Usted asegura que la pandemia provocó una expansión de la Inteligencia Artificial (IA). ¿Cómo se sostiene esa tesis?
La pandemia ha sido un acelerador de tendencias que ya existían en inteligencia artificial. El desarrollo de estas tecnologías que esperábamos ver en 10 o 20 años lo veremos en dos, tres o cinco años máximo. En este escenario de pandemia identificamos dos comportamientos. Uno es que se usa a la IA como un fin y no como un medio. Hay empresas que dicen que compremos inteligencia artificial como si estuviera disponible por kilos y eso no está bien. No hay que olvidar el por qué se hacen las cosas. ¿Para qué buscar una solución de IA? La respuesta debería ser: para servir mejor a los clientes, para ser más eficiente en las operaciones.
Lo segundo es que el discurso sobre IA en general está muy secuestrado por tecnólogos. Cuando se habla demasiado de tecnología con ellos, algo se pierde de vista, por ejemplo, el enfoque de negocio. Es muy necesario explicar la IA en términos de negocio, explicar para qué sirve su implementación en una empresa. Además, es importante hablar del tema desde un punto de vista de prudencia y honestidad, contar al cliente qué cosas son una realidad, cuales son promesas, qué cosas son seguras para implementar y cuáles tienen un riesgo ético y legal.
¿Cómo prepararse para la aplicación de IA?
A la revolución actual de la IA se la conoce como la Cuarta Revolución Industrial; es la cuarta vez que la humanidad automatiza procesos, pero hay diferencias. Esta vez no son procesos de fábrica, sino de oficina y no son máquinas físicas, sino software. Y su avance es mucho más rápido. Las anteriores revoluciones tomaron décadas, pero esta la veremos en un par de años, Por eso es tan importante la pedagogía para no caer en errores por la brevedad de los cambios.
¿Cuáles son las tecnologías de IA que más se están aplicando?
Es difícil explicar qué es la IA. Yo diría que son técnicas estadísticas y probabilísticas, algoritmos para encontrar patrones complejos en una nube de datos. En la nueva era digital hay cada vez más flujo de datos donde se pueden encontrar patrones. Está también la inteligencia conversacional para identificar patrones en palabras y letras de forma que se interpreta lo que dice una persona con una frase y se le responde.
La IA se usa hoy mucho para encontrar casos sospechosos y prevención de fraude, para análisis de brechas de ciberseguridad, para saber qué pasa en las transacciones monetarias y económicas de los clientes, entre otras.
¿Qué sectores están a la vanguardia en el uso de IA y cómo lo están aprovechando?
El sector financiero y en menor medida el de telecomunicaciones. Esto es básicamente por las economías de escala de sus principales jugadores y por el acceso a datos. Los servicios que ofrecen en el sector financiero son transaccionales, generan patrones que se pueden analizar con IA. Esto se está usando para automatizar tareas repetitivas, para hacer más eficiente el 'back office' desde un punto de vista de costos y para mejorar el tiempo de respuesta para los clientes.
¿Cuáles son las principales limitantes o problemas para el desarrollo de IA en Ecuador?
La disponibilidad de datos, para empezar. La IA es muy sensible a la cantidad y calidad de datos que requiere para entrenarse. Si la IA no está bien entrenada no se tiene modelos buenos para su uso comercial o institucional. Se requiere estandarizar el conocimiento de los datos, en Ecuador todavía se adolece de un exceso de demanda que está mal dirigida. Hay también otro punto importante. Por cada ingeniero de datos que tiene Ecuador, en realidad se necesitan 10 ingenieros para que la industria se desarrolle correctamente. La formación de profesionales locales es un problema frente a la demanda de soluciones de IA que existe. Yo soy un ferviente defensor de que los proyectos de IA ágiles requieren mucha proximidad local y cultural con la persona que lo va a usar, por eso es muy importante desarrollar talento local, no tiene sentido importar servicios de ingenieros de datos de EE.UU., se requiere de ecuatorianos.
Se suele temer que la tecnología desplace el trabajo de los humanos?
Hay muchos líderes de opinión que tienen un discurso de catástrofe y hablan de eso solo para vender libros, yo soy crítico de los que piensan que con los robots nos vamos a morir de hambre porque nos van a quitar el trabajo. Eso es falso. En los próximos 20 años, la IA en América Latina automatizará 80 millones de puestos de trabajo de poco valor añadido; es decir, al trabajo repetitivo lo automatizará; pero en este mismo período de tiempo se generarán 105 millones de puestos de trabajo de valor añadido, como el de los ingenieros de datos. De esos 80 millones de personas que se quedarán sin trabajo no todos se transformarán en empleados de valor agregado, habrá algunos que no tendrán capacidad de transformarse y eso debería estar en la agenda de todos los gobiernos, que deberían plantearse cómo ayudar a la población, sobre todo a los que están en los segmentos más vulnerables, a transformarse en empleados con valor añadido. Una alternativa sería darles subvenciones con base en lo que generen las nuevas actividades económicas en torno a la IA. Las personas que no consigan colocarse en esos puestos harán mucho ruido en la sociedad y ralentizarán un cambio que es inevitable. (I)