La enfermedad renal crónica (ERC) avanza silenciosamente y afecta a alrededor del 8 % de la población en Ecuador. Alfonso Silva, vocero de la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología, y Klever Sáenz Flor, gerente de Gestión de Calidad y director médico de SYNLAB Ecuador, recalcaron que la prevención es clave para evitar esta dolencia. Ambos estuvieron en nuestros estudios para una nueva edición del podcast de Forbes Ecuador.
La conversación empezó con un dato: a escala global, más de 850 millones de personas conviven con algún grado de daño renal, lo que ha llevado a Naciones Unidas a promover políticas de detección temprana.
Los especialistas alertan que la mayoría de pacientes desconoce su condición: nueve de cada diez personas con enfermedad renal no saben que la tienen. Esto se debe a que los síntomas aparecen en etapas avanzadas. Por ello, insisten en que la clave está en fortalecer el tamizaje desde la atención primaria y considerar los factores de riesgo: diabetes, hipertensión, obesidad, antecedentes familiares, enfermedades autoinmunes y cálculos renales, entre otros.
Klever Sáenz destacó un plan piloto desarrollado entre Ecuador y Colombia con 300.000 personas, donde se identificó que el 4 % tenía algún grado de disfunción renal, usando únicamente la creatinina y el cálculo automático de la tasa estimada de filtrado glomerular (eTFG). Esta herramienta incorporada en los reportes de SYNLAB Ecuador permite a los médicos reconocer población con riesgo de daño renal de manera temprana, rápida y sin costo adicional.
Silva añadió que la diabetes es la principal causa de ERC, responsable del 40 % de los casos en diálisis. En Ecuador, cuatro de cada diez pacientes dializados son diabéticos, lo que agrava el panorama clínico y económico. Ambos especialistas enfatizaron que la prevención debe ser simple y accesible: realizar exámenes básicos como creatinina en sangre (eTFG) y relación albúmina–creatinina en orina permite detectar el grado de daño en fases tempranas.
Los profesionales médicos insistieron en la importancia de hábitos saludables para proteger los riñones: hidratarse adecuadamente (dos litros de agua al día), evitar alimentos ultraprocesados, mantener actividad física constante, controlar la presión arterial y el azúcar en la sangre, y no automedicarse (especialmente antiinflamatorios). También, llamaron a los pacientes a involucrarse más en su salud y a preguntar en cada consulta: “¿Cómo están mis riñones?”
La Sociedad Ecuatoriana de Nefrología y SYNLAB Ecuador preparan una campaña nacional para promover la salud renal y reforzar la educación tanto de médicos como de la población. Su objetivo: disminuir el número de personas que llegan tardíamente a tratamiento y evitar que más pacientes progresen hacia enfermedad renal crónica severa y por ende a terapias de reemplazo renal (diálisis - hemodiálisis). (P)
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