Nada como tomar agua directo de la llave. Esa sana costumbre de muchos hogares casi se ha perdido y para remediar esto nació hace tres años Yakupura, un emprendimiento que diseña y ensambla filtros de agua que se colocan en las llaves de la casa o la oficina.

Esta idea sencilla arrancó en 2019. Jocelyn Valencia y Carolina Placencia, ingenieras ambientales con espíritu emprendedor, se juntaron y decidieron crear una solución para acceder a agua filtrada apta para el consumo humano. Ellas se tomaron ocho meses para idear y desarrollar el producto, y en septiembre de ese año salió a la luz el primer filtro de Yakupura. El primer canal de comercialización fue TVentas. “Nuestra meta era desarrollar un emprendimiento social y ambiental. Habíamos pensado en un filtro de agua para mejorar la calidad de agua que consumen las personas”, explican estas dos emprendedoras que tiene un tercer socio: Danilo Mendoza, encargado de la administración del negocio.

Entre septiembre y diciembre de 2019 el filtro tuvo una buena aceptación y las ventas en ese período alcanzaron los US$ 30.000. La llegada de la pandemia alteró los planes y las emprendedoras cambiaron de estrategia: se enfocaron en la venta directa y la promoción en redes sociales; así se mantuvieron a flote y lograron facturar US$ 33.000 durante 2020.

El equipo, poco a poco, sumó experiencia y se animó a participar en varios eventos de emprendimiento, para darse a conocer y para levantar fondos que potencien sus filtros. De esta manera recibieron capital semilla y asesoría del Estado, de organizaciones como la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación, de multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de empresas como Nestlé. Desde 2020 hasta la fecha, ha levantado capital semilla por cerca de US$ 180.000, recursos que han sido aprovechados para crecer.

Los filtros se arman con piezas de proveedores nacionales. Papel filtro y carbón activado de coco son algunos de los insumos que se utilizan en el ensamblaje que se realiza en una planta en Puembo. “Es un producto innovador, diferente, con impacto ambiental y social, enfocado en la salud de las personas”, dice Valencia, con un filtro en su mano.

Una de las acciones que funcionó en la promoción fue un anuncio en televisión. Uno de nuestros mentores nos sugirió probar esta alternativa. “Con ayuda de amigos se produjo el anuncio que se transmitió en el horario prime en el que se pasaba una novela turca. Fueron 15 impactos y nos ayudó muchísimo. En la pauta invertimos US$ 5.600”.

En enero de 2021 su producto tuvo un nuevo hito: entró a Supermaxi. Fue una confirmación de la aceptación que tenían los filtros y las fundadoras sabían que debían dar un siguiente paso.  En abril de este año idearon una jarra que lleva un filtro. “Es un producto pensado en la familia. Las primeras jarras las hemos diseñado nosotras y se producen en China, pero estamos por empezar a  fabricarlas en Ecuador”. Además, ya prueban dispensadores en restaurantes y cafeterías de Quito para completar lo que se puede llamar una trilogía de filtros para el hogar y la oficina.

Y los logros siguen. Las dos emprendedoras sabían que su filtro es un producto de exportación. “Por redes sociales nos escribían de Perú, Venezuela, Costa Rica…, pero no sabíamos cómo lograr esa primera exportación”. Eso cambió y el año pasado enviaron por un servicio de courier 200 filtros a Lima. “Eso nos hizo pensar en las posibilidades de ese mercado. Al mismo tiempo, el Ministerio de Producción de Perú convocó a un concurso.  Buscaban emprendimientos con ventas y posicionados en sus países de origen. Nos dijeron que vayamos y nos dieron capital semilla para empezar a operar allá”.

Como resultado, Yakupura acaba de constituir una empresa en Perú y busca un Country Manager. “Abrimos la puerta, Perú es un mercado muy grande y estamos tomando decisiones. El reto no solo es llegar, sino tener rotación del producto”. La siguiente parada de los filtros será Panamá, este año. “Llegaremos a la cadena de supermercados del Grupo Rey, con la guía de la AEI y Corporación Favorita. Y luego queremos entrar a EEUU. En 2023. No nos apuramos, vamos despacio”, dicen las fundadoras de este emprendimiento ecuatoriano que tiene ocho empleados, el año pasado tuvo ventas por US$ 100.000 y este año proyecta duplicar esa cifra. (I)