Las acciones de Spotify cayeron más de un 4% en la apertura de las operaciones el martes, después de que la plataforma de transmisión de audio anunciara que el fundador multimillonario Daniel Ek dejaría el cargo de director ejecutivo después de casi dos décadas al frente de la compañía.
Mientras los artistas más reproducidos de la plataforma acumulan cifras astronómicas, el CEO de Spotify sigue siendo el principal beneficiado del negocio del streaming.
Un trabajo científico sobre un nuevo material capaz de ofrecer superconductividad inundó las redes con gente tratando de replicarlo. El tema llegó a prestigiosos laboratorios de ingeniería de sus materiales y la respuesta no fue favorable aunque encontraron algunos costados interesantes.
Después de que Universal Music Group acusara a Boomy, servicio de música generada por IA, de utilizar bots para aumentar sus reproducciones en Spotify, Daniel Ek, su CEÓ, tomó la decisión de eliminar el 7% de sus canciones en la plataforma. Aunque solo por un rato. Y esto podría costarle caro.
Por una posible recesión, Spotify Technology SA dijo este lunes que planea recortar un 6% de su fuerza laboral y asumiría un cargo relacionado de hasta casi US$ 50 millones, que se sumaría a los despidos masivos en el sector tecnológico.
Esta semana, las principales empresas tecnológicas revelaron sus resultados durante el segundo trimestre del año y la mayoría no llegó a cumplir las expectativas de sus inversores. No fue el caso de Spotify, cuyas cifras aumentaron por encima de lo esperado.
El CEO de la plataforma, Daniel Ek, ve una gran oportunidad en los audiolibros, con "márgenes saludables" que superan el 40%.
Daniel Ek, CEO de la compañía, tuiteó que "escuchó las críticas" por la divulgación de un podcast antivacunas y está implementando "cambios para combatir la desinformación". Cuáles son las medidas a tomar.
Hace una década, Daniel Ek convenció a sellos y artistas para que transmitieran sus canciones en Spotify, reviviendo la decadente industria de la música. Ahora, después de amasar una fortuna de 4.400 millones de dólares, quiere quedarse con "los tímpanos digitales del mundo".
