Nestlé Ecuador y la ESPOL gradúan a 50 nuevos ‘Herederos en el Campo’
Durante cinco meses, 50 jóvenes de Esmeraldas, Manabí, Los Ríos y Guayas completaron un diplomado de 100 horas creado por Nestlé Ecuador y la ESPOL. La capacitación es parte del Plan Cacao, que ya beneficia a más de 7.500 agricultores en 11 provincias y ha impulsado la siembra de más de 500.000 árboles. Los jóvenes del agro recibirán la microcredencial Habilidad en Emprendimiento Agroproductivo en Cacao, que se emitirá en formato digital NFT sobre Blockchain, reconocida a nivel mundial, lo que fortalecerá su empleabilidad.

Una nueva generación de jóvenes empieza a escribir el siguiente capítulo del campo ecuatoriano. En las aulas virtuales de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) y en las fincas familiares, se desarrolla un modelo que conecta la vocación agrícola con la formación de alto nivel y la inversión privada de largo plazo, a través del diplomado Herederos en el Campo. Este programa está impulsado por Nestlé Ecuador y la ESPOL.

Lejos de ser un simple programa académico, esta iniciativa funciona como una plataforma de relevo generacional y profesionalización del agro, pensada para jóvenes de entre 18 y 29 años que ya forman parte de la cadena de abastecimiento de cacao de Nestlé y que hoy se gradúan con un plus: conocimiento certificado y aplicable desde el primer día.

Durante cinco meses, 50 jóvenes cacaoteros y cacaoteras combinaron las jornadas en sus fincas con 100 horas de formación estructurada en cinco módulos, organizados por el Centro de Educación Continua de la ESPOL.

Ellos profundizaron sus conocimientos en prácticas agrícolas y sostenibilidad, pero también desarrollaron competencias en liderazgo, habilidades esenciales, emprendimiento, marketing digital y finanzas básicas. El resultado no es únicamente un diploma, sino microcredenciales digitales que validan, de manera oficial y verificable, capacidades concretas: desde diseñar y gestionar emprendimientos agroproductivos en cacao, hasta facilitar procesos de transformación comunitaria en sus territorios.

La historia de Denisse Guevara resume ese cambio. A sus 26 años, viene de una familia de agricultores de Naranjito, en la provincia del Guayas. Sus padres manejan dos hectáreas de cultivo de cacao cuya cosecha comercializan con Nestlé.

Lo que más le marcó del programa fueron los módulos de liderazgo, emprendimiento e innovación. Su objetivo es ayudar a su comunidad del recinto Nueva Unión a desarrollarse y no quedarse únicamente en la venta del grano. “Ser mujer en el agro es un acto de valentía. Hoy cuento con las herramientas, el conocimiento y la determinación para liderar, innovar y transformar mi comunidad. No solo heredamos la tierra, heredamos también el poder de hacerla florecer”, afirma.

Después de aprender sobre emprendimiento, finanzas y marketing digital, Denisse ya no se conforma con producir cacao: piensa en chocolates, derivados y nuevos productos que puedan “comerse el mundo” aprovechando los canales digitales para darse a conocer.

Johanan Zambrano, de El Carmen, Manabí, es otro rostro de esta generación. Proviene de una familia productora de cacao que ha apostado por la diversificación en la finca La Fortuna, donde combinan cultivos de cacao, plátano y pitahaya en alrededor de tres hectáreas. Su familia participa además en procesos de acopio e industrialización a través de un centro que maneja entre 4.000 y 5.000 quintales semanales.

Johanan creció viendo a su padre trabajar la tierra con disciplina y visión de futuro; hoy complementa ese legado estudiando Agronegocios. Su meta es fortalecer la cadena desde la finca hasta la exportación directa. En su caso, el diplomado le permitió conectar la experiencia familiar con herramientas de planificación, liderazgo y mercado, y la reafirmó en una idea: el campo puede ser un espacio de innovación y crecimiento profesional, no un lugar del que hay que salir para “progresar”.

Una cadena de valor de 7.500 cacaoteros

El peso del programa y del Plan Cacao se sostiene en las cifras que compartieron los directivos. Josué De La Maza, CEO de Nestlé Ecuador, recordó que la compañía lleva más de 70 años en el país y hoy opera tres plantas de producción, desde donde articula una cadena de valor que incluye a más de 7.500 cacaoteros.

Detalló que Nestlé planea cerrar el año con la exportación de aproximadamente 38.000 toneladas de cacao, unas 5.000 toneladas más que el año anterior.

Desde la perspectiva operativa, Daniel Martínez, vicepresidente de Supply Chain de Nestlé Ecuador, complementó este panorama al señalar que el negocio de cacao de la compañía en el país bordea los US$ 300 millones en compras anuales y se estructura a través del Plan Cacao, basado en tres pilares: mejores vidas, mejores fincas y mejor cacao.

En el segundo eje, explicó que el trabajo técnico en podas, manejo de agua, biomasa y agricultura regenerativa permite que fincas que producían en promedio 0,8 toneladas por hectárea al año incrementen su rendimiento a rangos de 1,3 a 1,5 toneladas por hectárea, con impactos directos en la rentabilidad de los productores y en la competitividad del cacao ecuatoriano.

El convenio entre la ESPOL y Nestlé tiene una visión de largo plazo: se proyecta mantenerlo hasta 2030, con el objetivo de seguir graduando, año tras año, a nuevas generaciones de jóvenes preparados para asumir el relevo generacional en el cacao ecuatoriano. (P)