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Javier Bermeo y su mascota
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Barbie es toda una jedi en el hogar del gerente de Conecta, Javier Bermeo. Para su esposa y su hija habría sido más fácil sacar un hipotecario para comprar la 'estrella de la muerte' a escala real, que recibir un perro en su casa. Pero la fuerza estuvo de su lado y lo convencieron. Desde hace cinco años comparten la vida con su mascota.

02 Julio de 2022 02.27

Hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana…, Javier Bermeo era reacio a tener una mascota en casa. Una triste experiencia en su niñez lo había marcado. 

El Gerente de Conecta es una persona estructurada, amante del orden y se autocalifica como un workaholic. Tranquilamente trabaja más de 12 horas diarias. Su rutina empieza dejando a su hija Mila, de 9 años, en el colegio. Es coleccionista de autos (tiene 12), practica el triatlón y es fanático de Star Wars

Hace 18 años, con su padre Pedro y su hermano Bolívar, fundaron Conecta, un proyecto que nació como un proyecto para ofrecer servicios tecnológicos. Luego se diversificó hacia las líneas de software, hasta convertirse en una plataforma que ofrece a las empresas todas las seguridades y protecciones de datos frente a posibles ciberataques. Los inicios fueron muy duros, recuerda. Comercializaba computadoras y ganaba US$ 100 por cada venta, pero había meses que no le ingresaba dinero. Entre risas, recuerda que a todos sus compañeros del MBA les vendió una laptop.

Ahora, la firma cuenta con 30 colaboradores y 200 clientes recurrentes, que les permitió una facturación de US$ 15 millones en el último año. Sostiene, además, un ecosistema de cuatro empresas que colaboran con Conecta, cuya facturación bordea los US$ 4 millones al año.

“Yo era reacio a tener una mascota en casa, porque en mi niñez me marcó la perdida de mi perro. Lo busqué por dos años y no lo encontré. No quería que mi hija Mila sintiera ese mismo dolor. Pero al mismo tiempo, al ser ella hija única, en cierto momento empecé a creer que necesitaba una compañera. Era la disyuntiva en mi cabeza. 

“Mi esposa Denisse es amante de los perros y especialmente de los schnauzer, porque de niña había tenido uno. Hace cinco años, cuando viajábamos a la playa, Mila, quien entonces tenía cuatro años, me pasó diciendo todo el viaje que cuándo le doy un perro. Mi respuesta siempre era '¡nunca!'. Cinco horas de la misma pregunta logró sacarme un bueno y nunca más pude retractarme. Mi esposa no perdió tiempo y enseguida encontró que en las redes sociales ofrecían unos cachorros schnauzer. Al regreso de la playa fuimos los tres a verlos. Mila quería llevarse a todos. Le explicamos que solo eligiera uno, así que, entre ambas, señalaron a la única negra de ojos grandes que había.

“Apenas la recogimos, mi hija le puso de nombre Barbie. Ese día fuimos a comer a un restaurante pet friendly. Les confieso que ese fue el momento más especial de mi vida, todo se compensó al ver la cara de alegría y la sonrisa de mi hija, que permanecieron por horas. Antes de ese día, sin embargo, yo había escrito una lista de cómo debería ser la mascota de la casa: que no sea destructora, que sea fácil de educar, mansa, cariñosa- Soy una persona creyente y Dios me lo concedió. 

Javier Bermeo y su mascota
Javier Bermeo y Barbie. Fotos: Pavel Calahorrano

“Al principio era un poco ansiosa, así que con mi esposa decidimos que debía tener terapia, igual que un ser humano. Asiste tres veces por semana y le ha ayudado muchísimo a relacionarse con otros perros (risas). Es muy bien portada. Cuando se queda sola en la casa, no hace ningún destrozo.

“Confieso que mi relación con ella cambió desde la pandemia. Se pasaba todo el día a mis pies, se convirtió en una compañera espectacular, siempre atenta a mis reuniones por Zoom. En esos meses me dio muchas lecciones de vida que hoy agradezco infinitamente. Es la primera en recibirme cuando regreso del trabajo, mueve su cola y salta. Por más mal día que haya tenido, al llegar a casa se borra todo y eso es impagable e invalorable. Le encanta salir a pasear, es la primera que se sube al carro, le gusta que el viento le dé en la cara, ha viajado con nosotros a algunos sitios dentro del país.

“Barbie es igual de consentida que Mila (risas). Tiene un amplio guardarropa que incluye más de una veintena de trajes, disfraces, medias y zapatos, entre los que destacan los de Star Wars, porque a mí me encanta esa saga. También tiene una cuenta de Instagram (@barbiebermeogagliardo), que suma 140 seguidores y miles de fotos y videos. Soy su fan número uno y el encargado de alimentar la cuenta con imágenes.

“Estos cinco años con Barbie han sido una bendición, es lo mejor que nos ha pasado. 

Me ha dado equilibrio. Como soy un hombre tecnológico, ella dispone para su alimentación y bebida con una aplicación automática. No solo eso, cuando la dejamos se queda con una aplicación de música relax especial para perros. Quién sabe si en unos años le demos una hermanita o hermanito a Barbie. Mi familia ya está trabajando en lograr arrancarme un nuevo sí”. 

Ya lo dijo el Maestro Yoda: “siempre en movimiento está el futuro”. (I)

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