La trampa silenciosa de las jornadas infinitas: por qué trabajar 72 horas a la semana ya no es una medalla sino un peligro real
Responden correos al despertar, siguen conectados a la noche y ya no distinguen fines de semana. El nuevo modelo de ultraexigencia importado de China se instala en oficinas de Estados Unidos y extiende jornadas hasta volverlas insostenibles. Tres especialistas explican por qué esta lógica exprime al trabajador y cómo empezar a ponerle un freno.