Forbes Ecuador
Nicolás Perez de ANUNA Quito - Ecuador
Movimiento Inspirador
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Luego de trabajar en Morgan Stanley, en Nueva York, y en Millennium Capital, en Londres, el quiteño Nicolás Pérez decidió emprender en Ecuador y creó Anuna, una empresa que recolecta desechos orgánicos de hogares y empresas. Hoy procesa 65 toneladas al mes y obtiene compost que sirve de materia prima en una hacienda de Machachi, de la que proviene la leche para Karuu, la compañía de lácteos de la que es cofundador.

31 Octubre de 2022 15.37

“Muchos me quedan viendo como loco, se preguntan qué estoy haciendo cuando reviso bolsas de basura, pero lo que estoy haciendo es una pasión, es mi pasión. Es una transformación mágica que me motiva”. Así habla Nicolás Pérez mientras recorre el bulevar Rumipamba del parque La Carolina, en Quito y hurga en bolsas de desechos.

Este quiteño que estudió Finanzas e Historia en la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, se obsesionó con la basura orgánica cuando vivió en Londres, entre 2013 y 2017. Allá supo que la mayoría de desechos que genera una ciudad es orgánica. Vestido con jean, camiseta y una chompa para la montaña, Pérez argumenta: “La gente no conoce en qué terminan los restos de frutas, vegetales, ramas de árboles. Con esos residuos se genera metano y lixiviados, esos líquidos que se filtran en los rellenos sanitarios en todo el mundo. Ese es un problema porque cuesta tratarlos, los lixiviados pueden durar hasta 25 años”.

Graduado con honores, Pérez trabajó en el banco de inversión Morgan Stanley, en Nueva York, y en el fondo de inversiones Millennium Capital, en Londres. Fue precisamente en la capital inglesa donde Pérez empezó esta relación con los desechos orgánicos. “Empecé a hacer compost en mi casa en Londres y al volver a Ecuador, en 2017, recogía basura orgánica por mi cuenta para elaborar compost, los residuos de 15 casas de familiares y amigos, y los colocaba en unos recipientes en el garaje de mi casa, que los llevaba a una hacienda en Machachi para allá hacer el compost”.

Pérez recuerda que en su familia se burlaban de él por recoger basura y por dejar de lado el mundo de las inversiones. “Pero era una necesidad visceral que tenía. No puedo pensar que los restos de frutas o vegetales sean basura. Si se mezclan con otros desechos sí es basura, pero si se los procesa se puede generar biogás o compost”. Entonces, Pérez dio vida a Anuna, una empresa  que desde 2021 recolecta desechos orgánicos de hogares y empresas, los convierte en compost y luego los usa como insumo en Kaarù, una empresa de lácteos que es la 'hermana mayor' de Anuna.

Hasta el momento las inversiones alcanzan los US$ 160.000, que han llegado de recursos propios de Pérez. Ese dinero sirvió para la van que se encarga de la recolección, la adecuación del espacio donde se almacenan los residuos en La Carolina (cerca de 600 metros cuadrados cedidos por el Jardín Botánico a cambio de que Anuna se  encargue de los desechos que genera el lugar), maquinaria, herramientas, etc. 

El proceso es simple. Anuna entrega unos baldes o recipientes en cerca de 1.500 casas de sectores de Quito como El Condado, la Prensa, Quito Tenis, La Coruña, Monteserrín, Cumbayá, Tumbaco, Puembo y la Armenia. Los habitantes de casas, urbanizaciones y edificios llenan los baldes con sus residuos y Anuna los retira de acuerdo a un horario planificado. Esos desechos llegan al centro de operaciones en La Carolina, donde se depositan en unas camas, se mezclan con ramas, hojas y otros residuos vegetales del Jardín Botánico y esa mezcla 'descansa' durante tres o más semanas hasta lograr el compost.

Allí se procesan 65 toneladas de basura orgánica al mes: 50 vienen de los hogares, 10 llegan de una cadena de comida y 5 toneladas provienen de la empresa de alimentos Olé. El servicio para hogares es gratuito, pero para cubrir los gastos Anuna está en una etapa de generar alianzas con empresas. “Olé entendió muy bien nuestro propósito y nos asociamos”. 

Añade que desde el inicio de los servicios muchas empresas se han interesado en trabajar con Anuna, pero aún no se han cerrado acuerdos. Ahora mismo, negocia con una firma farmacéutica para que se sume a la propuesta. “En este tema existe mucho 'green washing', pero aquí nosotros enfrentamos el problema de frente”.

En la actualidad Anuna suma ingresos mensuales de US$ 4.000 en promedio. Su fundador dice que están cerca del punto de equilibrio entre los gastos y los costos. “Por eso nos interesa sumar más casas y más empresas que quieran enviar sus desechos orgánicos con nosotros o auspiciar este trabajo”.

En todo este trabajo, Anuna cuenta con un equipo de ocho personas. “Todos se sacan la madre, desde la recolección, la mezcla de los desechos y otros procesos”. ¿Extraña el mundo corporativo? Pérez responde: “Me encanta ser mi propio jefe, no extraño mi anterior trabajo, aunque siempre sigo de cerca temas financieros globales y nacionales”. (I)

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