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Kushki es una fintech ecuatoriana enfocada en los pagos; tiene cinco años y en 2021 levantó US$ 86 millones en una ronda de inversión. Ya está valorada en US$ 600 millones, lo que le permite estar en el radar de empresas y bancos muy grandes, así como de otras fintech. ¿Se consideran un unicornio? Daniela Espinosa, COO, dice que es la pregunta del millón, pero está segura de que 2022 será el año más importante de Kushki. Para eso, ya contrataron ejecutivos en mercados como Inglaterra o Australia. Por lo pronto, ya son más de 600 personas y calculan cerrar el año con 1.000.

29 Abril de 2022 01.43

“Kushki es hoy una empresa que conecta gente a través de cualquier tipo de pago usando tecnología. Pagos desde servicios básicos, supermercados, planes de telefonía, etc.”. La definición la da Daniela Espinosa, cofundadora y COO —o jefe de operaciones— de esta fintech ecuatoriana que crece por toda América y que ya ha contratado a ejecutivos en Inglaterra y Australia.

Desde sus inicios en 2016, con la guía de sus fundadores Aron Schwarzkopf y Sebastián Castro, Kushki tuvo en mente internacionalizarse. De hecho, la meta en sus primeros años fue convertirse en la mejor opción de tecnología financiera para el mercado latinoamericano. Las expectativas se cumplieron y se están superando: ya operan en mercados como Chile, Estados Unidos y México.

Además, este año Kushki iniciará operaciones en Honduras, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Nicaragua y República Dominicana. “Nos fortalecemos en Centroamérica y más allá de eso completamos un círculo. Con estos serán 13 países del continente americano en donde operaremos”, explica Espinosa.

Las cifras de esta fintech pueden resultar abrumadoras. Procesa 75.000 transacciones por segundo. En 2021 empezaron con 120 colaboradores y ahora ya son más de 600. Además, la compañía, que funciona a través de un procesador de pagos multicanal que permite a las empresas gestionar en tiempo real las compras de sus clientes, procesa al año más de US$ 30.000 millones.

Eso no es todo. El año pasado levantó en una ronda de inversión USD 86 millones. En palabras de Espinosa, “seguramente es el levantamiento de fondos más grande que ha conseguido una startup ecuatoriana. Eso le permitió ser valorada en US$ 600 millones. Valemos más que muchos bancos del país”.

Para Espinosa, la valoración alcanzada es un hito que refleja el trabajo de Kushki en estos cinco años. “Siempre nos vimos como una empresa regional importante que se enfoca en conectar a Latinoamérica a través de los pagos. Además, la valoración nos permite estar en el radar de empresas muy grandes y de bancos muy grandes, a futuro podemos evaluar la compra de empresas. También estamos ya en el radar de otras fintech y muchas empresas confían en nosotros. Nos permite abrir mercados”.

Para participar en una ronda de inversión hay varios requisitos fundamentales, según detalla la COO. Primero está la transparencia en los números, que sean confiables. También se requiere de una auditoría externa para validar todo. Otros puntos determinantes son el equipo y un buen modelo de negocios con un producto exitoso y escalable, que pueda abrirse en varios mercados. “Todo esto genera valor y a los fondos de inversión les interesa que la startup crezca. Esto se logra abriendo países o comprando empresas. Kushki, por ejemplo, compró una startup chilena y así entramos en ese mercado”.

Al mirar hacia el pasado, Espinosa recuerda que los fundadores siempre tuvieron en mente ser una empresa internacional. Por eso a los cuatro meses de iniciar operaciones en Ecuador ya abrieron mercado en Colombia. “Como startup hay que pensar siempre en ser regional y global. Por eso ofrecemos una solución regional para clientes corporativos, así un cliente de operación regional nos ayuda a crecer”.

¿Ya se sienten un unicornio? Espinosa se toma unos segundos y responde: “Es la pregunta del millón, hay que ver los planes de 2022 y ojalá sea el año más importante de Kushki. Para nosotros lo más urgente es ser sostenibles en el tiempo, mostrar que desde Ecuador y la región se pueden hacer cosas maravillosas y muy grandes para el mundo entero”.

Con el camino recorrido, el equipo de Kushki mira con optimismo el futuro. “Queremos consolidar un equipo que nos haga crecer, abrir más mercados, crear un estilo de trabajo distinto, multicultural. Queremos seguir con esas líneas, motivar y cambiar el mundo de los pagos y hacerle a la gente mucho más fácil las soluciones de pago”, dice Espinosa.

El equipo de Kushki también siente que está aportando al mundo financiero y a la bancarización. En principio solo trabajaba con pagos de tarjeta de crédito y débito. Ahora la fintech acepta efectivo digital, transferencias, wallets y otros medios de pago alternativos. “En América Latina los pagos de servicios básicos por lo general son montos pequeños, pero en las zonas rurales es difícil pagar. A una factura de US$ 7 se suman US$ 2 por el transporte que debe pagar esa persona y los pagos resultan costosos. La idea es llegar con nuestras soluciones a todos los estratos de manera eficiente”. Además, Kushki ya analiza incursionar en el mundo de las criptomonedas. Mientras tanto, el equipo sigue creciendo. La fintech calcula cerrar el año con 1.000 empleados. (I)

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