Sin quererlo, las semifinales de la primera edición del Mundial de Clubes pondrán frente a frente a un club manejado por inversores privados y a otro que todavía mantiene la esencia original de una estructura de asociación sin fines de lucro. Chelsea-Fluminense, por un lado, y Real Madrid-PSG, por el otro, serán los encuentros que se disputarán entre el martes y el miércoles próximos y que definirán quiénes disputarán la final.
Chelsea y PSG quedaron como los únicos dos representantes de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) entre los cuatro mejores de la competencia, y ahora competirán por los US$ 33 millones que esperan para quien levante el trofeo.
Todd Boehly y Tamin bin Hamad Al-Thani son los millonarios que están detrás de ambos clubes. El primero -con una fortuna personal estimada en US$ 8.800 millones- lleva apenas tres años en el club, a través del consorcio BlueCo, que pagó por la institución de Londres US$ 5200 millones, con la idea de replicar el modelo de negocios que viene aplicando en Los Ángeles Lakers (un pilar de la NBA) y LA Dodgers, de la Mayor League Baseball de los Estados Unidos.
Al-Thani, por su parte, es nada menos que el emir de Qatar y se quedó con el PSG hace ya más de una década, luego de comprarlo mediante el fondo estatal Qatar Sports Investments.
Todd Boehly - Chelsea

Todd Boehly, de 51 años, es un viejo conocido en el mundo del deporte. Ganó notoriedad en 2022 cuando desembolsó US$ 5.200 millones -cifra récord para el mundo del fútbol- para quedarse con el Chelsea a través del holding BlueCo, aunque pero ya tiene también un camino recorrido en este terreno ya que es copropietario del equipo de beisbol Los Angeles Dodgers y de Los Ángeles Lakers.
Este consorcio -creado especialmente para la compra del Chelsea- también está integrado por Clearlake Capital (una firma de capital privado con sede en Santa Mónica, California, co-fundada por Behdad Eghbali y José Feliciano), que tiene el 61,5% del paquete accionario; Mark Walter (copropietario de los Dodgers, director ejecutivo de Guggenheim Partners, una firma global de servicios financieros, y socio histórico de Boehly; y Hansjörg Wyss (empresario y filántropo suizo, fundador de la Wyss Foundation).
Walter, Hansjörg Wyss y Boehly se reparten el resto de la empresa, con un 12,8% para cada uno.
Este grupo de inversores, que lidera Boehly, tomó a la operación del Chelsea como el puntapié inicial de lo que podría ser su ingreso en el mundo del fútbol en Europa. Tras la compra del club de Londres, también se quedó con el francés RC Strasbourg Alsace.
Boehly y BlueCo encontraron el momento justo para dar el golpe y tomar posesión del Chelsea. Su propietario anterior, el ruso Roman Abramovich, debió vender el club luego de que el gobierno británico le impusiera sanciones tras la invasión de su país a Ucrania. El proceso de venta se debió ejecutar con cierta celeridad, y BlueCo no desaprovechó la oportunidad.
Esa no era la primera vez que Todd Boehly intentaba comprar el Chelsea. Ya había presentado una oferta en 2019, pero fue rechazada, lo que demuestra su interés de larga data en el club y el fútbol inglés. Cuando surgió esta nueva oportunidad, ya tenía un conocimiento previo y había realizado un "due diligence", lo que le dio una ventaja.
El modelo de inversión del conglomerado busca replicar el éxito de otras franquicias deportivas estadounidenses, como los Dodgers, donde se busca la estabilidad y el crecimiento del valor del activo a través de inversiones inteligentes en talento y infraestructura.
Todos estos movimientos llevaron a Todd Boehly a elevar su fortuna hasta los cerca de US$ 8.800 millones, una cifra que se fue incrementando justamente desde que ingresó al Chelsea.
En mayo de 2022, cuando momento de la adquisición del Chelsea, Forbes estimaba su fortuna en US$4.500 millones. Para abril de 2024, Forbes estimó su patrimonio neto en US$ 6.100 millones, para pasar a US$ 8.800 millones en mayo último.
Tamin bin Hamad Al-Thani - Paris Saint Germain

Como ocurre hoy en muchos clubes de Europa y en países árabes, los fondos soberanos de riqueza del Estado son los que controlan el negocio del fútbol, y el caso del Paris Saint Germain está dentro de este esquema. Tamin bin Hamad Al-Thani es el Emir de Qatar y uno de los hombres fuertes en el negocio del deporte en general.
Con una fortuna personal estimada en US$ 2.200 millones, y más allá de sus múltiples funciones oficiales y negocios, es parte de la familia fundadora de Qatar Investment Authority (QIA), el fondo con el que mueve varios tentáculos en diferentes segmentos -e ideado para sacar los pies de los negocios ligados al petróleo-. El nivel de riqueza personal del emir queda lejos de los US$ 330.000 millones que, se calcula, tiene la familia real. Esa fortuna proviene en gran medida de las reservas de petróleo y gas natural de Qatar, que son administradas por el QIA, del cual Tamim bin Hamad Al-Thani es presidente.
Uno de los brazos del QIA es Qatar Sports Investments (QSI), mediante el cual opera la pata deportiva, justamente donde entra el PSG.
El club francés, sin dudas, es la gran joya del fondo árabe. Luego de años de ser uno de los candidatos a ganar la Champions League (sobre todo a partir de las figuras mundiales que fue incorporando en las distintas temporadas) finalmente lo logró este año, y ahora se acaba de meter entre los mejores cuatro del Mundial de Clubes.
Más allá de los resultados deportivos, los estrictamente financieros también son positivos para QSI y Al-Khelaïfi en sus años al frente del PSG.
En 2011, el club parisino estaba valorado en solo US$ 139 millones, y hoy . Actualmente, su valor estimado es de algo más de US$ 5.000 millones. Los ingresos del PSG en la temporada 2023-2024 rozaron los US$ 950 millones.
El QIA tiene varias subsidiarias directas que gestionan segmentos específicos de su portafolio:
- Qatar Sports Investments (QSI), que también es dueño del club portugués de fútbol Sporting Braga y maneja el circuito Premier Padel, hoy el más popular de ese deporte.
- Qatari Diar, la compañía de inversión inmobiliaria y desarrollo de propiedades de Qatar, con proyectos a gran escala en todo el mundo.
- Katara Hospitality, empresa dedicada a la propiedad, desarrollo y operación de hoteles de lujo a nivel global.
- Qatar Holding, una entidad de inversión que actúa como el principal brazo de inversión estratégica del QIA, realizando inversiones significativas en grandes corporaciones globales.
- Qatar National Bank, uno de los bancos más grandes de Oriente Medio y África.
- Ooredoo, una de las principales compañías de telecomunicaciones de la región del Golfo, con operaciones en varios países.
- Qatar Airways, la aerolínea nacional de Qatar.
- Hassad Food, la compañía de inversión y desarrollo agrícola de Qatar.
- Es'hailSat, la compañía de satélites de Qatar.
- Qatar Stock Exchange, la bolsa de valores de Qatar.
Además, por lo general a través de Qatar Holding, tiene desparramadas inversiones en cientos de empresas de varios países. Entre ellas, y solo por nombrar algunas, aparecen QuantumScape (desarrollador de baterías para vehículos eléctricos), MSE (una de las mayores empresas de deportes y entretenimiento en EE. UU.), Harrods Group (la icónica tienda por departamentos de lujo en Londres), Hotel St. Regis, Grupo Volkswagen (incluyendo Porsche), el Aeropuerto de Heathrow (Londres), Barclays (negocio financiero), y Royal Dutch Shell (petróleo y gas).