Durante años, Will Somerindyke vendió armas de guerra en distintos puntos del mundo. Entregó proyectiles de artillería a Ucrania y granadas a los rebeldes sirios respaldados por Estados Unidos. Gracias a sus vínculos con decenas de grandes compradores militares, transformó con rapidez a su empresa Regulus Global en uno de los principales distribuidores internacionales de armas de Estados Unidos.
Ahora que los inversores de Silicon Valley se lanzan a respaldar startups multimillonarias del sector de defensa con cada vez más entusiasmo, Somerindyke busca dar el salto de intermediario de municiones a fabricante. Trabajó en silencio en Union, una nueva startup financiada con capital de riesgo que, según afirma, modernizará las fábricas de municiones mediante robótica autónoma y mecanizado de precisión.
"Pasé por muchas cosas en 18 años en este sector", declaró Somerindyke a Forbes. "Si Union hace bien su trabajo, construiremos millones de metros cuadrados de instalaciones con capacidad para fabricar una amplia gama de productos de defensa", explicó.
Union, que Somerindyke dirige como CEO, tuvo un inicio sólido. En abril obtuvo una ronda de financiación inicial de US$ 50 millones, liderada por Bravo Victor Venture Capital (BVVC). Entre otros inversores figuran Silent Ventures, IronGate y RKKVC, una oficina familiar con sede en Polonia. Planea abrir su primera fábrica de proyectiles de artillería en Texas el mes próximo. Además, firmó un contrato para la venta de esos proyectiles que, de concretarse, podría generar hasta US$ 225 millones, según Somerindyke.
El cliente detrás de ese primer contrato es Regulus, donde Somerindyke sigue como presidente y accionista mayoritario. Esta situación lo ubica en ambos lados de la relación entre empresa y cliente. Además, Regulus figura como inversor en Union.
Somerindyke aseguró que Union "estableció todos los parámetros para evitar conflictos de intereses", y agregó: "Esta es una excelente alianza entre Regulus y Union porque compartimos objetivos y necesidades similares... Regulus es el primer cliente". No quiso revelar quién será el comprador final de las carcasas que Regulus planea adquirir a Union.
Por otro lado, Joe Musselman, socio director de BVVC, está incubando Union desde el fondo de capital de riesgo y ocupa los cargos de presidente e inversor de la startup. Comentó que a sus socios comanditarios no les preocupaba que el director ejecutivo de Union mantuviera un rol directivo en su principal cliente. "Hay que encontrar personas que ya estén trabajando en un conjunto de problemas", dijo Musselman. "Y eso es algo que Will lleva haciendo mucho tiempo", añadió.
Union mantiene conversaciones para recaudar una ronda de financiación de serie A, que, según Musselman, ya cuenta con cientos de millones de dólares comprometidos por inversores. Jackson Moses, socio director de Silent Ventures, apoyó la ronda inicial porque considera a la empresa como una "infraestructura nacional crítica". Tiene previsto invertir una suma importante en la próxima ronda de serie A. "Will y Joe están excepcionalmente cualificados para ejecutar con éxito la misión de Union", afirmó.
La idea de Union surgió como respuesta a la escasez de municiones en Occidente, una situación que Somerindyke conocía de cerca, ya que abastecía de proyectiles de artillería a Ucrania a través de Regulus. El Ejército estadounidense, por ejemplo, que contrata a compañías como General Dynamics para producir proyectiles de 155 mm, destinó US$ 5.000 millones a la apertura de nuevas plantas con el objetivo de fabricar más de 100.000 proyectiles por mes. Sin embargo, se dice que ese plan acumula meses de retraso.
En lugar de resolver el problema con procesos tradicionales, Somerindyke y Musselman, quienes se conocieron hace más de una década en un programa para veteranos, identificaron la oportunidad de modernizar la producción de armamento. Para eso, emplean talento especializado en software de Silicon Valley con el fin de implementar sistemas autónomos. Desde su creación en octubre, Union incorporó un equipo de ingenieros provenientes de Tesla, SpaceX y Anduril.
Fue un momento oportuno para Somerindyke, cuya empresa Regulus quedó envuelta en una disputa por un contrato de US$ 1.700 millones para vender proyectiles de artillería al gobierno ucraniano, según informó el Financial Times. La controversia se tramita en un arbitraje ante un tribunal de Londres. "Regulus se siente plenamente conforme con su caso y con nuestras obligaciones contractuales", declaró Somerindyke. El Financial Times indicó que Somerindyke tiene un historial de disputas legales con socios comerciales.
En enero, el mismo mes en que asumió el cargo de director ejecutivo de Union, Somerindyke renunció a su puesto operativo en Regulus, aunque conservó su rol de presidente.
Musselman destacó el impulso reciente por "reindustrializar" Estados Unidos y repatriar la manufactura, algo que consideró necesario para contrarrestar la superioridad productiva de China. Otras compañías se sumaron a esta iniciativa, como Hadrian, dedicada a la producción autónoma, y Re:Build, una firma con sede en Massachusetts que adquirió fábricas familiares y las modernizó. Ambas podrían competir con la llegada de Union al mercado.
Musselman también invirtió en otras empresas de defensa. Tras fundar BVVC en 2023, destinó fondos a la empresa de drones Firestorm y a Vatn Systems, una startup de submarinos autónomos.
En las instalaciones de Texas, que planean inaugurar este mes, Union espera fabricar más de 300.000 carcasas durante el próximo año, según una presentación que la compañía compartió con inversores semilla en enero. Para 2030, Union informó que proyecta producir nueve millones de carcasas al año, con la expectativa de generar US$ 3.500 millones en ingresos.
Son cifras ambiciosas. Sin embargo, Musselman interpreta la turbulencia actual —los conflictos en Ucrania y Oriente Medio— como una confirmación de la visión de Union. "Estamos operando con un déficit de reservas o cualquier cosa que se expanda en todo el mundo", dijo. "Y eso será una ventaja para nuestros adversarios", sentenció.
Con información de Forbes US.