Sedemi es un referente de la construcción desde hace 46 años. Una empresa familiar, que guarda en su corazón una fascinante historia. Cuando abrió sus puertas era un taller de mantenimiento industrial y hoy gracias a la visión emprendedora y al trabajo duro, ha logrado consolidarse en el mercado. Esteban Proaño es su presidente ejecutivo desde 1993 y relata con mucho entusiasmo y orgullo, los logros, las metas trazadas y lo que está por venir.

Cuenta que desde hace 30 años que está al frente, junto con sus hermanos han logrado un posicionamiento importante, “nos miran como la empresa de construcción más reconocida del país”. La clave está en su modelo de negocio, que está estructurado sobre la base de la especialización. Es decir, se crearon unidades que atienden a diferentes sectores de la economía como son: Urbano, Industria, Minería, Petróleo & Gas, Energía y Telecomunicaciones.  

En Amaguaña (Quito) se ubica su complejo industrial en una extensión de 90.000 m2. En este sector industrial muy característico se puede palpar de cerca la grandeza de SEDEMI, con una impecable organización y parámetros bien definidos. Esteban además comenta que durante su gestión, la empresa siempre ha sido la más reconocida en el diseño, fabricación y montaje de estructuras metálicas, “nuestra gran ventaja competitiva”. Posee seis líneas de fabricación, donde produce estructuras metálicas, tanques, tuberías, torres eléctricas, bandejas portacables, etc. Es decir, una amplia gama de fabricaciones metalmecánicas para proyectos de infraestructura, con una capacidad de producción de 1.200 toneladas al mes. 

La crisis que se vivió durante los años pandémicos les permitió repensar el camino a seguir de ahí en adelante. Los directivos de esta gran empresa realizaron una planificación estratégica y le dieron un giro importante: ser una constructora que se responsabilice de los proyectos de principio a fin. Es decir, ser líderes y especialistas en las diferentes disciplinas de la construcción, diseño, ingeniería y gestión de proyectos de construcción.  

Uno de los grandes retos de SEDEMI es transformar la construcción tradicional a una Construcción 4.0, en la que se consideran tres pilares fundamentales: la metodología BIM, la construcción industrializada y la gestión integrada (ERP). Se diseña en un ambiente colaborativo y se construye en la planta todas las estructuras metálicas, bajo procesos de fabricación automatizados, éstas son trasladadas al lugar de la construcción y se las arma “como que de un lego se tratara”. Esto permite, que se cumplan todas las normas de seguridad, se garantice la calidad, la eficiencia, se acorten los tiempos y se evita que el cliente tenga gastos innecesarios.

SEDEMI cuenta con aproximadamente 200 grandes clientes, para los que se ha ejecutado importantes obras en las diferentes provincias del país. Y a más del complejo industrial de Quito, tiene bodegas y oficinas comerciales en Guayaquil y una oficina comercial en Lima. Se destaca su participación en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito, como uno de sus proyectos insignia. También han sido parte de más de 5.000 proyectos urbanos, industriales, de minería, energía, petróleo y gas y telecomunicaciones.

Otro reto importante de la empresa es la sostenibilidad. Por esta razón, promueve el uso del acero como principal materia prima para el desarrollo de proyectos. El acero es amigable con el ambiente, ya que se fabrica con material reciclable, se lo utiliza en las obras y cuando se acaba su vida útil, se lo vuelve a reciclar, “economía circular completa”. Se lo produce con una reducción importante de emisiones de carbono y con menos desperdicios. 

Sus objetivos para el segundo semestre de 2023 ya están delineados. SEDEMI se prepara para crear una nueva unidad especializada en energías renovables. Y estima que su crecimiento para este año será de un 10%, en relación al 2022. Para cumplirlo entre sus certificaciones están: ASME, INEN, NEMA, ISO 90001:2015 y UL, que avalan los procesos y permiten ofrecer calidad superior en sus productos y servicios. 

Casa adentro, cuenta con 900 colaboradores directos y 500 indirectos, según el proyecto a realizar. Esteban explica que su cultura organizacional se basa en los valores de enfoque a la solución, credibilidad, tenacidad e innovación. La capacitación es continua, desde que un nuevo colaborador atraviesa las puertas de SEDEMI hay un proceso de inducción estricto y detallado. Y a lo largo de su vida laboral, también recibe capacitaciones, de acuerdo a sus funciones. 

SEDEMI tiene una Universidad Corporativa, para el desarrollo de las habilidades blandas y para afianzar su cultura organizacional, con planes de capacitación diseñados para reforzar los conocimientos y cerrar brechas. A más de ello, hay convenios con entidades educativas de tercer y cuarto niveles, que les permite fortalecerse en el campo. (P)