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Quién fue el “rey de los estafadores” que vendió dos veces la Torre Eiffel y engañó a Al Capone

Laura Beneyto

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Víctor Lustig fue el mayor estafador del siglo XX y estas son algunas de sus máximas tropelías. Se presentaba como el “Conde Von Lustig”.

15 Agosto de 2021 08.24

Un banco de Kansas, la Torre Eiffel, Al Capone. Esta es una pequeña lista de las estafas cometidas por Victor Lustig, el “rey de los estafadores”. 

Victor Lustig era hijo del alcalde de Hostinne, República Checa. Tenía grandes dotes para los idiomas y para los juegos de azar como el poker o el billar. Y se dedicó casi todo el tiempo a estas actividades. Y de esa forma, consiguió hacerse un hueco entre la alta sociedad americana, haciéndose pasar por el “Conde Von Lustig”.

Lustig  tenía un rostro algo tosco, pero su elegante porte y sus maneras refinadas hacían que esa primera impresión careciera de importancia. Hablaba inglés, alemán, francés e italiano, y tenía una cultura exquisita. Pertenecía ?o eso creyeron muchos? a la nobleza europea.  En los días previos a la Gran Guerra, se había convertido en pasajero habitual de los trasatlánticos que recorrían la costa europea, al norte o al sur del continente. A bordo de ellos jugaba al póquer y al bridge con los nuevos ricos estadounidenses. 

Victor Lustig (a la derecha) abandona el tribunal rumbo a alcatraz tras ser sentenciado a veinte anos de cárcel. septiembre de 1935.

Unas veces les ganaba y otras fingía perder. Los invitaba a cenar y a champán, agasajaba a sus mujeres, y solo al final del viaje, cuando se había ganado su confianza, los desplumaba. Entonces, el conde desaparecía por una temporada, y Victor Lustig volvía a recobrar su vida, la del estafador más famoso del siglo XX.

Como ocurre con las mejores leyendas, existen varias versiones para cada uno de los episodios de su vida. Sean cuantas sean las versiones, todas concluyen que Victor Lustig fue un maestro en su terreno. Hasta una veintena de apodos pueden rastrearse de él a lo largo de su carrera, y hay constancia de, al menos, cuarenta y cinco arrestos. La mayor parte de las veces se las arreglaba no solo para quedar en libertad, sino para ser, incluso, compensado por las molestias.

 

Primer objetivo: Banco de Kansas

En el año 1924, el estafador se dirigió al banco con la intención de comprar dos propiedades con dos bonos de US$ 25.000. El banco comprobó que eran auténticos y le dio un crédito de US$ 10.000.

En algún momento del intercambio, Lustig hizo un ardid entre los billetes verdaderos y los falsos y estafó al banco. Cuando descubren la maniobra, desde el banco mandan a dos detectives que finalmente, lo encuentran. 

Pero  “Conde Von Lustig”. los chantajea a ellos. En efecto. les dijo que los clientes no depositarían su confianza en ellos si sabían que habían sido estafados.

Todo se resolvió  de manera sorprendente: Lustig fue recompensado con US$ 1.000 para que guarde silencio.

Victor Lustig.

 

Siguiente objetivo: La Torre Eiffel

El monumento más emblemático de Francia tenía problemas económicos. Lustig se enteró y se hizo pasar por el Segundo Director General de la Torre para así informar a cinco grandes empresarios de sus interés por demoler el monumento.

A los días recibió sus respectivas ofertas y decidió aceptar la de André Poisson

Además de venderle la Torre Eiffel, aprovechó para hacer un soborno extra. A los meses, siguió el mismo procedimiento, pero con otro comprador.

Cuarto objetivo: Al Capone

Tampoco se le resistió el mayor mafioso con el que llegó a compartir prisión. Al Capone cayó en su red, ya que el estafador le habló sobre un negocio en el que solo tendría que invertir US$ 50.000.

Al Capone.

Juntos se embarcaron en este falso negocio. A los pocos meses, Lustig le comentó a Al Capone que no había salido y que se había arruinado. Solo había podido recuperar los US$ 50.000 que le dejó. El mafioso sorprendido ante esa situación, le regaló US$ 5.000.

Otras estafas

También, participó en otras estafas con farmacéuticos y químicos, fabricando billetes falsos y distribuyéndolos. 

Y era muy conocida su “máquina de dinero”, en la que metía US$ 100 y demostraba que “copiaba” los billetes. 

El problema llegaba después, cuando vendía la máquina y tras salir dos billetes de 100, solo salían papeles en blanco. Pero Lustig ya se encontraba muy lejos cuando descubrían lo descubrían.

Finalmente, fue denunciado y en el mismo juicio logró escapar, aunque a los pocos días fue capturado y le dieron 15 años que cumplió en la cárcel de Alcatraz, en la que estaba recluido Al Capone. Después de cumplir la condena, se retiró a la Florida y falleció de una neumonía en 1947.

*Publicada en Forbes España

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