Algunos momentos quedan marcados para siempre. Para el inversor Nasir Qadree, ese instante llegó en 2011, cuando miraba el centro de Nueva York desde la oficina en un rascacielos de Vernon Jordan, empresario, conector político y asesor. En la sala, Jordan, exdirector ejecutivo de la Liga Urbana Nacional, llevaba un traje gris y estaba rodeado de decenas de fotos con amigos cercanos, entre ellos el expresidente estadounidense Bill Clinton y el artista Sammy Davis Jr.
Sentado frente a él, mientras comía un tazón de sémola caliente, Qadree le preguntó por qué había evitado estar en la primera línea del movimiento por los derechos civiles en los años 60. La respuesta lo marcó: "Si realmente querés estar en una posición de poder e influencia, la sala de juntas es el camino a seguir", recuerda Qadree, de 40 años. "Eso me impactó", repite. La sala de juntas, dice, "crea oportunidades para abrir caminos para la próxima generación y también para transformar los sistemas".
Años después de la muerte de Jordan, en marzo de 2021, Qadree sigue guiándose por ese consejo mientras intenta sacudir al sector del capital riesgo. En junio, su firma, Zeal Capital Partners, cerró una ronda de financiación por US$ 82 millones para su tercer fondo. Con ese dinero invertirá en 25 empresas tecnológicas en etapa inicial que desarrollen software de inteligencia artificial para los sectores educativo, financiero y de salud. El compromiso por empresa será de hasta US$ 2,3 millones, y Zeal exigirá un lugar en el directorio de cada una. "Hay mucho flujo de negocios y cartera de proyectos en estas áreas", le comenta Qadree a Forbes US.
Desde su creación en 2020, Zeal Capital Partners, con sede en Washington D. C., recaudó un total de US$ 186 millones. Entre sus inversores están el Fondo de Impacto de Citi, M&T Bank, MassMutual y fundaciones de universidades históricamente negras (HBCU, por sus siglas en inglés), como Spelman College y Hampton University.
La firma gestiona actualmente tres fondos: Fund I, Fund II y Barclays Black Formation Investments. También apostó por startups como Esusu, una fintech cofundada por Wemimo Abbey, quien forma parte de la lista Forbes BLK 50. Esusu ayuda a inquilinos a construir historial crediticio al reportar los pagos de alquiler a las agencias de crédito. En 2022, la empresa alcanzó una valoración de US$ 1.000 millones.
Además, Zeal invierte en Humanly, una compañía de software de contratación con inteligencia artificial. Según datos de la firma de investigación financiera PitchBook, Humanly está valuada en US$ 66 millones.
"No nos consideramos una firma de inversión de impacto", afirma Qadree. Aunque aclara que Zeal toma en cuenta la diversidad en los equipos de gestión como parte de sus criterios al invertir. "La diversidad siempre formará parte de nuestro ADN. Los datos son muy claros: produce retornos extraordinarios", explica.
Según la firma de inversión Fairview Capital Partners, en Estados Unidos hay más de 1.000 empresas de capital privado y de riesgo en manos de mujeres o minorías. De ese total, 168 pertenecen a personas negras. En 2024, Fairview indicó que estas empresas dirigidas por personas negras lograron una mediana de recaudación de US$ 70 millones, una baja respecto a los US$ 75 millones de 2023.
Aunque Zeal cerró su tercer fondo, Qadree reconoce que captar capital sigue siendo un desafío. Menciona como obstáculos las altas tasas de interés, la desaceleración del mercado de OPI y las tensiones comerciales globales. A eso se suma el contexto político: tras asumir la presidencia en enero, Donald Trump desmanteló iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), lo que llevó a algunas empresas a incumplir sus compromisos en esa área y a reducir las asignaciones a fondos vinculados a esas metas.
"Ya no hay dádivas", dice Calvin Butts, socio codirector de East Chop Capital e inversor en Zeal. "Se necesitan grandes ideas y excelentes relaciones. No se puede simplemente tener una buena idea y ser una inversión en la lista de deseos de alguien", agrega.
"Siempre seré un inversor negro", sostiene Qadree. "Creo que lo más importante, dadas las más de 50 empresas que tenemos en nuestra plataforma, es mostrar su progreso y el impacto que están teniendo para convertirse en líderes de su categoría", añade.
Originario del suroeste de Atlanta, Nasir Qadree creció rodeado de referentes. Es nieto de Jackie Moore, exjugador de la NBA que integró los Philadelphia Warriors entre 1954 y 1957. Qadree recuerda la historia de un joven Moore entrenando a un Wilt Chamberlain aún adolescente durante sus años de secundaria en Overbrook, Filadelfia. Chamberlain terminó convirtiéndose en uno de los grandes de la NBA y en miembro del Salón de la Fama del Baloncesto Profesional. "Hablás de motivación y de cómo empezó todo", dice Qadree. "Le doy el crédito a mi abuelo", reconoce.
Su madre trabajaba como asistente administrativa y su padre, Tony, era promotor inmobiliario. Qadree le atribuye a él el haber despertado su interés por los negocios. En su adolescencia lo acompañaba a fiestas navideñas locales y hacía de guardarropa. Así tuvo contacto con figuras como la exalcaldesa de Atlanta Shirley Franklin, el fallecido congresista John Lewis y Vernon Jordan. "Los más destacados de los negocios y la política", recuerda.
En 2008, tras recibirse en marketing en Hampton University, Qadree empezó su carrera como analista en Goldman Sachs. Dos años después se sumó a State Street Corporation.
Durante su recorrido profesional también fundó una cafetería en Nueva York, The Bees Knees Baking Company, junto con dos amigos. Invirtieron unos US$ 150.000 para ponerla en marcha. "Los márgenes eran inestables", admite Qadree. "Pero era divertido", comenta.
En esos fines de semana, mientras trabajaba en la cafetería, descubrió su interés por el capital riesgo. Dice que fue "respetuosamente curioso". Mientras limpiaba mesas, escuchaba a emprendedores conversar con posibles inversores. Empezó a preguntar qué estaban creando y cómo conseguían financiamiento. Ahí nació una vocación.
"Muchos de ellos estaban desarrollando proyectos que me interesaban mucho", dice Qadree, en referencia a las ideas sobre educación y tecnología financiera que escuchaba mientras atendía en la cafetería.
En 2015, vendió su participación en The Bees Knees Baking Company, se mudó a Washington D. C. y comenzó a trabajar como director de tecnología educativa en Village Capital. Desde ese puesto dirigió el fondo Aspire de AT&T. En 2020, lanzó Zeal Capital Partners y logró cerrar su primer fondo con inversores como Bank of America y PayPal.
"Zeal aspira a ser un verdadero catalizador de la equidad económica", afirmó Qadree en julio de 2021, después de recaudar US$ 62,1 millones. Hoy, con capital fresco y consciente de los obstáculos que enfrenta el capital de riesgo, apuesta por su recorrido en Wall Street y su experiencia como emprendedor para detectar startups unicornio de inteligencia artificial y fundadores a los que otros inversores no prestan atención.
"Realmente vamos a democratizar las acciones del capital y pensar en innovaciones que impulsen la movilidad económica", sostiene. "También existe la oportunidad de transformar los sistemas para que más personas puedan tener un impacto justo en el mercado", agrega.
Con información de Forbes US.