Patagonia se ganó un lugar como referente entre las empresas con conciencia ambiental, aunque recién en noviembre cumplió con algo que muchas compañías consideran un paso básico en materia de sustentabilidad: publicar un informe de impacto.
El 13 de noviembre difundió "Trabajo en progreso", un reporte donde reconoce, sin rodeos, tanto sus fracasos como los desafíos y logros alcanzados. Desde entonces, el documento circuló ampliamente por LinkedIn. Consultores en sostenibilidad, especialistas en marketing y expertos en branding dieron su opinión sobre este primer informe: algunos lo destacaron por su transparencia radical y por una narrativa creativa, mientras que otros remarcaron que muestra cómo incluso las marcas pioneras en negocios sustentables enfrentan dificultades para generar un impacto positivo.
Entre los datos más relevantes del informe, Patagonia admitió que no cumplió con su objetivo de reducir un 10 % anual sus emisiones de carbono para llegar a cero emisiones netas en 2040. En cambio, las emisiones subieron un 1 % durante el año fiscal 2025. Según la compañía, este aumento se debió a un cambio en su línea de productos, que implicó fabricar artículos con mayor impacto ambiental, como mochilas y bolsos de viaje. La empresa tampoco logró otro de sus compromisos para 2025: alcanzar el uso del 100 % de materiales preferidos. Actualmente, ese porcentaje se ubica en 84,1 %. Además, solo el 39 % de sus fábricas paga un salario digno.
El informe también destaca varios logros, como la donación anual de aproximadamente US$ 14,7 millones a la organización 1% for the Planet. Además, Patagonia incrementó el uso de algodón orgánico certificado regenerativo, que representaba el 0 % en 2019 y ahora alcanza el 17 %. Otro dato que resaltaron fue el rescate de 174.799 productos del descarte gracias a su servicio de reparación durante el año fiscal 2025.

Además de la transparencia con la que presenta sus datos, el informe de Patagonia fue elogiado por un tono auténtico y un diseño que lo vuelve sorprendentemente accesible, incluso tratándose de un documento corporativo de 130 páginas. Títulos en negrita como "Nada de lo que hacemos es sostenible" o "Emitimos 178.711 toneladas métricas de CO₂e a la atmósfera en el año fiscal 25. Esas son las emisiones equivalentes de ~75.700.000 litros de nafta quemados en el aire al recorrer largas distancias en auto" marcan el inicio de cada sección. Todo se acompaña con imágenes de la marca y de los paisajes naturales que impacta su actividad.
También aparecen citas inusualmente honestas de los líderes de la empresa, como la del vicepresidente de huella de producto, Matt Dwyer, que reconoce: "cuantas más capas de la cebolla pelas, más lloras". A eso se suman garabatos dibujados a mano que interrumpen las estadísticas y los gráficos, lo que le da un respiro visual al contenido.
Nina Hajikhanian, directora general de EMEA en Patagonia, explicó el espíritu detrás del informe: "Uno de los objetivos de este informe era generar debate, y eso sucedió sin duda. Queríamos asegurarnos de crear conciencia, pero también de visibilizar las cosas en las que seguimos trabajando y demostrar que definitivamente no somos perfectos". Y agregó: "Nos permitió matizar la conversación, ya que los fragmentos de audio que suelen aparecer en los medios no permiten este tipo de conversación".
Como empresa privada, Patagonia no está obligada por regulaciones a presentar informes de sostenibilidad. Durante años, recolectó datos sobre su impacto y los compartió a través de distintas iniciativas en las que participa, como las auditorías de B Lab, los Objetivos Basados en la Ciencia y la acreditación de la Fair Labor Association. Sin embargo, esta es la primera vez que reúne y publica toda esa información en un único documento accesible al público.
"Todos sentimos que podíamos hacer un mejor trabajo reuniendo todo eso en un solo lugar, para que fuera más fácil de digerir", dice Hajikhanian.
La empresa también venía preparando información, como su doble evaluación de materialidad, con vistas a cumplir con la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa de la Unión Europea. Sin embargo, debido a cambios recientes en esa normativa, Patagonia ya no entra dentro del grupo de compañías obligadas a presentar este tipo de reporte. Aun así, decidió publicar sus datos. "Simplemente sentimos, especialmente en este clima donde la presión legislativa está disminuyendo para llegar a un punto donde tengamos más transparencia por parte de las empresas y donde se siente políticamente inseguro, quizás, poner estos temas verdes en el centro de la conversación, es el tema más importante del que hablar", agrega Hajikhanian.

En un contexto donde se modera la presión regulatoria y los temas ambientales tienden a silenciarse, Patagonia no es la única marca con propósito que apuesta por la transparencia radical. La firma de calzado Vivobarefoot publicó recientemente su "Informe de Asuntos Pendientes", con un enfoque similar al de Patagonia. "El Informe de Asuntos Pendientes es nuestra herramienta de rendición de cuentas ante nuestra comunidad y ante nosotros mismos. No está diseñado para impresionar, sino para decir la verdad. Lo usamos para mostrar dónde estamos progresando realmente y dónde aún tenemos trabajo por hacer en nuestro camino regenerativo", explicó el cofundador Galahad Clark. Y agregó: "La sostenibilidad se vio plagada de medias verdades, y no tenemos ningún interés en añadir más. Al ser abiertos sobre nuestras deficiencias, creamos espacio para la innovación y la colaboración. Las partes incómodas a menudo contienen las lecciones más importantes".
Hajikhanian también espera que, al visibilizar los desafíos que enfrenta Patagonia en su informe, se fomente la colaboración con otros actores del sector para resolver problemas comunes e incentivar a más compañías a adoptar la transparencia. "Queremos asegurarnos de progresar y superar los límites, e involucrar a otras empresas. Por lo tanto, lo hacemos de forma abierta, pero cada empresa tendrá una solución diferente. Y creo que es importante que inspiremos a otros", sostuvo.
Este tipo de informes también abre una discusión más profunda en la industria: ¿para qué sirve un reporte de sostenibilidad? Muchas veces se limita a cumplir con normas o tranquilizar a los distintos públicos de interés, lo que puede terminar sobrecargando a los equipos con un proceso burocrático que consume tiempo y recursos. Sin embargo, cuando se lo encara con transparencia radical y una narrativa honesta, puede convertirse en una herramienta para avanzar. En el caso de Patagonia, se trata de un acto de activismo en sí mismo. En un momento en que la crisis climática gana espacio en la agenda política y empresarial, la marca provocó un sacudón con un informe que desafía a otros a no frenar, incluso frente a las dificultades.
Nota publicada por Forbes US