Nvidia volvió a desafiar las predicciones del mercado. La compañía reportó ingresos por US$57.000 millones en su tercer trimestre fiscal, superando con holgura los US$54.900 millones estimados por los analistas, según datos de FactSet. El resultado impulsó las acciones del fabricante de chips más valioso del mundo, que subieron más del 2% tras el anuncio, incluso en una semana marcada por el temor a una posible "burbuja" de inteligencia artificial que golpeó a los grandes nombres del sector tecnológico.
El negocio de centros de datos, motor central del auge de la compañía, fue el principal responsable del salto: aportó US$51.200 millones, por encima de los US$49.000 millones esperados. Este segmento se ha convertido en el eje estratégico de Nvidia ante la creciente demanda de infraestructura para entrenamiento de modelos de inteligencia artificial y cómputo avanzado.
En términos de rentabilidad, Nvidia también superó las previsiones: ganó US$1,30 por acción, frente al consenso de US$1,26 y casi el doble de los US$0,78 registrados en el mismo período del año anterior.
A pesar del repunte tras los resultados, las acciones de Nvidia aún acumulan una caída del 3,7% en los últimos cinco días de operaciones, reflejando la volatilidad que atraviesan las empresas de inteligencia artificial en medio de la euforia y las dudas del mercado sobre la sostenibilidad de su crecimiento.
Dirigida por su emblemático CEO Jensen Huang, hoy una de las personas más ricas del mundo, Nvidia continúa consolidándose como el epicentro del ecosistema de inteligencia artificial global. Su capacidad para capitalizar la demanda de chips de alto rendimiento mantiene a la compañía un paso adelante en un mercado donde la innovación avanza a ritmo acelerado.
*Nota publicada originalmente en Forbes EE.UU.