Cuando la Dra. Elina Berglund Scherwitzl ayudó a descubrir el bosón de Higgs en el CERN, allá por 2012 —un hallazgo que más tarde recibió el Premio Nobel de Física—, pensó que había llegado al techo de su carrera. Pero con el Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas que usaba, fuera de servicio por tareas de mejora, empezó a preguntarse cuál sería su próximo paso. La respuesta surgió de algo mucho más cotidiano: necesitaba un método anticonceptivo que fuera seguro, eficaz y sin hormonas.
Después de varios años con un implante hormonal, quiso hacer una pausa antes de buscar un embarazo. La píldora le había provocado efectos secundarios y los demás métodos no iban con su ritmo de vida. Investigando, descubrió que la temperatura corporal varía a lo largo del ciclo menstrual. Ahí se le prendió la lamparita. Empezó a registrar sus propios datos y, junto a su esposo, el físico Dr. Raoul Scherwitzl, trabajaron en un algoritmo capaz de predecir los días fértiles. "Nos dimos cuenta de que era una gran necesidad insatisfecha", explica. En 2013, lanzaron Natural Cycles, el primer anticonceptivo digital aprobado por la FDA.
Anticoncepción: un mercado en crecimiento y en rápida evolución
En 2024, el mercado mundial de anticonceptivos movía unos US$ 31.000 millones, y todo indica que llegará a los US$ 44.000 millones en 2030. El crecimiento se apoya en varios cambios clave: la FDA aprobó en 2023 la venta sin receta de Opill, la primera píldora anticonceptiva de libre acceso; apareció Cadence OTC, una píldora del día después más accesible y práctica; creció el acceso a la telesalud, con plataformas como Pandia; se desarrolló un DIU sin dolor; y avanzan las soluciones tecnológicas para la salud femenina, como los rastreadores de fertilidad que vienen integrados en tecnología wearable.
En este contexto, Natural Cycles logró hacerse un lugar en la intersección entre la anticoncepción digital y los métodos no hormonales. La empresa ya levantó US$ 100 millones en inversión. "Elina, Raoul y el equipo crearon una plataforma basada en la ciencia y pensada para el usuario, que está ayudando a cambiar la manera en que las mujeres gestionan la fertilidad y la salud a largo plazo", afirma Carolina Brochado, directora de EQT Ventures y responsable de Growth US. "Natural Cycles fue pionera en una nueva categoría dentro de la salud femenina, un terreno que creemos que históricamente estuvo desatendido y con poca financiación. Combinaron un algoritmo propio con tecnología intuitiva. En EQT Ventures apoyamos compañías audaces que marcan a toda una generación, y nos enorgullece ser parte de su camino", agregó.
Dispositivo médico anticonceptivo aprobado por la FDA
Natural Cycles se basa en un principio simple: la temperatura corporal sube después de la ovulación por el aumento de la progesterona. Al registrar esos pequeños cambios con el tiempo, el algoritmo de la app señala los "días verdes", cuando el riesgo de embarazo es bajo, y los "días rojos", cuando hay mayor probabilidad de fertilidad o no hay datos suficientes. En esos casos, se recomienda usar preservativo o evitar las relaciones sexuales.
En 2018, se convirtió en la primera app de anticoncepción no hormonal autorizada por la FDA, que la clasificó como dispositivo médico. Hoy está disponible en más de 60 países y suma más de cuatro millones de usuarias registradas. En EE.UU., también se puede vincular con tecnología wearable como el Oura Ring o el Apple Watch, lo que permite registrar automáticamente la temperatura.
"Nuestra efectividad es del 93 % con un uso típico y del 98 % con un uso perfecto", destaca Scherwitzl. "Es similar a la píldora y más efectiva que los preservativos". Aunque sigue por debajo de la eficacia que ofrecen un DIU o un implante. La compañía es rentable desde hace varios años, gracias a un modelo de suscripción. "Siempre dijimos: esto es un dispositivo médico. El usuario es nuestro cliente. No mostramos publicidad en la app".
"Y no vendemos datos", explica. "Eso fue importante para la confianza", completa.
Desde la anticoncepción hasta el apoyo durante el embarazo y la perimenopausia
Natural Cycles empezó como una herramienta para el control de la natalidad, pero con el tiempo fue ampliando su propuesta. Hoy, las usuarias pueden cambiar entre distintos modos: planificación del embarazo, seguimiento del embarazo y recuperación posparto. En octubre, la empresa lanzará un nuevo modo pensado para la perimenopausia, con el objetivo de acompañar a las mujeres en los cambios hormonales que aparecen en esa etapa.
"Nos expandimos más allá de la anticoncepción para acompañar a las mujeres en cada momento de su vida reproductiva", explica Scherwitzl. La decisión responde tanto a la demanda como a una de las fortalezas clave de la empresa: su base de datos. Son años de registros anónimos de temperatura y ciclo menstrual de millones de usuarias en todo el mundo.
Esta evolución también va en línea con lo que pasa en el mercado anticonceptivo. Los métodos sin hormonas ganan cada vez más espacio, la tecnología wearable se vuelve algo común y la salud reproductiva ya se está gestionando de manera online. "La integración con tecnología wearable es una revolución", suma Scherwitzl. "Elimina la incomodidad de medirse la temperatura todos los días y hace que el método sea mucho más práctico".
Uno de los socios clave de Natural Cycles es ŌURA, que ve esta integración como algo fundamental. "En Oura, creemos en el valor de las alianzas para ampliar el alcance de nuestro producto y darle a nuestros usuarios mejores herramientas para conocer su salud", explica Dorothy Kilroy, directora comercial de la compañía. "Natural Cycles es una de las firmas más innovadoras dentro de la salud femenina, con la misma misión que nosotros: darle poder a las mujeres a través de información personalizada y con base científica. Juntos, estamos cambiando la manera en que la tecnología puede acompañarlas en ese camino".
Superar las barreras regulatorias y del mercado
Innovar en una categoría completamente nueva no fue fácil. Cuando Natural Cycles salió al mercado, no existía un camino regulatorio claro para la anticoncepción digital, y el equipo tuvo que participar activamente en su definición. "No estaba claro cómo debía tratarse un dispositivo como el nuestro", cuenta Scherwitzl. La fortaleza de la empresa estuvo siempre en su base científica: 26 estudios clínicos publicados, bases de datos sólidas y la capacidad de analizar rápidamente subconjuntos de usuarias cada vez que los organismos reguladores lo pedían.
Otro desafío fue diferenciarse de los simples rastreadores de menstruación, que muchas personas todavía usan, por error, como método anticonceptivo. "Muchas veces nos comparan con esas apps, a pesar de que pasamos por una validación clínica rigurosa y logramos la autorización de las autoridades sanitarias", remarca.
Tal vez el obstáculo más sensible haya sido cómo los medios cubren los embarazos no deseados, algo que puede pasar con cualquier método anticonceptivo. "Al principio, nos escondimos", admite Scherwitzl. "Esa no era la estrategia correcta. Ahora peleamos por la verdad. Cada vez que vemos información errónea, seguimos el tema con los periodistas para asegurarnos de que lo que se publique sea fiel a los hechos".
Natural Cycles también choca con los límites habituales que enfrentan muchas empresas de salud femenina: las restricciones en la publicidad digital. Las plataformas como Meta y Google ponen trabas para segmentar y medir productos relacionados con salud femenina, lo que baja la efectividad del marketing pago. "Lamentablemente, eso hace que a compañías como la nuestra les cueste crecer y, en consecuencia, innovar", señala.
En el plano político, también hay una oportunidad importante. La Ley de Cuidado de Salud Asequible en EE.UU. obliga a las aseguradoras a cubrir al menos una opción de cada método anticonceptivo aprobado por la FDA, y eso incluye a Natural Cycles. Sin embargo, el proceso de reembolso todavía es engorroso. "Hoy, las usuarias pueden pedir un reembolso, pero tienen que pagar primero de su bolsillo", explica. "Estamos trabajando para que el trámite con las aseguradoras sea más simple y, en lo posible, la usuaria no tenga que adelantar el dinero".
La ciencia se une a la tecnología de salud femenina
Pasar de la física de partículas a la salud femenina puede parecer un giro improbable, pero para Scherwitzl hay un hilo conductor claro. Según ella, ambas disciplinas exigen el mismo nivel de rigor y un método sistemático para enfrentar problemas complejos. "En el CERN, intentábamos entender el universo. Con Natural Cycles, buscamos conocer y acompañar al cuerpo femenino. En los dos casos hacen falta precisión, datos y perseverancia", explica.
Su recorrido personal refleja un cambio más amplio. Con más opciones disponibles, los anticonceptivos no hormonales y otras herramientas digitales de grado médico empiezan a consolidarse como alternativas confiables, a la par de la píldora, los DIU o los implantes. Al unir una necesidad personal con su formación científica, Scherwitzl ayudó a dar forma a una nueva categoría dentro de un mercado que no para de crecer.
Para ella, la misión está lejos de terminar. "Todavía hay mucho margen para innovar en la salud femenina", asegura. "Apenas empezamos".
*Con información de Forbes US.