesiones. Me afilié a varias cámaras y asociaciones”. En la Asociación de Agentes de Aduana de Quito (SAFA), que tiene 50 años, fue secretaria tres veces y en 2018 fue la primera presidenta mujer, a los 40 años de fundada.

Además de su rol empresarial y gremial, Katya López participa como vicepresidenta en Women in Supply Chain-Ecuador (WINS), una organización internacional que reúne a mujeres de toda la cadena de suministros: compradoras, agentes de aduana, bodegas, transporte. En Ecuador ya son 120 socias, y la red también existe en Perú, Colombia, Chile, República Dominicana y Panamá. (I)