Con 27 satélites, Amazon inicia su constelación y desafía a Starlink en la carrera por la banda ancha global
El gigante de Jeff Bezos activó su red orbital con el primer lanzamiento del Project Kuiper, que buscará conectar hogares y empresas en todo el mundo y reducir la ventaja de la firma de Elon Musk.

La disputa por ofrecer internet satelital de banda ancha sumó un nuevo capítulo. Amazon puso en órbita los primeros 27 satélites del Project Kuiper, su ambiciosa red que busca competir de manera directa con los más de 7.000 dispositivos ya activos de Starlink, la firma de Elon Musk que recientemente desembarcó en Argentina.

El lanzamiento se realizó desde Cabo Cañaveral mediante un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA). La meta final es desplegar 1.618 satélites antes de julio de 2026, un requisito clave para conservar la autorización que le otorgó la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC). En total, la constelación completa del Kuiper contará con 3.232 dispositivos, que operarán a una altitud de 630 kilómetros.

"Ya aseguramos más de 80 lanzamientos para poner en marcha esta constelación, y cada uno sumará decenas de satélites a la red", señalaron desde la empresa.

La cobertura global de internet es solo una parte del plan. Amazon apunta también a complementar sus servicios digitales: desde el e-commerce hasta el almacenamiento en la nube de AWS, lo que le otorga un respaldo tecnológico y financiero de peso. Para el nombre eligieron homenajear al Cinturón de Kuiper, una región del sistema solar que se encuentra más allá de Neptuno y que lleva el nombre del astrónomo Gerard Kuiper, considerado por muchos como el fundador de la ciencia planetaria moderna.

Elon Musk y Jeff Bezos

Competencia directa y contratos cruzados

 

La red del Kuiper permitirá reducir la latencia, es decir, el tiempo que tarda un dato en viajar desde un dispositivo hasta el servidor y volver. Ese diferencial técnico cobra valor en contextos donde los satélites tradicionales, ubicados mucho más lejos, pierden eficiencia.

Para llegar a su objetivo, Amazon cerró acuerdos con múltiples proveedores de lanzamiento. No solo contrató a ULA —la encargada de la primera puesta en órbita—, también sumó a Blue Origin (del propio Jeff Bezos), Arianespace y SpaceX, el principal competidor de este negocio, lo que revela que la competencia también admite pragmatismo cuando se trata de logística.

La infraestructura de Amazon Web Services juega un rol clave: le da soporte a la red y permite integrar los servicios actuales con esta futura cobertura satelital. Esa ventaja contrasta con el modelo de Starlink, que se apoya en el ecosistema de Tesla y SpaceX, pero que no cuenta con la misma diversidad de servicios digitales.

El mercado ya tiene otros jugadores en carrera. OneWeb, con respaldo del gobierno británico; la red estatal china GuoWang; y hasta proyectos del Ejército de Estados Unidos buscan su lugar en una órbita cada vez más saturada.

Elon Musk

 

Precios, pruebas y preocupaciones en el cielo

 

Amazon ya había lanzado en octubre pasado dos satélites prototipo para realizar pruebas técnicas. Esa misión permitió afinar el sistema de propulsión, los paneles solares y las antenas de comunicación. A diferencia de aquellos, los satélites actuales ya forman parte de la red definitiva y cuentan con una capa especial que refleja menos luz solar, con el objetivo de minimizar el impacto visual para la astronomía.

La promesa de Amazon es ofrecer precios accesibles, como ya lo hizo Starlink, que en Argentina redujo su tarifa mensual a $31.500. La red de Kuiper también ofrecerá conectividad de extremo a extremo, desde internet hasta el satélite y de allí a una antena ubicada en el domicilio del usuario.

Mientras tanto, crece la preocupación por el tráfico orbital. El aumento de objetos en el espacio intensifica los riesgos de colisiones y genera tensiones por la basura espacial. A esto se suma el efecto visual: nuevas hileras de luces artificiales atraviesan el cielo nocturno, alterando la experiencia astronómica y despertando alertas en las comunidades científicas.

 

Con información de NA.