Regresó una serie cuya intensidad se refleja en los colores de sus imágenes y en el drama de sus protagonistas, con una temporada que levanta cabeza frente a la anterior y empieza a exigir un cierre para la historia.
Producir una serie de televisión exitosa como El Oso solía ser un camino hacia grandes riquezas para su reparto y creadores. Sin embargo, en otro cambio masivo del entretenimiento, desarrollar programas innovadores vale cientos de millones menos de lo que solía valer.