Disney invirtió más de US$ 500 millones en Deadpool & Wolverine: la ganancia real de la película récord
Aunque rompió récords en boletería y arrastró multitudes a las salas, el balance financiero expone márgenes más ajustados de lo que suena. Entre gastos millonarios, reintegros fiscales y un marketing feroz, Disney obtuvo mucho menos de lo que aparenta.

Disney reveló que gastó más de US$ 500 millones en la película de acción para adultos Deadpool & Wolverine (2024), y confirmó que los costos finales superaron el presupuesto de producción. ¿Tuvo ganancias? No es ningún secreto que la película fue un éxito de taquilla. La película recaudó US$ 1.340 millones y se convirtió en la única del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) de Disney en superar la barrera de los US$ 1.000 millones después de la pandemia. Sin embargo, su balance final no fue tan contundente.

Para calcular las ganancias de un estudio cuando una película llega a los cines, hay que restar todos los costos del total recaudado. Aunque Deadpool & Wolverine generó US$ 1.300 millones, Disney no se quedó con todo ese dinero.

La parte que los cines pagan a los estudios se conoce en la industria como tarifa de alquiler. Un dato de referencia surge de un estudio del consultor en cine Stephen Follows, quien en 2014 entrevistó a 1.235 profesionales del sector. Según sus conclusiones, los cines se quedan, en promedio, con el 49 % de la recaudación.

Ese dato respalda una división 50-50, bastante extendida, que en este caso le habría dejado a Disney unos US$ 670 millones por Deadpool & Wolverine. A eso, claro, hay que descontarle los costos.

Deadpool & Wolverine tiene como protagonistas a Ryan Reynolds y Hugh Jackman en los papeles de los antihéroes que le dan nombre a la película. A ellos se suman varias figuras de primer nivel en cameos. El elenco incluye a Jennifer Garner, Chris Evans, Henry Cavill y Channing Tatum, nombres que no suelen cobrar barato.

Un informe reciente de este autor, publicado en el diario London Standard, reveló cuánto gastó Disney en Deadpool & Wolverine. El costo exacto de las películas filmadas en Estados Unidos suele mantenerse en secreto, ya que los estudios agrupan esas cifras entre sus gastos generales y no detallan el presupuesto de cada producción.

El caso de las películas hechas en el Reino Unido es distinto, y Deadpool & Wolverine fue una de ellas. Se filmó principalmente en los estudios Pinewood, en las afueras de Londres, y usó una cantera local como escenario del páramo distópico donde los protagonistas se cruzan con figuras del MCU que llevaban tiempo fuera de escena. Ese lugar de rodaje permite dimensionar mejor los costos.

Filmar en el Reino Unido impacta positivamente en los presupuestos de las películas, ya que el gobierno reembolsa hasta un 25,5 % del dinero que los estudios gastan en el país. Hasta el año pasado, ese reintegro se otorgaba a través de un crédito fiscal en efectivo, aunque ahora se registra como ingreso.

'Deadpool & Wolverine' se filmó en el Reino Unido.

 

La condición principal para acceder al beneficio es que al menos un 10 % de los costos básicos de producción se hayan generado dentro del Reino Unido. Para demostrarlo ante las autoridades, los estudios crean empresas independientes para cada película que filman allí.

Estas productoras están obligadas a presentar balances financieros legalmente vinculantes, que detallan todo: desde los costos totales y el monto del reintegro hasta la cantidad de personal contratado y los pagos a la seguridad social.

La filial de Disney a cargo de Deadpool & Wolverine se llama Richmond Street Productions UK, aparentemente en homenaje al director de fotografía de la película, George Richmond. Según los últimos estados financieros, al 31 de octubre de 2024 —tres meses después del estreno—, Disney ya había invertido la impactante cifra de US$ 533,7 millones (£418,1 millones), lo que la convirtió en una de las diez películas más caras de la historia.

El rodaje sufrió fuertes interrupciones por las huelgas de actores y guionistas en 2023. Tal vez por eso, los informes indican que los costos finales superaron el presupuesto de producción. Pero la historia no terminó ahí.

Disney recibió un total de US$ 104,7 millones (£82 millones) en créditos fiscales y reintegros, lo que redujo el gasto neto a US$ 429 millones (£336,1 millones). La compañía remarcó que ese gasto favoreció a empresas locales del Reino Unido, como las de seguridad, alquiler de equipos, transporte y catering. El año pasado, Disney informó que, desde 2019, invirtió US$ 4.800 millones (£3.500 millones) en la producción de 41 series y 29 películas en el Reino Unido, lo que generó más de 32.000 puestos de trabajo.

Deadpool & Wolverine pagó US$ 11,2 millones (£9 millones) a su personal, que tuvo un promedio mensual de 105 empleados. Esa cifra no incluye a trabajadores autónomos, contratistas ni personal temporal, ya que no figuran como empleados en los registros de las empresas del Reino Unido, aunque muchas veces representan la mayor parte del equipo en una producción.

Si se resta el gasto neto de US$ 429 millones del estimado de US$ 670 millones que Disney habría recibido por su participación en taquilla, la película dejó una ganancia de US$ 241 millones solo en salas de cine.

Sin embargo, los ingresos por taquilla no son la única fuente de dinero que un estudio obtiene de una película, por lo que compararlos con los costos detallados en los balances no alcanza para saber si hubo ganancia o pérdida general. Como me dijo un vocero de Disney el año pasado: "La producción generará otros ingresos (como las ventas de DVD/Blu-ray, merchandising, etc.). Esto no refleja una contabilidad real de si la película fue rentable en general".

Así como una producción genera otros ingresos, también acarrea costos adicionales. Entre ellos, se destacan los gastos de marketing, que no aparecen en los estados financieros de las productoras. Por eso, si se suman las ventas de entretenimiento hogareño y merchandising a lo recaudado en cines, también hay que restar el gasto en promoción.

Disney no hizo comentarios sobre los documentos presentados y tampoco informa cuánto destina al marketing de cada película. Sin embargo, especialistas de la industria citados por That Park Place estiman que una campaña de alcance global —como la de Deadpool & Wolverine— puede superar los US$ 200 millones.

Evaluar cuánto generan las ventas de merchandising y streaming es aún más complicado. A muchas de esas ventas se las identifica con la marca Marvel en general, más que con una película específica. Además, quienes miran películas en streaming no pagan por cada una, ya que tienen suscripciones mensuales.

Estos ingresos adicionales generan cierta incertidumbre sobre el resultado económico total de la película y, al mismo tiempo, la pusieron en el radar de algunos grupos activistas.

Deadpool & Wolverine puede tener como protagonistas a personajes de cómic con trajes llamativos, pero la película está lejos de ser un contenido para chicos. Con clasificación R, incluye insinuaciones sexuales, violencia explícita y referencias superficiales al consumo de drogas.

Los temas para adultos son el eje de muchos de los chistes más provocadores de la película. Aunque es la tercera entrega de Deadpool, es la primera producida por Disney. Las dos anteriores fueron igual de irreverentes, pero estuvieron a cargo de 20th Century Fox, antes de que el estudio fuera adquirido por Disney en 2019. Desde entonces, varias películas de Marvel producidas por Disney fracasaron en la taquilla, en parte porque el público las percibía cada vez más orientadas a chicos.

Para reconquistar al público adulto que creció con los cómics y convirtió a Marvel en una fábrica de éxitos, Disney decidió que Deadpool & Wolverine fuera lo más provocadora posible. Incluso se burla de que el consumo de cocaína fue lo único que el presidente de Marvel, Kevin Feige, no permitió mostrar en pantalla. La película transforma esa censura en un chiste: el personaje de Deadpool, interpretado por Reynolds, rompe la cuarta pared y dice que ni siquiera puede mencionar la droga con términos coloquiales. Acto seguido, los repite uno a uno, hasta rematar con "¿Querés construir un muñeco de nieve?", un guiño a la canción de Frozen, la película animada de Disney.

Varias películas de Marvel producidas por Disney fracasaron en la taquilla, en parte porque el público las percibía cada vez más orientadas a chicos.

 

"Asociar las referencias a las drogas, aunque sea de forma indirecta, con humor y chistes divertidos, inconscientemente hace que el consumo parezca emocionante y atractivo para los espectadores más jóvenes, quienes sin duda se familiarizarán con esas referencias a través de las redes sociales, incluso si no tienen la edad suficiente para ver la última película", sostuvo Sarah Brighton, directora ejecutiva de Hope UK, una organización benéfica dedicada a la prevención y educación sobre drogas.

Los creadores del MCU, junto con todos los que participan en el financiamiento o respaldo de la industria cinematográfica, tienen la responsabilidad de cuidar el bienestar de los fans más jóvenes: chicos y adolescentes que pueden verse profundamente influenciados por las películas y sus protagonistas.

Para sumar más complejidad, Disney comercializa juguetes de los personajes de Deadpool & Wolverine, que también aparecen en sus cruceros y parques temáticos, según informó este autor en el Daily Mail. Además, se espera que ambos personajes participen en las próximas dos películas infantiles de Los Vengadores dentro del MCU.

El contraste con los comienzos de Marvel es notorio. En 1971, la editorial publicó una historia pionera de Spider-Man en la que Harry Osborn, el mejor amigo del Hombre Araña, empieza a abusar de las drogas. Stan Lee, cocreador del personaje, escribió ese episodio después de que el Departamento de Salud, Educación y Bienestar Social le pidiera a Marvel una historia con un mensaje antidrogas. Irónicamente, la industria no la recibió bien.

La Autoridad del Código de Cómics (CCA), el organismo que regulaba la industria, se negó a aprobar la publicación de ese número por una norma estricta que prohibía cualquier representación del consumo de drogas. Marvel lo publicó igual y los minoristas lo vendieron, pese a la falta de aprobación. Eso obligó a la CCA a flexibilizar sus restricciones. Con el paso de las décadas, el consumo de drogas creció y se volvió aún más habitual. Hoy, un personaje de Marvel incluso hace chistes sobre el tema en la pantalla grande.

Fuera de cámara, el actor Josh Brolin también habló del tema. En una entrevista del año pasado, reconoció que había consumido drogas. Brolin —quien interpreta a Thanos, el villano de las películas más taquilleras del universo Marvel— contó que, cuando le ofrecieron el papel, respondió: "No sé nada de dibujos animados". Explicó que, en su juventud, "surfeaba y consumía drogas".

Marvel no se inmutó. Le entregó una "biblia" del personaje que le llamó la atención, y el resto ya es parte de la historia. Tiempo atrás, una confesión así podía costarle la carrera a un actor. Si el contexto no hubiera cambiado, el destino de Marvel podría haber sido muy distinto.

 

*Con información de Forbes US.