Yara, la hincha de Rafael Nadal que fascinó a la cabeza de Atrevia Ecuador
Carmen Sánchez-Laulhé es periodista, con más de 13 años de experiencia en el ámbito de la comunicación corporativa. Su liderazgo se caracteriza por la empatía y su amor por los animales. Es una herencia familiar.

Es española de nacimiento. Su ímpetu por conocer y viajar comenzó a los 17 años cuando estudiaba inglés, todos los veranos, en Irlanda. El avión que la transportaba aterrizó en América Latina en 2016, cuando Atrevia, una empresa de comunicación y posicionamiento estratégico, le dio la oportunidad de trabajar en Colombia y liderar ese equipo. A pesar de que realizó prácticas en medios de comunicación -como buena licenciada en Periodismo- siempre estuvo orientada a la parte corporativa. Así llegó a Ecuador, un país que la enamoró, desde el inicio, por su belleza natural. Se encontró con una sociedad que está en proceso de cambio y apertura social. “Miro atrás y pienso que ahora existe mayor visibilidad para las mujeres líderes”.

Con 39 años, Sánchez-Laulhé es vicepresidenta de Atrevia para la Región Andina y Brasil, pero también es la presidenta de la Cámara Española de Comercio e Industrias de Quito, vicepresidenta de la Federación de Cámaras Binacionales y miembro del consejo de PRCA Latam. ¿Cómo divide su tiempo con tantas obligaciones? Su secreto radica en la confianza y el apoyo que recibe de su equipo, quienes son el soporte y el empuje de esta madrileña que promueve la empatía en su entorno laboral. “Como líder, debo asegurarme de que el equipo dé el 100 % y cuente con el ambiente y los medios que necesita. Hacia dentro soy muy exigente, pero hacia fuera soy tremendamente protectora”.

Con respecto a Atrevia en Ecuador, Sánchez-Laulhé comenta que su enfoque no solo es en la estrategia empresarial sino en el aporte estratégico que brinda a las compañías. “Entregamos un acompañamiento integral para apoyar en todos los ámbitos de la comunicación, en todo aquello que impacta la imagen y la reputación de una organización”. Actualmente, la firma cuenta con 29 colaboradores en Ecuador y se espera que este año cierre con un 55 % de crecimiento con respecto a 2021. Una situación que se replica en otros países: Colombia duplicó su tamaño, despeganuevamente en Bolivia y Brasil y sobre todo atrae muchos negocios de Estados Unidos a América Latina.

Carmen Sánchez-Laulhé y su gata Yara. Fotos: Pavel Calahorrano

“Todo es un aprendizaje, lo bueno y lo malo. Cada vivencia y tu capacidad de reaccionar te convierten en la persona que eres hoy. Mis aciertos y mis equivocaciones a lo largo de mi vida y mi carrera profesional influyen en cómo hoy gestiono la compañía. Tienes que entender, leer y hablar con la gente para comenzar a crear cosas que se adapten a cada país”. En Ecuador, aún existen grandes retos, ya que se concibe a la comunicación como una herramienta y no como un elemento estratégico, dentro de la planificación corporativa. Tampoco existe una orientación hacia los resultados, se privilegia la calidad versus la cantidad; y aún es necesario invertir en la comunicación interna para construir una cultura empresarial fuerte.

Uno de los soportes emocionales de esta estratega es Yara. Una gata adoptada que llegó a su hogar hace nueve meses, tras el fallecimiento de su padre. “Ella es una compañía increíble. Hay días que llego agotada y me siento en la sala, con una manta, para terminar de trabajar y ella siempre se acurruca a mi lado. Los animales, sin duda, tienen mucha empatía y saben cuándo tienes un buen día o un día complicado”. Sánchez-Laulhé es “una devoradora de libros” y así encontró el nombre tan particular de esta gata, que es muy sociable pero solo recibe “mimos” cuando ella los quiere. Le encanta subirse a la encimera de la cocina, meterse detrás de los muebles y ver la televisión. “Es hincha del fútbol y de Rafael Nadal”.

Fue adoptada desde muy pequeña porque la abandonaron en la calle y no tuvo los cuidados de su madre. “Yo, recién llegaba de España y fue un flechazo. El domingo, 9 de enero, recuerdo que acabamos de comer y mi amiga la trajo a casa. Era una ratita y tomaba leche de fórmula”. Yara es independiente, tiene su propio gimnasio y es muy territorial. Cuando regresa de la terraza siempre viene cubierta de tierra después de escarbar en las macetas. Entra con mucha facilidad en los bolsos y no se pierde ninguna reunión de mamá. “Todas las personas que han tenido una videoconferencia conmigo conocen a Yara, le gusta meter la cabeza y a veces me da besos en frente de todos”.

Sánchez-Laulhé está fascinada con la personalidad de los gatos porque ellos eligen a su dueño y no dan todo incondicional, se debe construir una relación bidireccional. “Yara es parte de mi núcleo familiar, se hizo un espacio en mi corazón y a donde yo vaya, ella irá conmigo”. En un futuro, espera dar un hogar a otro pequeño que lo necesite. (I)