En Ecuador, la Asociación de Gays, Travestis y Transgéneros Coccinelle lideró el movimiento que luchó por defender los derechos de las minorías sexuales. Sus integrantes se juntaron para derogar el primer inciso del artículo 516 del Código Penal que penalizaba las relaciones homosexuales consentidas. Era 1997 cuando se despenalizó la homosexualidad en el país. Han pasado 26 años y muy pocas cosas han cambiado para la comunidad LGBTIQ+.
Una de ellas es el acceso al trabajo, en especial para la población transgénero. Según cifras del “la Encuesta para identificar vulnerabilidades en la población LGBTIQ+” de 2021, el desempleo de las personas travestis llega al 83 %, en transmasculinos al 43 %, en transfemeninas al 50 % y personas transexuales al 38 %.
Para abordar esta temática, invitamos al primer episodio del podcast sobre género y diversidad, Mix Bag, a Nua Fuentes, mujer trans socióloga con mención en ciencias políticas, maestrante en ciencias sociales y experta en género, desarrollo, transfeminismo, disidencia sexual y el trabajo sexual.
También nos acompañó Jose Joaquín Bohórquez, transmasculino, Psicólogo Clínico de la Universidad Central del Ecuador, Funcionario Humanitario en Proyecto de Movilidad Humana; tiene experiencia como acompañante de personas de la diversidad sexogenérica, disidencias, sobrevivientes de violencia basada en género y personas en movilidad humana.
Frente a las experiencias de las personas trans en el ámbito laboral, Nua explicó que “no hay una sola realidad, pero la discriminación es la tónica de esto. Discriminación y acoso, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es uno de los problemas que más dificultan el trabajo para mujeres y grupos prioritarios como la población LGBTIQ+”.
La conversación también abordó el tema del cupo laboral trans que tuvo un primer debate en la Asamblea Nacional y consiste en que un porcentaje de los puestos laborales del sector público sea asignado a personas trans. “Para nosotros es súper importante, en el cupo laboral, no solo hablar de cantidad de personas contratadas sino de la calidad de vivencias en el trabajo que estas personas están teniendo”, señaló Bohórquez refiriéndose a que estos espacios deben garantizar una seguridad y no discriminación.
Además, indicó que existen varios obstáculos para que la población trans acceda a un puesto de trabajo. “Por ser trans quizá no accedí a educación, por ser trans no tengo una red de apoyo que me vaya impulsando en la vida. (…) Por ser trans llevo una historia que va a devenir en que yo tenga menos posibilidades de acceso al trabajo”.
Según Fuentes, “sí hay una política pública, pero falta una mejor implementación, falta un control”. En relación de lo que falta en temas de política pública afirmó: “yo principalmente hablaría de protección, sensibilización e inclusión. Protección: leyes que nos protejan de la discriminación. Inclusión: leyes que nos incluyan y, finalmente, leyes que nos hagan sentir seguros”. Por su parte, Bohórquez añade que es fundamental una “sensibilización para la población en general”.
“Les personas trans no solamente aspiramos a tener un mínimo de vida, un sueldo básico, que lo deberíamos tener, pero también deberíamos poder construir nuestros sueños y eso creo que estamos haciendo e intentando pelear por ello”, agrega Fuentes. (I)
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