Las luces se encienden y parece entrar a su elemento. Con un carisma y sonrisa que encandila, la CEO y fundadora de Makiatto, empresa de diseño de zapatos, nos conversa detalles de lo que será una nueva era para su marca. Después de 14 años, sus zapatos, Makiatto by Paulina Anda, han logrado posicionarse como un referente de moda. Y es el momento de refrescar la imagen, aunque, por ahora, nos explica que quiere evitar la 'mufa' y posponer los detalles. Nos quedamos con ganas…
Y ¿cómo andas? Le preguntamos de entrada. Entre sonrisas, nos responde que el 3 de mayo de 2023 lanza su nueva colección “Mi clan femenino”, con diseños inspirados en las mujeres que más han marcado su vida. El proyecto es el resultado de una visión compartida con su madre y sus dos hijas. “Ando bastante bien, ando con muchísimos proyectos, este año ha sido maravilloso. A veces pensamos en la palabra 'cambios' y nos da miedo, pero para para mí y para Makiatto, en este año se vienen unos cambios lindísimos en todo sentido, una nueva imagen, nuevos proyectos”.
Anda estudió Diseño de Zapatos en Milán, en el Instituto de Moda Di Burgo. Su carrera se complementa con su formación en Marketing en la Universidad Internacional del Ecuador.
Inició su negocio con un presupuesto de US$ 500 y la ayuda de un artesano. No planificó su negocio, pero no le resultó difícil. Sin saber cómo hacer un boceto, diseñaba los zapatos para su uso y un artesano los hacía realidad. Comparaba zapatos con diseños atractivos, pero que lastimaban el pie, por lo que dejaba de usarlos. Así fue como nació su idea de hacer zapatos elegantes, cómodos y que no destruyeran los pies. Sus amigas fueron las primeras que pidieron que les haga zapatos al ver los que ella usaba. La sala de su casa fue su primer local, inmediatamente sus zapatos empezaron a llamar la atención de familiares y amigos. Para poder diseñar zapatos viajó a Milán, donde estuvo tres meses. Allí tomó un curso intensivo de 10 horas diarias en el Instituto de Moda Di Burgo. También se ha preparado con otros cursos y profesores. Se casó a los 22 años, se divorció a los 32. Ese fue uno de los momentos más difíciles que atravesó con su familia. Decidió reinventarse y cumplir sus sueños.
“Mis zapatos dejan huellas positivas en las mujeres que los usan, porque nosotros queremos, como marca y yo como diseñadora, ayudar un poco más a la mujer a empoderarse, a que cumpla sus sueños, sus metas y sus objetivos. Creo que la historia de cómo empecé es muy linda y a la vez inspiradora. Creo que no existen trabas en este mundo, sino las que tú las creas. Si tienes un norte o algo súper claro, pues los caminos se te abren y, de verdad, eso ha sucedido para mí durante todos estos 14 años”. (I)
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