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María Fernanda Barona Quito Ecuador
Liderazgo
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De Directora Comercial en Ecuador a Country Manager para el clúster norte de Abbott, la ecuatoriana María Fernanda Barona ha forjado su carrera dentro del mundo corporativo y la industria farmacéutica. Hoy, lidera un equipo de más de 60 personas en Guatemala, El Salvador y Honduras. Su clave está en silenciar las voces internas y superar los miedos.

24 Enero de 2023 17.31

María Fernanda Barona Cordero comenzó su carrera profesional a muy temprana edad. Con tan solo 17 años ya estaba involucrada en el mundo laboral, gracias a un permiso especial que le dieron sus padres. Cuando ingresó a estudiar Marketing en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) dividía su tiempo entre las clases y el trabajo, ya que nunca dejó de moverse y buscar nuevos retos. Comenzó como recepcionista y vendiendo suscripciones para revistas, hasta que encontró el camino de la industria farmacéutica. 

El punto de partida fue el área administrativa y las visitas médicas. Tuvo que esperar nueve años -después de obtener su título universitario- para recién involucrarse en su área de especialización. Su primera posición fue como gerente de producto junior, en la división nutricional de Nestlé en 2004.

Esta quiteña hoy se desenvuelve como country manager para el clúster norte de Abbott, con una carrera que comenzó en 2008, como gerente de producto. “Pasé por distintas áreas (ventas, comercial…) y esto me permitió abrir mi mente para entender la compañía en su totalidad. Existen departamentos en donde tienes que desarrollar la estrategia, pero también hay otros donde la debes ejecutar. Es decir, necesitas diversas perspectivas para ver los pequeños detalles de una gran fotografía”. 

Barona lleva 15 años dentro de los pasillos de esta compañía que le ofreció -en 2020- el desafío de liderar Honduras, El Salvador y Guatemala, con su residencia en este último. “Todo comenzó en Ecuador y nunca había salido de sus fronteras. Fue una suerte de preparación y oportunidad. Yo había levantado mi voz sobre mis aspiraciones de crecimiento y no siempre lo puedes hacer en tu país natal. Me dijeron que había esta posición, que era nueva, no dudé ni dos minutos y acepté mudarme a Centroamérica”.

De pequeña soñaba con ser diplomática, pero la mercadotecnia se cruzó en su camino. Sin embargo, su deseo por conocer cosas nuevas y mezclar diversos conocimientos lo ha conseguido en el mundo corporativo. En 2017, concluyó con su máster en Administración de Empresas en la Universidad de las Américas (UDLA). “Mi intención, a lo largo de estos años, ha sido desarrollarme, aprender y ser mejor. En Ecuador llegué, como cargo máximo, a la dirección comercial y pude ver de manera integral el negocio, tomar lo mejor y poner mi granito extra”. 

Estos aprendizajes le sirvieron para una transición complicada, ya que lideró estos tres países desde la virtualidad, por temas del Covid-19. “Me propusieron en febrero de 2020 este cargo y debía comenzar en abril. Fui unos días antes para el on boarding, regresé por mis maletas y ya no pude salir del país. Fueron 12 meses donde conocí al equipo de manera virtual. Una espera que estos cambios sean normales y tuve que calmar mi mente para eliminar la ansiedad que sentía al no poder estar allá”. Ahora, considera que lo digital ayudó mucho para tener un flujo de trabajo más activo y evitar viajes innecesarios. 

El objetivo de su posición es dar soporte para el crecimiento de estas economías, brindarles más visibilidad y aprovechar los beneficios de sus mercados. “El 7 de enero de 2021 ya estaba embarcada en el avión hacia Guatemala. La recepción fue muy buena, la gente es amable y me abrieron las puertas con mucha solidaridad. Es mi primera vez viviendo sola en otro país (está divorciada y su hijo estudia en Estados Unidos) y cuando te das cuenta en dónde estás sientes un gran temor porque no conoces nada. Me ha tocado abrirme, acércame y presentarme con mis vecinos, conocer cómo es vivir en una nueva comunidad y hacer amigos. He sido muy versátil al momento de entender la cultura y adaptarme a mi nuevo estilo de vida”.

Barona se mudó con su perrhijo Lucas, que tiene 14 años con ella, y disfrutan de muchas actividades juntos. Desde salir a correr hasta visitar los cafés pet friendly más bonitos de la ciudad. También, disfruta de su tiempo libre, le gustan los libros, las series de Netflix y los rompecabezas. “Amo estas actividades porque me ayudan a desconectarme y liberar mi mente. Solo te relajas y, por ejemplo, con los rompecabezas comienzas a desarrollar tu paciencia y a entender que todo tiene su tiempo”. Más que un consejo, es una experiencia de vida ya que esta empresaria busca impactar en su equipo y ser un referente en la industria. “Yo tuve grandes maestros y quiero ser una inspiración, ya que el foco principal es el ser humano y el resto va fluyendo orgánicamente”.

Sobre las claves que le han llevado a este punto, Barona contesta que son tres y que las aplica a diario, con los 11 colaboradores que le reportan directamente y los más de 50 que lo hacen de forma indirecta. “Tengo la capacidad de adaptarme con facilidad a diversos círculos y estilos sociales. El tiempo me ha enseñado que es mejor escuchar antes que hablar porque todo proceso implica una etapa de enseñanza y de aprendizaje. Y -por último- todos contamos con un gran enemigo y somos nosotros mismos. En nuestra cabeza nos decimos: 'no puedo, tengo miedo…', el secreto está en callar y controlar los temores internos para que se transformen en coraje”. Asimismo, recomienda a todos los profesionales a defender su posición y su cargo, con conocimiento y resultados.

Esta ecuatoriana está abierta a nuevas posibilidades y está en uno de los momentos más “lindos” de su carrera. “Me quiero quedar mucho tiempo acá y estoy aprendiendo a viajar ligero y sin restricciones”. (I)

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