La ambateña Ana Barrera convirtió el giro más duro de su vida personal en una puerta para descubrir su verdadera aspiración. Su segunda hija, Juliana, nació en 2012 con síndrome de Down, y a los cuatro años dejó de caminar. "Uno nunca está preparado para eso. Hemos recorrido decenas de hospitales y centros médicos sin respuestas". Con lágrimas en los ojos cuenta que esa experiencia marcó un antes y un después en su vida
Siempre pensó que la medicina era su vocación y soñaba con ser cirujana neonatóloga. Sin embargo, abandonó la carrera en quinto semestre en la Universidad Central del Ecuador. La presión de las guardias nocturnas y el ritmo extenuante la hicieron cuestionar si estaba siguiendo su verdadero camino. "Era un suplicio hacer guardia toda la noche y estar en clases a las siete de la mañana del día siguiente. Me frustré porque no quería ser médico solo de consulta".
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En 2006, ya madre de su primera hija, Daniela, decidió estudiar Relaciones Públicas a distancia en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Su primer acercamiento al mundo laboral fue como asistente de gerencia en la Corporación PHD, especializada en desarrollo personal. Allí encontró su pasión por la capacitación, la orientación y el trabajo con jóvenes.
Durante cuatro años en esa organización, identificó una brecha crítica en el sistema educativo. "Me di cuenta de que los jóvenes tomaban decisiones académicas sin guía emocional, sin procesos de autoconocimiento. Por eso se arrepentían rápidamente del camino elegido". En su cabeza empezó a rondar la idea de desarrollar algo para guiar no solo en la parte educativa, sino también en la psicológica. Esta inquietud le llevó a estudiar psicología y, en 2011 a emprender.
Ese año tocó puertas en algunas entidades financieras. "Obtuve un crédito por US$ 7.500 con mi vehículo como garantía, con eso lancé mi primera plataforma digital 'Y q'sigo'. Su primer cliente pagó US$ 2.500. "Ese cheque lo tengo enmarcado". El primer año vendió US$ 15.000.
Sin embargo, con el auge de las redes sociales, la plataforma perdió tracción. Había que reinventarse. En 2016 organizó su primer festival vocacional. "Invertí US$ 39.000, pero solo logré recuperar US$ 18.000. Tuve que sacar un préstamo por US$ 21.000 para pagar deudas". Otra vez a reinventarse.
Barrera replanteó su estrategia, destacó su factor diferencial y generó valor agregado. Acercar a jóvenes a carreras que les permitan crecer en su propósito de vida, con una evaluación vocacional personalizada en sus fortalezas, valores e intereses. En 2017, con una nueva logística y segmentación, conectó con 22.000 estudiantes. "Logramos US$ 90.000, una ganancia del 38 %. Entendimos que estábamos por el camino correcto".
En 2018 diversificó su oferta en dos campamentos: uno de estudiantes que buscaban universidades en el país y otro para quienes planeaban formarse en el exterior. Así nació 'Build You Up'. La facturación alcanzó a US$ 150.000".
La pandemia fue otro reto. Migró sus eventos a formato virtual "Pasamos de 2.500 estudiantes presenciales a 9.000 virtuales. Llegamos a Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta. Invertimos US$ 12.000 en transmisiones y cerramos con US$ 260.000 en ventas".
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Ana no huye de los desafíos, los enfrenta con resiliencia y adaptabilidad. En 2021 renombró la razón social de su empresa como Arentto, que significa la búsqueda de excelencia a través de tus talentos. "Somos una organización especializada en incubar, desarrollar y orientar la vocación profesional. Contamos con cuatro programas dedicados a estudiantes y otros tres para profesores e instituciones educativas. Cada producto se diseña de forma individual".
Hasta la fecha, más de 250.000 jóvenes han participado en sus plataformas, se han capacitado unos 3.000 docentes y trabajan con 600 colegios aliados. Con operaciones en Ecuador, México y Colombia en 2024 lograron ingresos por US$ 400.000.
Ana sonríe con naturalidad, mientras se alista para la sesión fotográfica. Asegura que sus hijas Daniela y Juliana, le enseñaron que la adversidad, si se canaliza con propósito puede transformarse en impacto. (I)