Según un artículo del influyente Wall Street Journal, la junta directiva de Tesla habría dado pasos concretos para buscar al sucesor de Elon Musk, contactando a varias firmas de búsqueda de ejecutivos y avanzando en un proceso formal para encontrar al próximo CEO.
De acuerdo a las fuentes citadas por el matutino neoyorquino, la tensión dentro de la compañía escaló al ritmo de la caída de las acciones y la visible distracción de Musk, volcado en una agenda política en Washington al lado del presidente Trump.
La respuesta de Tesla no tardó en llegar. En la red social X, la presidenta del directorio, Robyn Denholm -una contadora australiana elegida por el mismo Elon Musk-, desmintió categóricamente la versión:
"El CEO de Tesla es Elon Musk y la Junta tiene plena confianza en su capacidad para continuar ejecutando el emocionante plan de crecimiento por delante." finaliza el escueto comunicado publicado por la cuenta oficial de Tesla en X, la red social que también es propiedad de Elon Musk.
Más allá de los idas y vueltas entre la compañía y el medio, el artículo del Wall Street Journal pinta un cuadro mucho más complejo y matizado sobre la situación interna de Tesla.
Caída de ventas, desplome de ganancias y presión de los inversores
A lo largo de los últimos meses, Tesla ha enfrentado un deterioro marcado en sus resultados financieros. En el primer trimestre de 2025, las ganancias de la empresa se desplomaron un 71%. Los ingresos trimestrales cayeron un 9%, con una disminución del 20% en los ingresos automotrices, reflejando la caída en ventas en mercados clave como California, China y Alemania.
Es la primera vez en más de una década que Tesla experimenta una caída anual en ventas de autos eléctricos. Para intentar revertir la tendencia, la compañía ha recortado drásticamente los precios de sus modelos, lo que a su vez ha comprimido los márgenes de beneficio. El Model 3 y el Model Y —responsables de la primera ola de crecimiento explosivo— muestran señales de agotamiento en la demanda, mientras que el lanzamiento del Cybertruck no ha cumplido con las expectativas.
"Es absolutamente falso (y esto fue comunicado a los medios antes de que se publicara el informe). El CEO de Tesla es Elon Musk y la Junta tiene plena confianza en su capacidad para continuar ejecutando el emocionante plan de crecimiento por delante."
Las cifras ilustran la magnitud del desafío: en su primer año completo de ventas, Tesla logró entregar solo 39.000 Cybertrucks en EE.UU., una fracción de las 250.000 unidades anuales prometidas por Musk. El vehículo, cuyo precio inicial ronda los 100.000 dólares —más del doble de lo anunciado en su presentación—, ha enfrentado ocho llamados a revisión, incluyendo problemas en componentes críticos como el pedal del acelerador y los limpiaparabrisas.
Mientras tanto, la valoración bursátil de Tesla se ha resentido. Tras alcanzar un récord de 1,5 billones de dólares en diciembre de 2024, el valor de mercado cayó a unos 900.000 millones de dólares en menos de seis meses.
Un CEO cada vez más ausente
El informe del Wall Street Journal detalla cómo la presencia de Musk en Tesla se ha diluido progresivamente, en la medida que su agenda política en Washington y su relación con la administración Trump han cobrado protagonismo. Musk, quien dirige cinco empresas y a quien más de 20 ejecutivos reportan directamente en Tesla, ha pasado la mayor parte de su tiempo en la capital estadounidense y en el resort Mar-a-Lago de Trump en Florida.
La junta directiva, preocupada por la falta de foco de Musk, se reunió con él para exigirle mayor dedicación a Tesla y que lo hiciera público. En la última conferencia de resultados, Musk prometió:

Sin embargo, no está claro si Musk estaba al tanto de la búsqueda de sucesor que, según fuentes del WSJ, la junta habría iniciado. Tampoco se sabe si su promesa de mayor involucramiento modificó la estrategia de sucesión.
Política, imagen y talento: los efectos colaterales
La creciente cercanía de Musk con el presidente Trump ha generado tensiones dentro de Tesla y dañado su imagen en mercados progresistas como California y Alemania. Algunos consumidores han optado por colocar calcomanías en sus autos para distanciarse de las posturas políticas de Musk. Tesla también perdió terreno en China frente a rivales locales como BYD, mientras que los aranceles impuestos por EE.UU. complican los negocios en ese país.
La situación interna también se volvió compleja en términos de gestión de talento. El ejecutivo Eliah Gilfenbaum, por ejemplo, comentó a su equipo que la renuncia de Musk sería positiva para Tesla, aunque improbable. Tras la publicación de sus declaraciones en la prensa, fue despedido de la compañía.
"A partir del próximo mes, dedicaré mucho más tiempo a Tesla".
Las preocupaciones se extienden hasta los inversores, quienes han recibido garantías de la junta —incluido el cofundador J.B. Straubel— de que Tesla está "en buenas manos". Aun así, algunos directores han reconocido en privado que Musk, en ocasiones, llega a las reuniones poco preparado y necesita más información sobre la situación real de la empresa.
El futuro: inteligencia artificial, robotaxis y una apuesta arriesgada
Con el negocio automotriz tambaleando, Tesla apuesta su futuro a la inteligencia artificial y la robótica. Musk ha prometido que estos desarrollos podrían transformar a la compañía en una potencia de 30 billones de dólares, multiplicando su valor actual. Entre las novedades, la empresa planea lanzar en junio una app de robotaxi que permitirá a los clientes de Austin, Texas, solicitar viajes en Model Y sin conductor, entrando en competencia directa con Waymo (Alphabet) y Zoox (Amazon).
En paralelo, Tesla ha renovado el Model Y e introducido una versión más económica del Cybertruck (69.990 dólares), en un intento de recuperar tracción en ventas.
Conclusión: ¿puede Tesla salir de la tormenta?
Pese a las dificultades, Elon Musk mantiene su optimismo y ha defendido el desempeño de la compañía frente a las críticas:
El desenlace de esta crisis de liderazgo, junto con la capacidad de Tesla para innovar y adaptarse en un mercado cada vez más competitivo, determinarán si la empresa puede mantener su estatus como líder en movilidad eléctrica y tecnología. Por ahora, la compañía y su CEO enfrentan la prueba más dura desde su fundación.
Fuentes: Wall Street Journal y X